Honda Integra 2012. Prueba a fondo

Diseño de vanguardia, alto grado de confort y unas excitantes prestaciones al nivel de los mejores maxiscooter del mercado, dan vida al nuevo Integra, el scooter de Honda con espíritu de moto.

Oscar Pena Fotos: Juan Sanz

Honda Integra 2012. Prueba a fondo
Honda Integra 2012. Prueba a fondo

El Honda Integra es un scooter diferente y plantea un concepto en el que todavía no se había profundizado demasiado. Combina las prestaciones y el carácter del motor cercano al convencional de una motocicleta a través de su nuevo y compacto propulsor de 670 cc con doble embrague, pero ofrece el confort y la protección aerodinámica de un maxiscooter al uso.

Eso sí, no tiene la capacidad de carga de éstos, ya que el hueco bajo el asiento es de tamaño bastante contenido, y el espacio entre las piernas es también inexistente por la propia estructura del bastidor.

Para compensar este hecho tiene una pequeña y práctica guantera tras el escudo delantero en el que transportar los objetos varios que suelen molestar en los bolsillos: cartera, teléfono móvil, monedas, etc. Además, y completando el equipamiento, dispone de una toma de corriente de 12V para cargar el móvil o el navegador, y un freno de estacionamiento.

El espacio para los pies tampoco es muy amplio, aunque puedes encontrar la posición para llevarlos bien resguardados. Como bien resguardado va el cuerpo tras el magnífi co parabrisas, que te permite ver por encima y a través de él, y ofrece una excelente protección sin generar turbulencias ni rebufo alguno.

A nivel ciclístico su comportamiento es excelente, producto de un equilibrado chasis tubular de acero y unas firmes suspensiones, componentes estos, junto con los frenos con CBS y ABS de serie, que son compartidos por los tres modelos «new concept» de Honda: NC700X, NC700S y el propia Integra.

Estéticamente destaca por su diseño vanguardista, que sigue las líneas maestras de las últimas producciones de la firma del «ala dorada », y que nació con la VFR 1200. Esto, unido a unos buenos acabados, convierten al Integra en una alternativa muy atractiva a los convencionales maxiscooter. Un «scooter-moto» con mucho estilo y realmente funcional como veremos a continuación.

La principal diferencia entre el Integra y los maxiscooter radica en su motor, y más concretamente en su transmisión. El bicilíndrico en línea de 670 cc refrigerado por agua incorpora la segunda generación del DCT (Dual Clutch Transmission), o transmisión de doble embrague. Su funcionamiento es muy similar al de los coches automáticos.

El Integra arranca siempre en punto muerto, y mediante un interruptor situado en la piña derecha lo sitúas en modo D «drive», S «sport» o MT «manual». En ese momento se acciona la primera velocidad, y al acelerar comienza a andar suavemente.

En el primer modo las marchas entran a regímenes de giro pequeños, y en el segundo a más revoluciones. En el manual puedes estirarlo hasta el corte de encendido. En los modos automáticos, si aceleras a tope, el scooter reduce marcha inmediatamente y aplica toda la potencia hasta las 5.500 rpm.

El funcionamiento general es sobresaliente, y el cambio es muy rápido y preciso. En contrapartida, es algo ruidoso al subir o bajar marchas cortas. No más que una moto convencional, pero al hacerlo el solo todo (como un scooter convencional), choca esta sensación.

También hay que acostumbrarse a que el motor cambie de marcha en situaciones donde tú a lo mejor no lo harías, por ejemplo maniobrando entre los coches o subiendo la rampa del garaje. Este cambio tiene la opción de dejarte subir y bajar marchas manualmente mediante dos levas localizadas en la piña izquierda. De este modo puedes disfrutar de una conducción más de moto que de scooter, y disponer de otro régimen de revoluciones en un momento dado.

Por ejemplo para retener el motor y hacer efecto freno del mismo cuando llegas lanzado a la entrada de una curva cerrada. Sus posibilidades son amplias en este sentido y le confi ere un punto picante y divertido al Integra.

En líneas generales, el DCT te permite aprovechar al máximo las prestaciones y el carácter del bicilíndrico de Honda, que se caracteriza por trabajar en un rango de revoluciones muy bajo. Con ello además se alcanzan excelentes consumos, situándose en 4,2 l verificados a los 100 km a ritmo medio; o ampliar los periodos de revisiones, que se sitúa cada 12.000 km.

Y todo ello sin olvidar sus fulgurantes prestaciones, siendo capaz de alcanzar los 160 km/h reales, o pasar de 0 a 100 km/h en apenas 6,6 segundos.

A los mandos del Integra aprecias sensaciones encontradas. En parado sus 237 kg verificados llena se notan, y moverla exige un poco de pericia. Una vez iniciada la marcha se aligera y se desenvuelve con gran soltura.

Sin duda la localización del motor, muy centrado y equilibrando las masas, ayuda. El radio de giro del manillar es muy bueno y la altura del asiento correcta, por lo que es bastante utilizable en ciudad haya o no tráfico.

Más aún lo es en vías de extraradio y autopista, donde con sus muy interesantes prestaciones y una parte ciclo súper estable gracias entre otras cosas a sus llantas de 17”, te permite una conducción rápida y muy segura en cualquier circunstancia.

El CBS (sistema de reparto de frenada) y ABS (sistema antibloqueo) con los que viene equipado de serie están perfectamente confi gurados igualmente, disponiendo además de una poderosa frenada y mordiente cuando aplicas presión sobre las manetas. Por otro lado, la firmeza de las suspensiones no perjudica el confort.

La postura es natural y la habitabilidad y mullido de su asiento muy buena. No es tan amplio en la zona de las piernas, y si eres un poco alto hay que ser cuidadoso de ir bien colocado para no golpearse las rodillas con la parte delantera en una frenada, por ejemplo. Algo a lo que no te acostumbres rápidamente.

El Honda Integra se presenta en el mercado creando muchas expectativas, al ofrecer en mayor o menor medida lo mejor de un scooter, en combinación con algunas cualidades propias de las motocicletas.