Triumph y Triple son palabras que han formado una estrecha relación, y es que la marca inglesa y los motores tricilíndricos son algo así como Ducati y los bicilíndricos. Además, el sobrenombre Triple ha marcado su última generación de naked, que está representada por dos modelos, Speed y Street, pero con una variada oferta, gracias a sus diferentes versiones. Para esta prueba hemos decidido enfrentar a las dos más equipadas, la Street Triple R y la Speed Triple R ABS. Hasta ahora sólo la pequeña Street tenía una hermana «R», con mejores frenos y suspensiones, pero esta temporada también se ha duplicado la Speed.
Una vez probada a fondo, la hemos comparado con su hermana pequeña y es que habiendo opciones tan interesantes en la misma marca no es fácil elegir. Ambas tienen un origen similar, la Speed Triple apareció en su día tomando como base a la deportiva de la marca en aquel momento, la Daytona 955, mientras que la Street lo hizo sobre la deportiva del segmento medio, la Daytona 675. El caso es que las dos tienen un corazón deportivo que marca su destino, la guerra entre hermanas está servida y lo mejor es sin duda participar en ella.
Desde hace un par de temporadas las dos naked de la marca pasaron de tener las clásicas ópticas redondas a unas con forma de lágrima. Al principio esto supuso un shock para los seguidores más fieles, pero ahora parece que ya es normal. De modo que cuando estás a una distancia media se ven muy parecidas, una vez te acercas te llaman la atención los
exclusivos componentes de la Speed en esta versión, ya que hay tapas de fibra de carbono, suspensiones Öhlins y frenos Brembo. También aprecias su mayor tamaño y es que es un poco más alta de asiento, algo más larga y sobre todo más voluminosa en la zona del depósito .Lo curioso es que salvando este mayor tamaño de la Speed, la postura es bastante parecida en los dos casos, con el
manillar situado a una distancia media , ni muy alto ni muy bajo, que te da control total sobre la moto. El asiento de la Street es más estrecho en su parte delantera, de modo que llegas mejor al suelo, si bien es un poco menos cómodo. Los estribos están altos en los dos casos, y es que en la Street tiene el mismo anclaje que en una Daytona 675. La ventaja es que no rozas con ellos en conducción deportiva, a cambio tienes las piernas un poco más flexionadas de la cuenta para una conducción más turística. Los cuadros también siguen una línea muy similar, tanto de diseño, como de su variada información, pero aquí lo curioso es que es la moto más sencilla la que dispone de indicador de marcha engranada. Las dos destellan con unos flashes azules cuando te acercas al corte de encendido, al tiempo que sientes el tricilíndrico buscando con ferocidad su límite.Cuando sales del garaje ya tienes claras dos cosas, que las dos giran poco y que hay una
gran diferencia de peso a favor de la Street Triple . Los 25 kg que hay entre la pequeña y la grande se notan, tanto al empujarlas en parado como en los cambios de dirección. Es cierto que esta versión R de la Speed Triple cuenta con llantas de aluminio forjado son más ligeras y l a moto ahora 1,5 kg con respecto a la versión básica, pero aun así la pequeña es una verdadera peso ligero a su lado. Eso hace que te pidan diferentes formas de conducción, con la Street puedes mantener una mayor velocidad de paso por curva y modificar las trazadas a tu antojo, es como un juguete y resulta muc ho más accesible para los que están empezando.Esto no quiere decir que la Speed sea difícil ni mucho menos, pero es que su hermana es tan fácil. El conjunto de la moto de
1.050 cc se nota más firme, ya que las suspensiones Öhlins poseen unos muelles más duros que en la estándar y unos hidráulicos resistentes. Eso te permite actuar con más agresividad sobre los frenos y el gas sin que el conjunto se resienta. También es cierto que las suspensiones derivadas de la Dayton 675 hacen bien su trabajo en la Street. Algo en lo que las dos coinciden, con cierta ventaja para las Öhlins, es que las regulaciones surten un notable efecto, como pudimos comprobar en la jornada de pruebas. Y basta con echarle un vistazo al manual de instrucciones para encontrar tus reglajes rápidamente (hay tres opciones según tu ritmo). Los frenos son tremendamente potentes en los dos casos y la ventaja que le da la bomba radial Brembo a la Speed, la pierde con la temprana entrada del ABS cuando se apura la frenada.Arrancar cualquiera de los dos motores te hace darte cuenta de que hay algo distinto en su interior y es que los tricilíndricos de Hinkcley tienen un
característicos silbido . El siempre mencionad equilibrio de esta configuración mecánica se dan en las dos, pero a diferente escala. En la Speed la potencia llega a los 130 CV reales, 30 más que en su hermana pequeña, y además ofrece unas excelentes cifras de par. Eso hace que su motor sea todopoderos o y siempre res ponda con fuerza a tus demandas, desde muy bajo régimen. Pero es un motor agradable y aprovechable, tan sólo si buscas su máximo rendimiento tienes que ser más cauto al abrir gas en curvas lentas con la moto muy inclinada, dado que tiene más tendencia a deslizar.Lo bueno es que como la entrega de par es directa, también los es tu control sobre el neumático trasero. En la Street hay del mismo modo una gama excelente si la comparamos con las motos de su categoría, con par en medios y una buena estirada final. Para seguir la estela de la 1.050 cc hay que estirar mucho más el motor y utilizar el cambio. Por otro lado es más sencillo acelerar con la moto inclinada, así que con un nivel de conducción medio se le puede sacar mucho partido a esta moto.