El día que… Australia logró su primer título mundial de motociclismo

Australia siempre ha estado vinculada al motociclismo, y su primera corona en el Mundial de Velocidad la alcanzó en 1957, cuando Keith Campbell ganó el Mundial de 350 con Moto Guzzi.

Juan Pedro de la Torre

Keith Campbell, campeón del mundo de 350 en 1957.
Keith Campbell, campeón del mundo de 350 en 1957.

Aunque vayamos a hablar de los Grandes Premios debemos ser justos con la historia, porque el primer campeón del mundo australiano, de hecho el primer campeón del mundo motociclista de la historia, fue Lionel Van Praag, que en 1936 ganó el Campeonato del Mundo de Speedway, la primera competición motociclista que alcanzó ese rango, mucho antes de la creación del Mundial de Velocidad (1949) o el Mundial de Motocross de 500 (1957). El Mundial de Speedway se disputó de 1936 a 1938, antes del estallido de la II Guerra Mundial, y se recuperó en 1949.

Lionel Van Praag, campeón del mundo de speedway en 1936.
Lionel Van Praag, campeón del mundo de speedway en 1936.

Hecha esta salvedad y los honores correspondientes a Van Praag, volvamos al Mundial de Velocidad. Los pilotos australianos estuvieron presentes en el campeonato desde sus inicios. Al abrigo de la Commonwealth, todos los procedentes de ultramar eran acogidos cálidamente por la metrópoii, en buena medida porque muchos de ellos procedían de familias británicas que emigraron en los duros años de la crisis derivada del “crack de 1929”. En Australia siempre hubo una enorme afición a las competiciones motociclistas, y llegaba un momento que a los más destacados el país se les hacía pequeño. Así que recogían sus pocos bártulos y compraban un billete de ida para Europa, porque en su vocabulario no existía la palabra fracaso. Es una historia que no ha cambiado desde entonces.

El primer pionero australiano fue Eric McPherson, que en la primera edición del Mundial logró la cuarta plaza en la categoría de 350 con una AJS, llegando a lograr un podio incluso. Sin embargo no tuvo mucha fortuna y apenas aguantó una  temporada más en el Mundial, pero para entonces empezaron a llegar más compatriotas, como Harry Hinton, también destacado en 350, y Ken Kavanagh, quien será en esos momentos la gran referencia del motociclismo australiano.

Acostumbrados al Speedway y el derrapaje, los australianos se manejaban bien con las motos de gran cilindrada, potentes y exigentes en su pilotaje. Kavanagh se presentó con un par de Norton Manx privadas con las que se metió de lleno en el grupo de cabeza de 350 y 500, rivalizando con los oficiales de la época, como Geoff Duke, Dickie Dale y Johnny Lockett. En Norton se dieron cuenta de Kavanagh era un diamante en bruto y en 1952 le dieron una moto oficial, consiguiendo su primera victoria, la primera de Australia en el Mundial, al imponerse en la carrera de 350 del Ulster Grand Prix.

Los resultados de Kavanagh tuvieron un efecto llamada en Australia, y desde la isla continente empezaron a llegar multitud de pilotos, cuyo número aumentó a medida que Kavanagh mejora sus clasificaciones. Cuando fichó por Moto Guzzi en 1954 la llegada de pilotos australianos al campeonato fue masiva. Para entonces Kavanagh ya era uno de los favoritos. Se había consagrado en 1953 con su victoria en el Senior TT de la Isla de Man con Norton, éxito que repetiría en 1956 en el Junior TT con Moto Guzzi.

Desgraciadamente, igual que los australianos conocieron el éxito y la gloria de las carreras, no tardaron en descubrir el lado aciago de la competición. En 1953 Ernie Ring pierde la vida en la carrera de 500 de Spa, y al año siguiente es Gordon Laing, uno de los jóvenes debutantes llegados al campeonato esa temporada junto a Keith Campbell, Maurice Quincey y Jack Ahearn, el que fallece, también en el peligrosísimo circuito belga.

Buscando el título

A Kavanagh el título se le resistiría una y otra vez. Primero Geoff Duke, luego Fergus Anderson, y después Bill Lomas se le cruzaron en el camino, y se quedó sin opciones de ser campeón. En 1957 ya no compitió en el Mundial, renunciando a un puesto en MV Agusta casi en vísperas del TT, aunque para entonces otros pilotos australianos habían tomado su relevo. Los jóvenes Keith Campbell, Keith Bryen y Bob Brown hacían que no se le echara de menos. Los australianos estaban en todas partes, incluso en sidecares, donde Bob Mitchell realizó dos brillantes campañas. La única categoría donde no se dejaban ver era la de 125, aunque para sorpresa de muchos en 1959 Kavanagh regresó al campeonato para correr en 125 con Ducati, abandonando la competición definitivamente tras aquella experiencia.

Campbell se impuso a las Gilera en 1957.
Campbell se impuso a las Gilera en 1957.

Sin duda que el gran año del motociclismo australiano iba a ser 1957. Campbell, que es cuñado de Geoff Duke –se casó con la hermana de la mujer de Duke-, consigue dejar a un lado sus Norton privadas y se hace con un hueco en Moto Guzzi junto a Giuseppe Colnago, Dickie Dale y Bill Lomas. Las tempranas lesiones de Duke y Lomas en la Copa de Oro Shell, en Imola, dejarán fuera de combate a los principales aspirantes en 350 y 500, y como Dale y Colnago estaban centrados en el desarrollo de la maravillosa Moto Guzzi 500 V8 –con la que Dale ganó en Imola-, Campbell tuvo la oportunidad de contar con toda la atención de Moto Guzzi en 350.

Aunque Gilera empezó ganando las dos primeras carreras con Libero Liberati y Bob McIntyre, el australiano enlazó tres triunfos consecutivos en Assen, Spa y Ulster, y allí, una carrera antes de que concluyera la temporada, Campbell ya se proclamó campeón del mundo de 350, dando a Australia su primer título mundial. Campbell también tuvo la oportunidad de pilotar la 500 V8, y aunque su mejor resultado fue el quinto puesto en el TT, se desquitó a gusto en Spa, donde batió el récord de la pista antes de que el motor de la V8 sucumbiera, rodando a una media de 190,827 km/h...

Keith Campbell con la Moto Guzzi 500 V8.
Keith Campbell con la Moto Guzzi 500 V8.

El título de Campbell se vio acompañado por su aluvión de buenos resultados de pilotos australianos: Bryen es cuarto en 350 y séptimo en 500, y Brown es séptimo en 350 y noveno en 500, y los dos subiendo al podio en ambas categorías. Australia se ha hecho por derecho con un sitio destacado en el Mundial.

Tristemente, la historia de Campbell no acaba bien. La retirada de Gilera, Moto Guzzi y Mondial en septiembre de 1957, nada más concluir el Mundial, deja sin moto a muchas de las estrellas del Mundial. Solo hay sitio para un par de pilotos en MV Agusta, unas plazas que serán para Surtees y Hartle en 350 y 500, y Ubbiali y Provini en 125 y 250. Campbell tiene que regresar a las Norton privadas, y saca a relucir su calidad: es tercero en 350 en Assen y Spa tras las MV de fábrica, y segundo de nuevo en Spa tras un intratable Surtees.

Una semana después del GP de Bélgica compite en Cadours, en las cercanías de Toulouse. Tras la retirada de los equipos oficiales los pilotos se ganan la vida compitiendo allí donde les ofrecen atractivas primas de salida. Campbell, campéon de 350 reinante y en esos momentos tercero del Mundial de 350 y quinto en 500, es la principal atracción de la carrera. Gana con autoridad en 350, pero en la carrera de 500 sufre una caída mortal en la que fallece prácticamente en el acto. Tenía 26 años.

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