Beni Liébana, gerente desde hace catorce años de Motorrad León, es un gran apasionado de las maxi trail, en especial de la Africa Twin, hasta el extremo de tener tres unidades, todas ellas, del año 1997. «He poseído muchas trail –apunta Beni-, también modernas como la KTM Adventure y la BMW GS 1200, pero ninguna me transmite lo mismo que la Africa. Me aporta mucha confianza, en carretera y en campo, además de enamorarme visualmente. Es una moto que, aun con más de veinte años desde su nacimiento, sigue siendo actual».
Además de tienda, Beni tiene también taller en su centro de León, en el que realiza preparaciones y transformaciones, por lo que entendéis que le haya dedicado tiempo a modificar una de sus «niñas». La intención de Liébana con esta moto ha sido la de aportarle un toque extra aventurero y campero para poder cubrir con ella recorridos africanos por Marruecos. Durante seis meses, en ratos libres, él se ha encargado de hacerlo todo «aquí no ha tocado nadie nada, sólo he metido mano yo –decía orgulloso el leonés-». Aunque, al final, tras tenerla lista, Beni aún no ha encontrado el momento para llevar a cabo su ruta, por lo que desde que la terminó, sólo ha rodado un día con ella, a modo de prueba, y luego la ha preservado expuesta en su tienda: «la he estrenado y nada más –resignado apunta Beni-. Luego, al museo, aunque espero poder sacarla pronto, encontrando el tiempo necesario de vacaciones para hacer lo que planee antes de retocarla».
Descubrid una preparación para fines de excursión no deportivos, no muy cara, con abundantes detalles de interés, que pone al día a una veterana con espíritu juvenil.
Santi Ayala Fotos: Lluis Llurba
Colabora: Beni Liébana
PROTECCIÓN. El carenado frontal es más elevado que el de serie, para proteger la instrumentación, estando fabricado en Italia por Boano. «Aunque lo hay en fibra de carbono, más ligero y caro, lo compré en fibra de vidrio. Lo prefiero porque ésta se trabaja y repara mejor. No viene muy bien acabado el carenado. Lo he tenido que lijar a fondo y acoplarlo, ajustando los puntos de anclaje. Aun así ha sido imposible dejarlo simétrico. Los faros son de un scooter Aprilia 50. Le puse el número cinco porque cuando lo hice esa era la edad de mi hijo».
MÁS APOYO Y AGARRE
Para disponer de un mejor apoyo del pie, las estriberas originales se han reemplazado, por unas de Honda XR 400 –con más superficie y estriado más agresivo-, que «se adaptan sin problemas sobre el mismo soporte de serie de la Africa Twin. Además, los estribos los he repintado en negro. El pedal de freno –apunta Beni- es el original, lo mismo que la palanca del cambio».
MÁS ALTA
Para el uso «off road» se hace necesario aumentar la distancia libre al suelo. Beni nos explica cómo lo ha solucionado: «Al ser tan ancha y baja, resulta fácil tocar los bajos. He subido la altura general 4 cm en ambos ejes, sin variar el reparto de pesos, mediante unos suplementos metálicos. Atrás, la calza va acoplada en la bieleta. Delante monto unos casquillos, que me hizo un tornero, acoplados a las barras de la horquilla. Además, la pata de cabra la he tenido que suplementar para hacerla más larga. Atrás, la Africa tiene un buen amortiguador, para uso mixto, pero le falta muelle, por lo que le he puesto uno Öhlins».
DECORACIÓN PROPIA
Aunque no es su especialidad, Beni no ha tenido miedo en pintar él toda la moto así como decorarla y rotularla. «Quería hacerla atractiva. La decoración la he escogido por moda. Red Bull está asociada al deporte de riesgo y eso me gusta. Los adhesivos me los hizo un amigo pero los puse yo y los he protegido con el lacado preceptivo. Le he pegado un número 69 en el depósito por su evocación erótica porque esta Africa Twin me genera placer».
COMODIDAD
El puesto de mandos incorpora los elementos necesarios para manejar los instrumentos de navegación, de la marca Touratech. En el lado izquierdo del manillar está la piña del trip mientras que en el derecho se encuentra el interruptor del road book. No pueden faltar, en una moto pensada para hacer kilómetros, los puños de espuma, que reducen las vibraciones que llegan a la manos.
ESPACIO EXTRA
Con el ánimo de llevar la menor carga posible sobre el piloto, se le ha dotado de una bolsa portabultos fijada en la parte trasera, dotada de cierre con cremallera, expandible, tipo fuelle y con funda plástica para protegerla del barro. Dentro de ella lleva un pequeño kit para reparaciones de emergencia con elementos como una bomba de inflado, eléctrica. Beni destaca que «No falta el soporte para el candado antirrobo, que llevo en la moto para candarla pues nunca se sabe dónde están los amigos de lo ajeno, ni siquiera en Marruecos».
PROTECCIÓN
La dotación de serie de la Africa Twin, para ser una moto de los noventa, ya era muy completa y de buena calidad. Elementos como el cubrecárter se ofrecían de serie y en esta moto se mantienen porque «no hay mejor pieza que ésta y cambiarla por otra considero que es tirar el dinero. Únicamente he dado una mano de pintura para armonizar la estética en negro con todo el conjunto».
ELEVACIÓN
Para pilotar de pie el manillar de serie, así como las alzas donde se fijan, quedan bajas, más para un piloto de notable envergadura como es Beni: «Para pilotar bien erguido de pie he puesto unas torretas de aluminio sobre elevadas, que mantienen las fijaciones con silentblocks estándar. Por cuestión de comodidad a los mandos, y de robustez en caso de caídas, el manillar lo he cambiado por un Renthal Fat Bar. Máxima seguridad y calidad».
ADAPTACIÓN
Para aligerar peso, por un lado, y conseguir un extra de prestaciones en el motor, por otro, el voluminoso y pesado silencioso de serie ha sido reemplazado por uno adaptado. Se trata de un Leo Vince, en titanio, que Liébana tenía nuevo en el taller, de Suzuki GSXR 750 de carretera, acoplado a la salida del colector con tubo de conexión artesanal específico. También se ha tenido que suplementar, con un casquillo de aluminio fabricado con el torno, el punto de fijación del silencioso al subchasis.
NAVEGACIÓN
Aunque no es una moto para competir, Beni ha querido dotarla de elementos de navegación como el trip o el «road book», procedentes ambos de Touratech, acoplados manteniendo la instrumentación de serie. «Normalmente se prescinde de lo original, pero yo quería conservar el velocímetro y el cuentarrevoluciones, para uso mixto, también por carretera. Me las ingenié para que cupiese todo. Me he fabricado la araña que soporta los instrumentos, en acero, porque no tengo corte láser para hacerlo en aluminio. El GPS Garmin lo he colocado en el centro del manillar sobre el soporte de plástico que trae. Ahora sólo me falta saber manejarlo todo. Aun no entiendo cómo lo hacen en el Dakar. Me parece milagroso».
COMODIDAD
El asiento mantiene la funda de serie pero cuenta con un espumado más plano y duro. Los motivos de esta modificación nos los explica Beni «para que cueste menos trabajo el ponerme de pie. Se me cargan mucho los cuádriceps de tanto sentarme y levantarme, algo habitual en la conducción en campo y con este sillín me siento más cómodo. En la parte trasera el voluminoso porta matrícula estándar ha dejado paso a uno de la marca Puig, más sencillo y ligero, que incluye intermitentes, minimalistas pero con gran potencia lumínica».
PROTECCIÓN
Las caídas con una maxi trail, dado su alto peso, aunque sean a baja velocidad, pueden resultar dañinas para la moto. Por ello Beni ha instalado, a ambos lados, unos «paragolpes» de la marca italiana Givi, en estructura de metal, pintados en negro, y que aseguran protección de abolladuras a piezas como el depósito. Sobre sus barras se ha aprovechado para anclar, en cada lado, unos botes de plástico, Acerbis, en los que llevar agua, así como unas bengalas de luz química para seña lítica de emergencia.
SENCILLEZ
¿En el siglo XXI sirven unos frenos del siglo pasado? Sí, y de sobra. Esta «Afri» tiene el equipo de serie, discos, pastillas e incluso hasta los latiguillos porque Beni considera que «los metálicos aportan tacto demasiado agresivo y para campo me gusto el esponjoso de los de caucho». El basculantes y las llantas las ha lacado, también en negro, el color de la moto. Le ha puesto unos soportes al basculante para usar un caballete de tipo rápido. Los neumáticos son unos Metzeler Twinduro para uso mixto, más de campo que de carretera.
ÚLTIMOS DETALLES
Visualizando la moto descubrimos componentes como los cubremanetas integrales y los espejos de plástico y plegables para que no molesten en el campo –son los de serie de una Husqvarna-. Anotad que en la horquilla ha montado unos muelles Hyperpro, para tener más solidez sin perder comodidad, así como unos purgadores de aire. También incorporar unas pequeñas bombillas de led, para usar como luz diurna como alerta para que se note la presencia. «Ofrece mucha intensidad de luz, ideal hacerte ver de lejos, pero aunque de noche, con ellas, ver no ves nada –precisa Liébana-».
PUNTO FINAL
Beni Liébana, al que veis junto a su «Afri» mimada, nos aporta algunos comentarios extra: «el motor no lo he preparado porque no me hace falta. Es para toda la vida e indestructible. Cuando la compré la mecánica tenía setenta mil kilómetros, y aunque aguantaría muchos más, por revitalizarla, he cambiado pistones, segmentos y, guías de válvulas. Le he puesto un filtro de aire de espuma, mejor para el campo, que me he fabricado siguiendo las instrucciones que te explican cómo hacerlo en la web del Club Africa Twin.
Me encantan las maxi trail por las sensaciones que transmiten. También tengo una Yamaha Super Ténéré de 1989, preparada. Antes había modelos como la Honda XR 600 y Yamaha XT 600, que no me gustaban. Empecé a hacer campo con una Africa Twin del 1991. Rodaba fuerte aunque, cuando me salía, no frenaba. Sensaciones únicas. Tampoco puedes hacer muchas virguerías. Estas motos son muy pesadas de adelante. No tienen motor para levantarlas en roderas y cuesta ir rápido. Acojonan pero emocionan».