Troy Corser: "Sé que tengo potencial para estar delante"

SBK. Pretemporada 2010. Entrevista Troy Corser.. Troy Corser es el menos joven de la parrilla de SBK, por lo que cuenta con una experiencia enorme. La velocidad y la capacidad como probador del dos veces campeón del mundo está más que contrastada. Corser esta temporada quiere volver a por uvas.

Ildefonso García. Fotos: G&G/BMW/I.G.

Troy Corser: "Sé que tengo potencial para estar delante"
Troy Corser: "Sé que tengo potencial para estar delante"

Troy Corser no necesita presentación. El más veterano de los pilotos del Mundial de SBK se prepara para su segundo año con BMW, en el que espera poder luchar entre los cinco primeros.
«Este año me siento mucho más motivado. Sé que tengo el potencial para estar delante, además la moto la hemos desarrollado mucho a lo largo de toda la pasada temporada y durante el invierno».

¿Qué problemas tuvisteis en vuestro primer año en el Mundial de SBK?
«Nos faltaba todo tipo de información, sobre todo en el aspecto técnico, que hemos tenido que ir recabando poco a poco. Para ello era necesario rodar mucho con la moto, pero siempre teniendo en cuenta que no podíamos ir al límite porque la BMW se encontraba todavía en la fase inicial de su desarrollo. Sabíamos que los buenos resultados estaban fuera de nuestro alcance y el objetivo era mejorar poco a poco, sin pausa. Al principio las cosas fueron un poco más lentas, pero luego el desarrollo se aceleró. Uno de nuestros puntos fuertes en 2009 fue la excepcional fiabilidad de la moto. Mi objetivo habría sido terminar entre los 10 primeros del campeonato, lo que desafortunadamente no fue posible».

A lo largo de tu extensa carrera has trabajado con muchas marcas, ¿en qué se diferencia BMW?
«En este equipo la ambición y la voluntad por ganar son inmensas. Cada vez que conseguíamos una vuelta rápida o teníamos un buen fin de semana de carreras esto no hacía más que empujar a toda la escuadra hacia arriba. El BMW Motorrad Motorsport Team sólo piensa en una cosa: llegar a la cumbre».

¿Qué es lo que esperas de la temporada que está a punto de comenzar?
«Ya al final de 2009 comenzamos a experimentar un paso hacia delante, tanto en entrenamientos como en carrera. Este año deberemos estar entre los cinco primeros. Mi objetivo siempre es el mismo: ser el más rápido de todos. Me siento preparado para ello. Será importante hacer una buena Superpole para intentar salir lo más arriba posible y mantenerte con los líderes de la carrera. Este era uno de los problemas que teníamos la pasada temporada, pero pienso que ahora técnicamente estamos mucho mejor preparados. Sin duda en 2010 estaremos mucho más cerca de la cabeza de lo que lo hemos estado nunca».

En Portimao y en Valencia no habéis podido entrenar mucho…
«Desde luego con el nuevo material no pudimos dar todas las vueltas que nos habría gustado, pues en esos dos entrenamientos la climatología no estuvo de nuestra parte, llovió, la pista estaba fría… Pero aun así pudimos probar bastantes cosas. El tiempo que estuve encima de la moto no fue todo el que me habría gustado, pero le sacamos bastante provecho. Lo que me hace mirar al futuro con optimismo. Ya contamos con una puesta a punto base, ahora es momento de hacer el ajuste fino, el que te permite tener todo absolutamente controlado».

Los tiempos por vuelta no han sido hasta ahora extraordinarios…
«No me es necesario dar realmente la vuelta para saber el tiempo, para tener conciencia de dónde estamos. Sin girar en la pista sé positivamente hasta dónde podemos llegar. Creo que vamos a estar en el mismo segundo que nuestros rivales. Poco a poco estamos demostrando cuál es el auténtico potencial de la moto de carreras, pues la de calle desde el primer momento ha tenido una gran acogida. Aunque, repito, todavía nos queda un poco para poderle plantarle cara a los más rápidos».

Este año no sólo estaréis Xaus y tú, sino que habrá un equipo privado compuesto por Pitt y Ress, ¿los ves como rivales?
«Estoy muy contento porque cuantas más BMW haya en pista, mejor. Pienso que Rubén y yo tenemos un poco más nivel que estos pilotos. Además, no debemos olvidarnos que nosotros somos el equipo de fábrica. El tener una escuadra privada es fantástico, pues obviamente les daremos material para que lo prueben, pues ése será unos de sus trabajos principales, para algo son el equipo junior. Así que creo que supondrá para nosotros una ayuda importante».

El Mundial comienza en tu casa, en Phillip Island. ¿Qué objetivos te planteas de cara a la cita inicial?
«Para empezar lo mínimo sería clasificarme en primera línea de parrilla para la carrera y luego acabar en el podio. Como piloto, en la pista me siento que soy más rápido que los demás. En 2009 terminé octavo en la primera carrera en Phillip Island, lo que fue de los mejores resultados que alcancé la pasada temporada. La moto ha mejorado mucho, lo que deberá quedar claro en la pista australiana. El año pasado la BMW iba bien en unos circuitos, pero en otros no era tan fácil de pilotar, sobre todo en los circuitos bacheados nuestras prestaciones sufrían un poco. Ello se debía al chasis que no estaba desarrollado y a la falta de conexión entre el motor y el neumático trasero. Como digo, así todo en Australia no lo hicimos mal del todo, por lo que esta temporada seguiremos creciendo».

Has sido dos veces campeón del mundo, ¿te ves capaz de volver a ganar un mundial?
«Por supuesto. La pasada temporada la posibilidad de conseguir una victoria ni se me pasaba por la cabeza. Tenía muy claro que la moto no era capaz de ello. Este año ha cambiado todo: la BMW es mucho más competitiva y el equipo se encuentra más preparado en todos los aspectos. Ganar carreras es mi trabajo y en eso es en lo que me voy a concentrar. Lo primero será ser capaz de volver a subir al podio. Mi objetivo es ganar otro mundial antes de terminar mi carrera deportiva».

¿Qué destacarías de la filosofía del Mundial de SBK?
«Creo que es fantástico que nuestra moto esté disponible en su versión de calle para todos los amantes de la marca. Eso hace que los aficionados se identifiquen con nuestro campeonato. Además, disfruto mucho con el ambiente familiar que se respira en el paddock. Se nota que todo el mundo disfruta con su trabajo».

¿Te sentiste el año pasado más como un piloto probador que como uno que luchaba por conseguir buenos resultados.
«Sí, sin duda ninguna. Es lo único que fui el año pasado, piloto de pruebas, encargado de desarrollar la moto. Algunas veces apreté un poco, pero siempre pensando en la seguridad. Si miras lo que le ocurrió a Rubén (Xaus), que a veces fue a buscar el límite cuando la moto no estaba preparada, y acabó cayéndose e incluso haciéndose daño. Para mí lo fundamental era evitar los accidentes, aunque para ello tuviese que sacrificar los resultados obtenidos. Creo que es importante mantenerte sin lesiones y ser capaz de darle, por tanto, más información a los ingenieros. Este año, en cambio, llegamos preparados para correr. Ya sé cómo quiero la moto, por lo que mi cabeza estará más pendiente en alcanzar buenos resultados. Sabía un poco lo que me esperaba, pues ya he hecho este trabajo en mi carrera deportiva para otras marcas, aunque a veces era un poco frustrante porque pensaba que íbamos a mejorar con más rapidez. Ya tenemos la dirección apropiada y ahora ha llegado el momento de demostrarlo en la pista, más cerca de la cabeza».

¿Qué fue lo que más os lastró: la moto o la falta de dirección que a veces parecía tener el equipo?
«El equipo no tenía experiencia en los circuitos y tampoco conocía bien el material. Ahora la escuadra, toda la gente que tengo alrededor, cuenta con un año de experiencia. Además, ha llegado Davide Tardozzi, que es quien tiene más experiencia de todos en el Mundial de SBK. Él será el encargado de tirar del equipo para que éste vaya hacia delante».

¿Cuál ha sido el mayor problema con la moto?
«Pues casi te diría que la moto tenía demasiada potencia, o mejor dicho demasiados caballos en la parte errónea. La moto para ir por la calle es fantástica o incluso para carreras nacionales. Es agradable, puedes hacer caballitos, te diviertes… Pero cuando están compitiendo en la cumbre, donde una décima de segundo marca la diferencia, entonces la moto debe ser lo más fácil posible de pilotar. Para nosotros era difícil hacernos con la BMW porque los caballos estaban donde no debían. Una cosa es pilotar para divertirte y otra correr en el Mundial de SBK, nosotros casi habríamos preferido tener un poco menos de potencia, así nuestro trabajo habría sido menos complicado».

¿La moto tenía demasiadas ayudas electrónicas?
«Sinceramente, yo preferiría pilotar sin ningún tipo de control de tracción. Pienso que sería mejor dejarlo todo en manos del piloto, de su tacto con el puño de gas. Creo que la electrónica le resta al piloto un 30 por ciento de su capacidad de decisión, ya no importa tanto las manitas que uno tenga con el puño de gas. También está claro que una electrónica eficaz puede ayudarte mucho. Tengo la sensación que todavía no me fío del control de tracción todo lo que debería. Soy un piloto chapado a la antigua, lo que ha influido en este apartado. Me veía desarrollando un sistema del que no me acababa de fiar totalmente, y esta falta de confianza afectaba al desarrollo del control de tracción. Poco a poco he ido aprendiendo a fiarme de la electrónica. Esta temporada me voy a poder concentrar más en la conducción, sin tener que preocuparme tanto del control de tracción. El año pasado piloté sin usar al 100 por cien el potencial de la electrónica que monta la BMW. Algo que los ingenieros podían ver con claridad en la telemetría. Antes de que el control de tracción empezase a actuar yo gobernaba la moto con el puño de gas. Los pilotos jóvenes no tienen este problema, saben que pueden mantener el puño abierto a tope porque no va a pasar nada. Pero como digo, este apartado ya lo tengo más por la mano».

Tienes 38 años, ya no eres el piloto más joven de la parrilla. Con dos mundiales bajo el brazo y toda la experiencia acumulada tras media vida compitiendo, ¿crees que todavía puedes mejorar?
«Mejorar como piloto, pienso que no. Más o menos, he aprendido todo lo que había que aprender. Lo que sí puedo mejorar es mi forma física encima de la moto. Apoyarme en toda la experiencia que tengo para que con ello mejore el equipo. Probablemente soy el piloto más viejo de la parrilla del Mundial de SBK, pero en lo que respecta al físico, estoy tan en forma como el que más. Además no arrastro ninguna lesión».

¿Cuál consideras tu mayor logro deportivo?
«Obviamente mis dos títulos representan el cénit de mi carrera hasta ahora. Tengo que decir que 18 después de haber debutado en el Mundial de SBK, todavía me siento muy feliz y capaz de competir con cualquier otro piloto. Casi diría que éste es mi mayor éxito deportivo».

El experimentado australiano tiene un último objetivo antes de colgar las botas: ganar su tercer título de Campeón del Mundo de SBK, esta vez a lomos de una BMW S 1000 RR.