Alejandro de la Cruz Morillas, más conocido como Álex Cruz (o ‘Alexkawasubi’ en las redes sociales), ha logrado un nuevo hito para el motociclismo español al imponerse en la prueba de Alès de la PRM Cup, el campeonato internacional paralímpico para pilotos discapacitados.
Hace poco más de un año nació, a iniciativa de la asociación francesa ‘Handi Free Riders’, la PMR Bridgestone Cup. PMR viene de las siglas ‘Pilote à mobilité réduite’ (pilotos de movilidad reducida), y la idea no es otra que juntar a pilotos con alguna discapacidad, siguiendo la senda de la internacional Dream World Bridgestone Cup.
Repartidos entre las categorías de 1000cc y 600cc hay una treintena de pilotos: la mayoría franceses, algunos belgas, italianos… y un español. Álex Cruz.
Tras el éxito de las pruebas celebradas en 2016, para este 2017 se diseñó un calendario con cuatro pruebas. La primera fue a finales de marzo en el circuito Carole, y la segunda –denominada International Bridgestone Handy Race- coincidió con el Gran Premio de Francia disputado en Le Mans el pasado mayo. La última será en agosto en Mugello, mientras que la tercera fue el pasado fin de semana en Alès.
Para Álex Cruz, competir en estas carreras paralímpicas fue novedad el año pasado, cuando en su estreno fue segundo en Supersport en la carrera de Austria de la Dream World Bridgestone Cup; tras la insistencia de su novia en que acudiera, y habiéndose aprendido el circuito de Red Bull Ring en la PlayStation 4.
En este 2017, Álex ya es un habitual de la PMR Bridgestone Cup, en lo que es la culminación de un viaje que él no había previsto, y que dio comienzo cuando era un joven aficionado a las motos al que le gustaba salir de ruta con los amigos y que había hecho alguna tanda en Montmeló. Todo cambió cuando sufrió un accidente con su Kawasaki ZX-6R que terminó con la amputación de su pie derecho al impactar contra un guardarraíl, que también le dejó secuelas en su pie izquierdo. Corría el año 2001 y Álex tenía sólo 24 años.
Lejos de detenerse, su amor por las motos creció. Tres años después ya probó a subirse en una Yamaha YZF-R6 en un polígono, pero ante el peligro que suponía para él ir en moto por la calle, rápidamente tomó la decisión de focalizar su amor por las dos ruedas en los circuitos, donde cada vez le iba cogiendo más el gusto a la velocidad, así que decidió comprarse una ZX-6R. Sin embargo, lo que Álex quería era competir, y como dicha moto era tan vieja que ya no superaba los controles técnicos, en 2009 adquirió una R6 de 2005.
Los campeonatos amateurs se le quedaron pequeños, y empezó a hacerse un habitual del podio frente a pilotos sin discapacidad. En 2011 acabó segundo en Castellolí en las series Superstock 600 Open del Campeonato Pirelli. Un año después, fue segundo en Montmeló en la Copa catalana amateur de velocidad RODI; mientras que en 2013 sumó dos podios, ambos en Alcarrás: fue segundo en la Copa de España de Velocidad en la categoría Open 600 Master 35; y meses más tarde, tercero en la categoría 600cc amateur de la Copa Velocidad Rodi Michelin.
Sin embargo, la moto se le iba quedando obsoleta, así que en el año 2014, ‘La Montse’ (su pareja) le regaló una ZX-6R, que fue con la que acudió el año pasado al Red Bull Ring austriaco, donde su presencia en el podio era la prueba irrefutable de que la decisión que salir a competir fuera de las fronteras españolas había resultado ser todo un acierto.
Y precisamente por eso, en este 2017 ya no era suficiente con participar, y junto a ‘La Monste’, su mecánico Oliver y su ayudante y fotógrafa Nuria, ha subido la apuesta para participar en el calendario completo con la firme idea de no bajarse del cajón. Con la Kawasaki ZX-6R –que inicialmente le dio bastantes problemas- preparada por Bruno Performance y Andreani MHS, y con el reciente patrocinio por parte de Arai, la trayectoria de Cruz es cada vez más ascendente. Porque, todo hay que decirlo, los resultados acompañan.
Comenzó con dos podios en la cita inicial de Carole, acabando segundo en el global de Supersport y quinto absoluto. En Le Mans redobló esfuerzos, y después de acabar 20º en los cronometrados logró remontar hasta la séptima posición en carrera, quedando tercero de Supersport.
En Alès ha logrado el más difícil todavía. Ya en la primera manga, ganada por el francés Stephane Paulus, Cruz acabó la carrera en segunda posición y a sólo ocho segundos del francés, haciéndose con una contundente victoria entre las 600cc, en lo que suponía su primer triunfo parcial a nivel internacional.
Un éxito que quedaría empequeñecido ante lo que lograría en la segunda manga, donde se impuso a Paulus por casi diez segundos para hacerse con la victoria absoluta y empatar a 45 puntos con Paulus en la primera posición del global del fin de semana.
La cita de Alès ha sido la demostración definitiva de que Álex no es solamente el representante español en el motociclismo paralímpico, sino que ya se ha convertido por derecho propio en uno de sus grandes referentes mundiales, algo que intentará refrendar en la última cita de la temporada que tendrá lugar el próximo mes en el Autódromo del Mugello.
Sin embargo, a sus 40 años, el piloto de Sabadell también está inmerso en otras carreras bien distintas, enfocadas en ayudar a otros pilotos en su situación. Mediante la iniciativa ‘Pilotos capacitados’, Cruz lucha por dar cobertura y ofrecer información a todos aquellos pilotos que quieran introducirse en el incipiente mundillo del motociclismo paralímpico.
Ese es su objetivo general, que a su vez se ramifica en ‘pequeños’ objetivos particulares. Uno de ellos es conseguir que España se una a Francia, Italia o Austria como escenario de carreras de velocidad para ‘Pilotos capacitados’, y su proyecto a corto plazo es conseguir que se dispute una carrera de motociclismo paralímpico en el Circuit de Barcelona-Catalunya. Viendo el resultado de sus objetivos recientes, prácticamente se puede dar por hecho que lo acabará consiguiendo más pronto que tarde.