MotoGP

Subcampeones de leyenda (9): Sete Gibernau

Durante dos años el piloto español se quedó a las puertas de la gloria en MotoGP.

Swinxy

2 minutos

Sete Gibernau

Muchos de los grandes subcampeones de la historia tienen un punto en común: un súper campeón que les cerró el paso a lo más alto. Reg Armstrong estuvo a la sombra de Geoff Duke, ‘Becky’ Cook se vio eclipsada por Laia Sanz y Emma Bristow, a Max Biaggi le cerraron el paso Mick Doohan y Valentino Rossi… que también privó a Sete Gibernau del título de MotoGP. Dos veces.

No era él el llamado a pelear con Rossi. Además del mencionado Biaggi, la mala suerte impidió que se produjesen dos duelos que prometían ser legendarios: ante el propio Doohan y ante el japonés Daijiro Kato. La retirada del primero y el trágico fallecimiento del segundo en Suzuka 2003 lo impidieron. Después de aquel día, Sete Gibernau se puso en la moto el 74 de su compañero de aquel día, y de alguna forma heredó su espíritu como primera gran némesis del italiano.

Un espíritu que sin duda le empujó a ganar la segunda cita del año en Sudáfrica, batiendo a Rossi por tres décimas. Hasta entonces, Gibernau solamente había ganado una carrera: fue con Suzuki en 2001 en el Ricardo Tormo, donde contuvo a Alex Barros para lograr su único triunfo en 500cc, el último de dicha categoría no ganado por una Honda ni por Rossi. El cambio a MotoGP no fue bien en Suzuki, y para ese 2003 Gibernau decidió irse al Movistar Honda de Gresini.

Eso dio inicio a un periplo de ocho carreras en el que Rossi solo consiguió dos triunfos por cuatro del español, que a la victoria en Sudáfrica añadió las de Le Mans, Assen y Sachsenring. Tres carreras seguidas recortando puntos dejaron a Gibernau a 29 puntos de Rossi, que no se había bajado del podio en todo el año y que de ahí al final apretó el turbo y ganó seis de las siete últimas carreras, siendo segundo en la otra.

Pese a que la resistencia de Gibernau había durado media temporada y se había desinflado en la segunda, ya se había erigido como la principal alternativa al incontestable dominio del italiano. Una sensación refrendada al inicio de 2004, donde tras ser tercero en Sudáfrica ganó las carreras de Jerez y Le Mans para ponerse líder, defendiendo esa posición en las tres carreras siguientes en las que fue segundo por detrás del italiano.

Ni siquiera dos ceros seguidos doblegaron al barcelonés, que supo mantenerse cerca en la clasificación hasta llegar al popular episodio de Qatar: Rossi fue castigado a salir último (al parecer tras un chivatazo del equipo de Sete) por barrer su posición de parrilla y se cayó en carrera. Gibernau se llevó su cuarta victoria del año y se puso a solo 14 puntos de Rossi con tres carreras por delante.

Es decir, llegó al tramo final de temporada dependiendo de sí mismo para ser campeón. Fue la única vez en ese lustro ganador de Rossi que llegó con el título tan abierto a la antepenúltima cita: en 2002 y 2005 ya era campeón para entonces, y en 2001 y 2003 ya tenía bola de título, que convirtió. Así que sí, en aquel 2004 Gibernau llevó al límite a Rossi como nadie lo había hecho antes. Después el italiano no perdonó y ganó las tres carreras finales.

Por su parte, Sete no volvió a ganar ninguna carrera tras aquel polémico GP de Qatar. Tras lograr cuatro podios al año siguiente se fue a Ducati y en 2006 llegó la primera de sus tres retiradas, ya que volvería a MotoGP en 2009 y a MotoE en 2019. No pudo ser el primer campeón español de la nueva era, pero nadie olvidará los dos años en los que fue la gran alternativa del intratable Rossi.

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