Después de haber estado rodando con las cuatro durante el día de ayer, hoy toca centrarse en el apartado técnico más avanzado. No hay mejor manera de sacar partido a la caballería de nuestras protagonistas, tanto a nivel motriz como de sus diferentes partes ciclo, que la asistencia de las más variopintas ayudas electrónicas. Las mismas que, a un nivel no muy superior (especialmente en lo que respecta a la Aprilia y en menor medida a la Ducati), ayudan, por poner un ejemplo, a los pilotos profesionales del Mundial de Superbike.
Y es que gracias a ellas la seguridad en la conducción aumenta muchos enteros, y hace de un conductor medio uno mejor, y sobre todo con más confianza en su conducción.
En este sentido, las cuatro motos de esta prueba, como no podía ser menos, equipan sendos paquetes electrónicos que incorporan ABS, control de tracción y diferentes modos de motor. Son en mayor o menor medida muy completos, y cuentan con diferentes particularidades.
En general funcionan de forma excepcional, y todos ellos son muy válidos en carretera abierta. En pista, donde las exigencias son mayores, las mayores posibilidades de las motos italianas, por su amplísima capacidad de regulación y ajustes, son más adecuados. Especialmente si tu nivel de conducción es elevado o muy elevado, que es cuando les puedes sacar el máximo partido.
Si no, cualquiera de los cuatro satisfará sobradamente tus expectativas en cualquier ambiente. Así, la moto de Noale poco tiene que envidiar a su SBK. Utiliza el aPRC (Aprilia Performance Ride Control), que incorpora nada menos que autocalibración para adecuarse al modelo de neumático, control de tracción aTC (Aprilia Traction Control), anti caballito aWC (Aprilia Wheelie Control), control e salida aLC (Aprilia Launch Control) y cambio semiautimático aQS (Aprilia Quick Shift). Pero hay más, porque utiliza Race ABS, con tres niveles de actuación, y sis- tema de control de velocidad aCC (Aprilia Cruise Control). Con todos estos «gadgets», esta Tuono vendría a ser una pura sangre de competición perfectamente utilizable por la calle. Además, para rizar el rizo, y sin entrar mucho en detalle, cuenta opcionalmente con la tecnología V4-MP y AMP, que son plataformas multimedia y sistemas de adquisición de datos.
La moto de Borgo Panigale monta el Ducati Safety Pack (con ABS 9MP con calibración múltiple y desconectable, y control de tracción ajustable en 8 posiciones). Además incorpora tres modos de motor (Sport, Touring y Urban), totalmente personalizables en sus diferentes parámetros dentro de cada modo.
No tiene tantos sistemas como los de la Aprilia, pero a la hora de la verdad son suficientes en carretera y en pista, al poderla adaptar a tu pilotaje con absoluta precisión. Las suspensiones, firmadas por Öhilins (También lo son en Aprilia y Triumph), son ajustables de modo manual no electrónico, y en todos los casos la firma sueca despliega en los diferentes modelos un comportamiento intachable.
Las electrónica de la Ducati, sin llegar al nivel de Noale, es suficiente para carretera y pista.
La calidad de sus componentes se aprecia rodando rápido o despacio, y la pisada y firmeza del tren delantero es característico en los tres modelos. Otra cosa ya, es cuan estables, o ágiles, o maniobrables, son en la práctica cada una de ellas, para lo cual influyen también el resto de componentes de parte ciclo, como chasis y basculantes. Aquí la más neutra es la Aprilia, y es imperturbable acelerando o frenando. Es una RS4V RF al desnudo. La Ducati es precisa y da muchísima confianza en los apoyos fuertes sobre el tren delantero, aprovechándose por cierto de un equipo de frenos excelente, el mejor del grupo junto con la KTM (con bomba radial y pinzas Brembo M50).
Eso sí, en uso urbano hay que aprender a dosificar el tacto en el primer momento de presión de la maneta. Por otro lado, al acelerar en la Monster 1200 R con contundencia el tren trasero «baila» un poquito más que la moto de Noale. Goza, eso sí, y en comparación con la versión S del mismo modelo, con una altura libre al suelo aumentada en 15 mm, lo que favorece un ángulo de inclinación de hasta 50 grados. Además, su amortiguador de dirección es, como en la Aprilia, regulable. No siéndolo en la KTM y no equipándolo la Triumph.
Por su parte, la Super Duke R Special Edition y la Speed Triple R tampoco se quedan a la zaga a nivel electrónico. Incorporan, como todas nuestras protagonistas, acelerador electrónico «Ride by Wire», que es de tacto y funcionamiento exquisito sin discusión en cualquiera de ellas independientemente del modo en el que se circule.
Un hecho importante porque de él depende en gran medida el confort y seguridad con la que rodamos ya sea a ritmos lentos o muy rápidos. La Austriaca dispone de tres modos de motor a los que van asociados diferentes niveles de intrusión de control de tracción (Rain, Street y Sport), mientras que la británica cuenta con cinco modos de conducción (Rain, Road, Sport, Track, y un quinto modo configurable por el piloto).
Su funcionamiento y nivel de intrusión es acertado en cualquiera de los niveles, aunque no son totalmente personalizables como sí ocurre en la Ducati o la Aprilia (los suyos vienen configurados con unos parámetros estándar de serie). Sí es desconectable en el caso de la KTM, como su ABS desarrollado por Bosch, que igualmente cuenta con varios niveles de intrusión asociados a los diferentes modos de motor (también en la Triumph).
La KTM incorpora el modo “Supermoto”, desactivando el ABS en el eje trasero.
Incluso el ABS es desconectable parcialmente en la KTM (modo Supermoto), actuando sólo en el tren delantero, permitiéndote controlar por tus medios la rueda trasera.
Lo que no tiene la moto austriaca es un modo de control de tracción configurado para neumáticos de competición o pista, lo que la limita en cierto modo pensado en los usuarios más extremos. Tampoco, curiosamente, tiene regulación de precarga de muelle delantera su horquilla WP. Sólo de hidráulicos. Algo que en KTM no consideran necesario en su modelo, pero humildemente sí nos lo parece a nosotros. Por lo demás el comportamiento de sus suspensiones no tiene pega, transmitiendo gran seguridad y ofreciendo una estabilidad en carretera a la altura de sus rivales.
Así las cosas, nos encontramos ante cuatro pura sangre, que cada una a su manera, nos enseñan y demuestran lo rápido y emocionante que se puede circular a lomos de una verdadera deportiva, desprovista totalmente de carenado, y con un considerable grado de confort en uso cotidiano.
Conclusión
Partiendo de cuatro motos sobresalientes, y tratando de ser lo más objetivos posibles, la Aprilia Tuono V4 1100 Factory, por su equipamiento y comportamiento, se merece la matrícula de honor. Eso sí, no puede llevar pasajero (Sí se sirve con estriberas y asiento, ¡gracias Oriol!) . La Ducati Monster 1200 R es excitante, personal, tiene solera y dispone de multitud de parámetros regulables. Funciona realmente bien en todos los ambientes.
La Triumph Speed Triple R se impone a la KTM Super Duke R Special Edition por su relación calidad-precio. Es la más barata, y se de ende con nota en toda circunstancia. La austriaca es todo temperamento, muy personal y exclusiva, y muy válida, pero no viene tan equipada como Ducati y Aprilia.