No cabe duda de que el siglo XXI comenzó con un auge del motociclismo australiano, que fue capaz de contar con campeones tanto en MotoGP como en el Mundial de Superbikes. Apellidos como Corser, Bayliss o el mismísimo Stoner se alzaron con títulos que no hacían sino seguir la estela de otros grandes campeones como Wayne Gardner y, sobre todo, Mick Doohan. Claro que no todos los pilotos aussies que destacaron a comienzos de siglo acabaron sus carreras con algún título en el bolsillo, aunque sí habiendo demostrado que tenían mimbres para, al menos, ganar grandes premios. Uno de ellos fue Chris Vermeulen, un piloto que tuvo sus mejores momentos pilotando bajo la lluvia.
Trayectoria de Chris Vermeulen
Nacido en junio de 1982, Vermeulen no tardó en despuntar. Y es que con 21 años se hizo con el campeonato mundial de Supersport en 2003, arrasando a sus rivales y con una suficiencia que hacía ver en él un futuro palmarés que, sin embargo, no llegó.
El éxito en Supersport le llevó a la categoría superior, a SBK, donde corrió en 2004 y 2005, años en los que se alzaron con el título James Toseland y Troy Corser, respectivamente. Vermeulen hizo un par de temporadas realmente buenas. En su debut conseguía terminar en cuarto lugar sobre su Honda, solo superado por tres Ducati pero no muy lejos de cabeza.
A la temporada siguiente, dio un nuevo salto de calidad y logró un meritorio segundo lugar, viéndose superado por su compatriota Troy Corser, quien tras un fulgurante inicio de campeonato sobre la Suzuki, aguantó en los últimos GGPP la buena racha de Vermeulen, que terminó el año como un tiro.
Paso a MotoGP
Gracias a su buen rendimiento en SBK, Chris Vermeulen corrió dos carreras de MotoGP en 2005, ambas con Honda. Ya en 2006 consideró que era el momento de probar en MotoGP. Suzuki le hizo la oferta y el australiano confió en sus posibilidades, a pesar de que la marca japonesa estaba lejos de las mieles del triunfo desde que en 2000 Kenny Roberts Jr. se llevara el mundial.
Siempre con el 7 (o similar) que llevaba en honor a su mentor el gran Barry Sheene, Vermeulen culminó una temporada digna con un podio en Australia y una undécima posición en el campeonato. Después de esa experiencia era el momento de pasar a mayores objetivos. Eso sucedió en 2007, que sin duda fue su mejor momento en MotoGP. No en vano, en esa temporada dominada de principio a fin por Casey Stoner, Vermeulen llevó a la Suzuki cuatro veces al podio. Aunque su gran momento fue en el asfalto mojado de Le Mans. La carrera se había vuelto loca. La Ducati de Stoner no marcaba diferencias, Pedrosa nunca fue bien en lluvia y Rossi sufría con la Yamaha. Así que Vermeulen sacó petróleo alzándose con su primera y única victoria en MotoGP. Le secundaron en el podio Marco Melandri y Stoner. Finalmente, terminó el mundial en sexta posición.
Cuesta abajo
Después de su mejor año en Suzuki, las dos siguientes temporadas no consiguió los resultados esperados (dos terceros puestos en 2008 y ningún podio en 2009), lo que le hizo volver a SBK. Lo hizo con Kawasaki, pero la moto estaba muy lejos de las primeras posiciones y Vermeulen tuvo problemas con las lesiones. Al año siguiente participó en el GP de Francia en MotoGP. Ese fue su último gran premio.