Prueba de producto, sistema antipinchazos Nomousse

Probamos el nuevo sistema para uso off road de enduro que transforma una llanta trasera normal de 18" en una tubeless, sin cámara. Una opción que nos permite rodar con presiones más bajas de las habituales, adaptada a las necesidades, al no tener miedo a pinchar, ganando así tracción y efectividad, sobre todo en uso trialero.

Santi Ayala | Fotos: MPIB

Prueba de producto, sistema antipinchazos Nomousse
Prueba de producto, sistema antipinchazos Nomousse

La creatividad y capacidad de diseño de dos ingenieros españoles, los riojanosJavier Ortiz de Urbina, padre e hijo, aficionados y practicantes del enduro, que en base a su experiencia, y no contentos con lo que había en el mercado, han desarrollado su propio sistema patentado que permite prescindir de la cámara, para transformarla en una llanta tubeless. Cierto que parecido a otro existente, pero con diferente desarrollo y, sobre todo, menor precio (89,90 euros).

¿Qué es?

Sencillo, fiable, ligero y reutilizable, el Nomousse consiste en un pequeño neumático de 18”x1,5”,  liso, como el de bici de carretera, con dos anillos de cierre a cada lado, en cuyo interior se aloja una cámara interna –como la de bici, también-. El sistema Nomousse prescinde del freno de cubierta, aprovechando el agujero en la llanta por donde sale el espárrago del freno cubierta para sacar la válvula de la cámara. Así, la llanta no se modifica, ni hay que taladrarla para hacer más agujeros. En el agujero habitual de la válvula de serie, se aloja la válvula de inflado que da presión al neumático off road.

La cuestión es sencilla. Instalado el Nomousse, inflamos la cámara interna hasta los 4 bar. Esa presión empuja al aro externo que sella sus flancos contra la llanta, talonando perfecto y creando el aislamiento que evita se pueda ir el aire del espacio de inflado de la rueda. Con 2 bar de presión interna de la cámara del Nomousse resulta suficiente para garantizar dicho sellado contra el offroad y el talonado perfecto. Pero, el fabricante, por margen de seguridad recomienda ir a 4 bar de presión interna -siempre hablamos de la fina cámara que es como un tubular de bicicleta-.

Para inflar el neumático propiamente dicho, basta con dar aire por la válvula específica, con la ventaja de poder adaptar la presión a la realidad necesaria de cada momento, terreno, uso o superficie. Incluso se puede rodar con 0 bar de presión, que la rodadura es continua y no desllantamos.

Esta es la virtud principal del sistema frente a la cámara convencional. Con una cámara normal, si vamos bajos de presión, podemos pellizcarla y pinchar. Por eso todos llevamos como medida estándar, 1 bar de presión, por evitar el miedo y el riesgo a pinchar. Además, con la cámara, al pinchar, el neumático no tiene presión, se queda fofo y destalona, debiendo rodar, como bien sabéis, zigzagueando pues la rueda va flaneando.

Con un sistema como Nomousse haces como en las motos de trial, que llevan llanta trasera sin cámara. Puedes adaptar la presión a tus necesidades, sin miedo a pinchar, disfrutando de la tan buscada tracción. Algo bien valorado hoy en día, sobre todo con la creciente práctica del enduro en formato extremo. Además, menor presión significa más superficie de apoyo y menor desgaste.

Además, pesa 945 gramos, verificado en nuestra báscula, mucho más ligero que si sumamos el peso de una cámara, sobre todo si es reforzada, y el del papillón (freno cubierta) que hemos quitado. Añadidle que sobresale 15 mm de los bordes de la llanta, protegiéndola de los golpes.

Una duda que surge ¿es infalible? La respuesta es no. El sistema elimina el riesgo a pinchar comparado con una cámara normal y a destalonar pero no es un antipinchazo. Si se raja la cubierta, se agrieta, o la traspasa un objeto punzante, el aire de la rueda se pierde. Entonces, ¿qué ventaja tiene, sin pinchamos? La de poder rodar sin destalonar, a cero de presión, como hemos podido comprobar, sin sentir que la rueda nos impide ir cómodos. La adaptación al terreno y agarre son muy buenos, así como el «tacto» de conducción incluso sin aire, por haber pinchado. Además, un pinchazo se arregla sin desmontar la cubierta, poniendo una de las tiras «moco» para reparar tubeless en el punto de pérdida de aire.

Muchos pensaréis que lo mejor es ir con un mousse, y estáis en lo cierto que pues sí que es un antipinchazo auténtico. Pero el mousse es caro, cuesta montarlo y, sobre todo, es un material perecedero, que pierde con el uso, y que tiene fecha de caducidad. Por eso, el aficionado no puede costearse mousses como si fuese un profesional, pero sí tiene una alternativa como Nomousse. Es más barato, reutilizable muchas veces, y no caduca.

¿Cómo se instala?

Tiene su proceso, pero no es complicado. Se mete la cámara del kit dentro del aro del Nomousse. Se localizan los agujeros de la llanta donde meter cada una de las dos válvulas, y se ponen en ellos. Se humedece con agua jabonosa o pasta de montaje y se aloja dentro de llanta el Nomousse. Con él puesto, hay que alojar la llanta entera dentro de la cubierta para luego comenzar el montaje, con desmontables, de cada lado de la cubierta. Se infla el Nomousse a 4 bares, se da la presión a la rueda que se quiera, y listo.

¿Cómo funciona?

Perfecto. En el test que hemos realizado nos ha encantado el poder sentir ir bajos de presión y poder trialear con mucha tracción. Y sin desllantar ni pinchar. Pero además, llevando una pequeña bomba en la riñonera, hemos ido jugando a diferentes presiones. Al final, hasta se convierte en adictivo. Como nos decían en Nomousse, presión baja, ligereza y flexibilidad –se adapta mejor al terreno- supone un aumento de tracción  sensacional. Pero, además, hay más confort en marcha pues tenemos menos rebotes de la rueda. Por cierto que el Nomousse cuesta 89, 90 euros, y tenéis recambios, como la cámara de repuesto, por 12,90 euros. Sólo lo hay para llanta trasera de 18”.

Lo mejor:
  •  

    Tracción efectiva

  •  

    Baja presión

Mejorable:
  •  

    Solo para llanta 18"