La saga «New Concept» de Honda ha irrumpido este año con mucha fuerza. Sus tres integrantes destacan por unos precios muy competitivos que oscilan entre los 5.689 € de la Honda NC700S más básica y los 8.810 € del Honda Integra. También son elogiables por unos consumos de gasolina muy reducidos que rondan los 4 litros/100 kilómetros de consumo medio y por unos mantenimientos contenidos y económicos al mismo tiempo. Sus revisiones se realizan cada 12.000 km, y sus consumibles tienen una duración más que aceptable.
Está claro que Honda ha acertado al poner en escena unos modelos así en un momento tan «apretado» como el actual. De las tres motos que forman la familia «setecientos», la primera en llegar fue la Honda NC700X. Rápidamente nos pusimos manos a la obra con ella y comenzamos un importante reto, el de recorrer 50.000 km con ella antes de que acabase el año. Todo empezó con la prueba «A fondo» realizada en los primeros días del año e inmediatamente cubrió su primer viaje con motivo de la macroconcentración invernal de Pingüinos. A partir de ahí, la «Nacex», como la hemos rebautizado cariñosamente en la redacción, no ha parado, y en apenas nueve meses, ya ha cubierto los 50.000 km planteados en un principio. Además de haber participado en numerosas pruebas, comparativas y otros artículos varios de MOTOCICLISMO y LA MOTO, podemos decir que ha campado a sus anchas por la Península Ibérica, con varias visitas a los Pirineos e incluso un interesante «tour» por los Alpes franceses.
De este modo, a lo largo de nueve meses, los que la hemos utilizado, hemos vivido múltiples experiencias a sus mandos, tanto de día como de noche, con frío, lluvia, nieve, viento y también, con mucho calor en verano. De todos modos, durante los meses de invierno, la mayor parte de los destinos elegidos han estado en Andalucia y Levante. Después, a medida que han ido avanzando la primavera y el verano, ya ha viajado más hacia el norte, e incluso, como ya habrás podido leer, ha «conquistado» parte de Francia, en busca de la frescura de los Alpes en agosto.
Por tanto, podemos decir que la hemos «disfrutado» desde -15ºC hasta 45ºC, y siempre ha funcionado como un reloj. Quizá cuando más ha sufrido ha sido al tener que luchar contra el viento a la hora de mantener cruceros elevados. En esos momentos, su sexta relación de cambio se ha podido quedar un poco larga, aunque también hay que señalar que su motor, con 46 CV verificados en nuestro banco de potencia (tanto al principio de la prueba, como al final) se ha defendido más que dignamente en todo tipo de carreteras, incluyendo las vías rápidas y los puertos de montaña con mayor desnivel. Y siempre gastando muy, muy poco, con un consumo medio de 4,5 litros/100 km durante esta larga prueba, y teniendo en cuenta que nuestros ritmos de viaje han sido generalmente altos, la mayor parte del tiempo con el acelerador a fondo, exigiéndole «todo» a la NC700X. Y la verdad es que no nos ha decepcionado a ninguno y, lo mejor de todo, es que a medida que la hemos ido utilizando y adaptándonos a sus maneras, cada vez nos ha ido gustando más.
Dentro de su carácter económico y con un motor caracterizado por un rango de utilización no especialmente amplio (para los que aún no lo sepáis, señalar que el corte de encendido se produce a poco más de 6.500 rpm), la NC700X nos ha sorprendido gratamente a todos los que la hemos probado. Incluso uno de los integrantes de nuestra redacción, tras haber disfrutado de ella en un viaje, se ha comprado una igual para uso y disfrute particular.
A la hora de hablar de ella mientras tomábamos un café o una cerveza, lo que más hemos destacado es que siempre nos ha ofrecido una misma cara. No le ha afectado el paso de los kilómetros, ni tampoco el paso del tiempo, ni la climatología y, convenientemente mantenida, se ha mostrado inalterada desde los primeros momentos, hasta los 50.000 km. Mismo tacto, mismo sonido, mismo funcionamiento, todo en ella ha conservado siempre el mismo nivel. Salvo la llave de contacto original, que ha sufrido quizás el haber pasado por muchas manos, no hemos tenido que sustituir ni una sola pieza más que no hayan sido los consumibles más habituales como filtros, pastillas de freno, kits de transmisión, neumáticos, etc. Y tampoco hemos sufrido la más mínima caída, lo que habla mucho de la facilidad con la que se conduce esta moto y la seguridad que transmite durante su utilización. De este modo, el veredicto antes de haber procedido a su desmontaje y a las verificaciones de las partes sometidas a fricciones y/o desgastes, no ha podido ser más positivo.
Generalmente, y aunque muchas veces se nos puede achacar de pesados, Honda suele acertar en el apartado ergonómico de sus motos y la NC700X ha vuelto a poner el listón muy alto en este aspecto. La posición de conducción es elevada y su manillar es ancho, pero todo los mandos han sido colocados con acierto. Maniobrar con ella no supone dificultad alguna y se controla con suma facilidad en cualquier situación. Bien es verdad que es un poco alta de asiento, pero lo mejor es que permite que pilotos de distintas tallas se sientan muy cómodos a sus mandos y que rápidamente se familiaricen con sus características.
Otros de los puntos que más hemos alabado y en los que hemos coincidido los cerca de veinte probadores distintos que hemos recorrido kilómetros con esta «trail urbana» de Honda, es la sensación de sobriedad que transmite el tren delantero y la potencia de su frenada combinada, teniendo en cuenta que delante monta un solo disco de freno. También hemos destacado lo práctico que resulta el hueco existente en lo que solemos llamar «falso depósito». En él puedes guardar hasta un casco integral cuando dejas la moto aparcada y en los desplazamientos puedes llevar un buen número de cosas, incluso lo necesario para un viaje veraniego de fin de semana...
En el lado contrario, en lo que más hemos coincidido es en la dureza del asiento en largos trayectos y en las reacciones un tanto secas de la amortiguación posterior, aún más perceptibles cuando se circula con pasajero. También hemos echado de menos un poco más de protección en la zona del casco, algo que parece ser que se consigue con la pantalla opcional más alta, pero que no hemos incorporado a la moto de nuestra prueba.
Con respecto al funcionamiento del propulsor, hay que destacar que no transmite vibraciones, incluso tras un uso prolongado, y que su rumorosidad es muy baja, prácticamente imperceptible cuando mantienes cruceros legales. Quizá el accionamiento del cambio podría ser menos ruidoso y áspero, aunque también hay que decir que funciona con precisión y el accionamiento de la palanca es suave.
Como habréis podido comprobar, la realización de los 50.000 km no ha supuesto el más mínimo problema para los que hemos utilizado la NC700X durante el tiempo que hemos tardado en recorrer esa larga distancia. Incluso se han dedicado un par de meses menos de lo calculado en un principio, así que la media realizada ha sido superior a los 5.000 km mensuales, lo que no está nada mal teniendo en cuenta que la dedicación a hacer kilómetros no ha sido absoluta.
Además, antes de proceder a su desmontaje y teniendo en cuenta el buen estado aparente en el que se encontraba la moto, incluso barajamos la posibilidad de haber prolongado esta prueba «maratón» hasta los 100.000 km. Finalmente mantuvimos el plan preestablecido y rematamos la prueba con un viaje por la costa gerundense con destino final en las instalaciones de Montesa-Honda en Santa Perpetua de Mogoda (Barcelona), donde hemos realizado el desmontaje y las correspondientes mediciones de todas las partes sometidas a desgastes. Y la verdad es que el resultado ha sido sorprendente. No ha aparecido ni un solo componente especialmente gastado, ni tampoco marcado. Los cilindros apenas muestran desgaste, solo algo en su parte delantera, y los pistones, provistos de una capa antifricción, están prácticamente nuevos, al igual que los segmentos. La mejor muestra de su buen estado es que el consumo de aceite ha sido inexistente. A lo largo de los 50.000 km no hemos tenido que rellenar el motor con ni un solo cc de lubricante y el nivel siempre ha sido el correcto (recordar que las revisiones, con sus respectivos cambios de aceite, se han realizado cada 12.000 km). Otra muestra de que no ha habido consumo de aceite es que en las cámaras de combustión y cabezas de los pistones hemos encontrado muy poca «carbonilla», lo mismo que en las válvulas y en sus respectivos asientos. Y para el árbol de levas, y el cigüeñal y sus apoyos, al igual que para el resto del grupo termodinámico, los 50.000 km han sido solo un aperitivo.
Con respecto a la caja de cambios, la verdad es que sus componentes han salido también como nuevos. En los tetones de sus piñones no hemos encontrado la más mínima muesca, al igual que en las horquillas que los mueven. Ha quedado claro que el conjunto es muy robusto, más incluso de lo necesario. Y con el embrague ha ocurrido lo mismo. Digamos que los discos están aún con más del 80% por ciento de su vida útil.
Tras haber efectuado todas las comprobaciones necesarias, lo sincero es reconocer que periodísticamente nos hubiera gustado haber encontrado algún punto criticable, pero no ha sido posible. Puedes comprobar todas sus características en nuestro dossier. Todos los componentes del motor se pueden volver a montar y no hay duda que soportarían una nueva prueba igual e incluso más larga. La verdad es que nos están entrando ganas. ¿La hacemos?