En 1914 dos pilotos vascos, Pedro Sorriategui y Luis de Arana, se convirtieron en los primeros españoles que compitieron en el Tourist Trophy de la Isla de Man.
Hasta finales de los años ochenta, la velocidad nacional se sostenía gracias a infinidad de carreras urbanas ante la perenne escasez de circuitos permanentes.
Llegó del esquí acuático y se entregó de lleno a las grandes cilindradas, allí donde los pilotos españoles nunca se atrevieron o no pudieron correr. Así fue Víctor Palomo.
El ancestro del Mundial de MotoGP fue el Gran Premio de Europa, prueba de carácter anual y ambulante, en la que se otorgaba el primer título absoluto de la velocidad.
La prematura muerte de Adrián Campos hace que, inevitablemente, echemos la vista atrás para recordar el papel que jugó como compinche de juventud de Jorge Martínez “Aspar”.
Para cualquier piloto nunca es sencillo decir adiós, y menos para los grandes campeones, para quienes ya resulta difícil tener que renunciar a la victoria, así que imagínate lo duro que será dejar de competir.
Estaba a punto de cumplir 35 años y había ganado ya diez títulos mundiales, y un día Ángel Nieto se ilusionó con la idea de correr el Mundial de 500. Casi lo consigue.
Irrumpió en el panorama motociclista español a finales de 1961. Tres años después, Ramón Torras estaba entre la élite del Mundial, pero su luz se extinguió demasiado pronto.
Con Derbi, el motociclismo español conseguirá sus mayores éxitos. Nunca hasta entonces una marca española había tenido tanta determinación por triunfar.