Moto Guzzi es una marca histórica con un pasado glorioso y con un historial grandioso. Muy pocas fábricas de motos tienen tantas anécdotas y antecedentes que poder relatar. Su gama actual ha ido creciendo y cada vez es más completa y toda ella gira en torno a motores en «V» con el cigüeñal longitudinal y cilindradas que van desde los 750 cc de las más «pequeñas», hasta los 1.200 cc de las más grandes. Una de las encuadradas en esas «pequeñas» es la que ahora nos ocupa. Se trata de la novedosa V7 Classic, una moto inspirada en decoración y diseño en la V7 Special de los años ’70 del siglo pasado. Esta es una manera con la que Moto Guzzi tiene intenciones de sacar provecho de su interesante historia.
Lógicamente, la nueva V7 Classic cuenta con componentes modernos y posee un aspecto mucho más ligero y simple que la Special de la que toma sus rasgos, pero también tiene toques clásicos la mires por donde la mires. Las formas y el tapón del depósito, las llantas de radios, la parte ciclo con chasis de doble cuna, la pareja de amortiguadores traseros o el asiento de una pieza sin apenas diferencia de alturas entre la zona destinada al piloto y al pasajero, todos gozan de trazos retrospectivos. También la aleta trasera y el grupo óptico posterior, el faro redondo en su frontal, la instrumentación con doble esfera analógica y los escapes largo y cromados, impregnan de clasicismo a esta italiana. No hay duda que Moto Guzzi ha hecho un buen trabajo. Y lo mejor de todo es que el precio final no se eleva demasiado para tratarse de un modelo con carácter un tanto exclusivo. La cifra de tarifa no sobrepasa los 8.000 euros, aunque hay que tener en cuenta que en ella no está incluida la parte correspondiente al transporte.
NO SÓLO APARIENCIA
Si en el apartado estético Moto Guzzi ha hecho un buen trabajo, en el aspecto dinámico la V7 Classic también sorprende teniendo en cuenta que es una moto de prestaciones discretas. Partiendo de que declara 48 CV y que en nuestro banco han sido 42 CV, nos podemos hacer una idea del potencial que despliega. Por un lado es suficiente para desplazarte con cierta alegría, pero por otro tampoco es que te transmita sensaciones fuertes a la hora de actuar con rapidez sobre el acelerador. Acelerando y recuperando es cautelosa. Los 8,1 segundos que necesita para pasar de 0 a 100 km/h hablan por sí solos. Pero es que Moto Guzzi ha querido hacerla así. Una moto tranquila, fácil de conducir, ideal para iniciarse o para aquellos que buscan un vehículo que les transporte ágilmente por ciudad y que a su vez les alegre la vista a la hora de contemplarla en parado. Además, al acelerar llama la atención el corto recorrido que posee el puño derecho, por lo que se puede decir que se trata de un interruptor de «ON/OFF». Así que todo o nada.
A bajo régimen responde con tranquilidad, pero sin pausa y luego estira por encima de 6.000 rpm, a partir de ese régimen ya no hay demasiado empuje y los reposapiés comienzan a transmitirnos vibraciones que aumentan a la vez que incrementamos más el régimen. Pero, como puedes ver en el recuadro del Banco de Potencia, no interesa pasar de ahí y es preferible actuar sobre la palanca de cambio para subir de marcha y encontara más «chicha» en el bicilíndrico. Además y a pesar de la transmisión por cardan directa, las reacciones de transmisión son escasas y el accionamiento del cambio es más que correcto.
Por otro lado, el asiento no es excesivamente bajo, pero luego es estrecho en líneas generales, de modo que no es complicado llegar con los pies al suelo. La Guzzi no es ni demasiado pequeña, ni demasiado grande. Recibe indistintamente pilotos de tallas diferentes sin problemas y para todos resulta fácil y agradable.
La pipa de dirección se encuentra alta y, por tanto, el manillar también, aunque es bastante plano y estrecho. El radio de giro del tren delantero es muy pequeño y prácticamente puedes dar la vuelta en poco más de un metro. Se desenvuelve muy bien entre el tráfico urbano y las maniobras a baja velocidad se realizan con suma facilidad. En la báscula llega a pesar 198 kg con el depósito lleno, pero en la práctica estos «kilos» no se notan demasiado y, como he comentado con anterioridad, nos encontramos ante una moto apta para todos los públicos en posesión del carné A.
TE LLEVA BIEN
Salta a la vista que la V7 no es una moto para pilotos muy exigentes. Tiene lo que tiene y tampoco le puedes pedir demasiado, pero si te acostumbras a lo que te ofrece, la verdad es que te puede transportar con cierta alegría. En línea recta no tiene problemas, aunque a la hora de pisar irregularidades en el asfalto conviene sujetar el manillar con fuerza para pasar por ellas sin problemas. La suspensión trasera es un poco seca de reacciones y su recorrido no es excesivo, pero no llega a ser desagradable. A la hora de negociar curvas su dirección se muestra precisa y rápida, y la distancia libre al suelo de los estribos es generosa y no llega a rozar, aunque la V7 Classic tampoco es una moto que te permita grandes «tumbadas».
Cuando tienes que frenar hace honor a su denominación y se puede decir que es un tanto clásica. Esto quiere decir que el freno trasero no es un mero apoyo y es muy importante a la hora de parar en pocos metros. El equipo delantero, con un único disco, no posee la capacidad de frenada de otras motos y por eso es más que conveniente mandar presión con el pie derecho sobre el disco posterior.
La V7 Classic es una moto de planteamiento simple , muy clásica en cuanto a aspecto, pero tanto por funcionamiento, como por comportamiento es un modelo completamente moderno. Además, su mantenimiento es contenido y sus consumos son muy bajos. No hay duda que Moto Guzzi ha preparado una moto atractiva e interesante. Una verdadera «neoclásica» apta para todos.
Moto Guzzi V7 Classic
Prueba a fondo de la neoclásica Moto Guzzi V7. En la década pasada varios fabricantes japoneses pusieron de moda las motos de aires retrospectivos, pero en los últimos años la mayoría de los modelos de tendencia clásica se fabrican en Europa. La Moto Guzzi V7 Classic es una muestra de ello. Es nueva y clásica al mismo tiempo.