Moto Guzzi ha querido que conozcamos sus V7 2014 en su propio terreno, en la misma fábrica de Mandillo del Lario, a unos 100 kilómetros de la ciudad de Milán, y nos preparó una ruta muy peculiar, con visitas a las principales fábricas de componentes que se encuentran en esta industrial zona del norte de Italia. Entre curva y curva pudimos disfrutar en las cadenas de montaje de factorías míticas como la de Domino, la de Alpina y la de Gilardoni, todas ellas famosas por su implicación en competición y por su tradición en el mundo de la moto. Pero vayamos a lo importante, al funcionamiento de esta naked urbana, que vuelve a ponerse a la venta en tres versiones distintas: Stone, Special y Racer.
Moto Guzzi V7 Stone
Se trata la versión más simple de las tres, cuya principal novedad en el aspecto técnico se encuentra en el volante de inercia, ahora bañado en aceite, y que sustituye al altenador anterior en seco. El resto de cambios producidos son estéticos, con mayor presencia del color negro en donde antes aparecían los cromados, excepto en el motor, aleaciones de motor y sistema de escape. Los nuevos colores de la V7 Stone son el rojo, el negro mate y un verde oscuro muy atractivo.
Con ella fue con la que más tiempo pasé en la larga jornada de ruta que los italianos nos tenían preparada y sinceramente me pareció una moto ideal para realizarla. Esta naked se mueve muy bien en las reviradas y estrechas carreteras de esta región lombarda. El motor ofrece la potencia suficiente para salir rápidamente de las curvas, aunque a algunos les pueden parecer insuficientes sus 48 CV. De hecho, la principal queja de los periodistas presentes era lo insulso de su motor más que la potencia. En mi opinión, más que soso es que su entrega es lineal para permitir sacar todo el provecho del propulsor desde muy abajo, para no tener que jugar excesivamente con el cambio. Si el motor fuese más puntiagudo y divertido, entonces nos encontraríamos con problemas en la parte baja del cuentarrevoluciones.
Por cierto, muy de agradecer el no tener que hacer excesivo uso del cambio, poco preciso y al que no le gustan las dudas, requiere de firmeza a la hora de intercalar las marchas. Excepto la primera, y es que la V7 es de las pocas motos en la que no se aprecia cuando se mete marcha para iniciar la marcha. Delicioso, igualmente, el uso de transmisión por cardan.
Al igual que me ocurrió con el motor, con la parte ciclo encontré igualmente cosas que me gustaron y otra que no tanto. Los frenos, la ligereza del conjunto y la horquilla se encuentran en el lado positivo de la balanza; la doble amortiguación trasera, en el negativo.
Los casi 180 kilos de peso en orden de marcha que arroja la Moto Guzzi en la báscula ayudan bastante a que el disco delantero y su pinza Brembo de cuatro pistones hagan su trabajo con firmeza, además de recibir la ayuda de un fácilmente dosificable disco trasero con doble pistón. Hay que reconocer igualmente que el asfalto se encontraba en perfecto estado y que en ningún momento eché de menos el ABS. En otras circunstancias igual no estaría diciendo lo mismo. Como decía antes, también me gustó la horquilla, con un funcionamiento bastante eficaz en las bacheadas carreteras por las que circulamos. Todo lo contrario que los amortiguadores traseros, tendentes a rebotar a la mínima rugosidad en el firme.
Moto Guzzi V7 Special
La Special y la Stone apenas presentan diferencias la una de la otra, salvo por las ruedas utilizadas. La versión especial cuenta con unas llantas de radios de color negro (aluminio de palos en la Stone) que le dan un aspecto retro muy evocador. También difieren en la variedad cromática, pudiendo adquirirse la Special en dos colores: plata con bandas negras, y negra con bandas naranjas.
Moto Guzzi V7 Racer
Sin duda, la más especial de todas, disponible sólo en un color: el inconfundible cromado del depósito en contraste con el negro de de las tapas laterales, espejos retrovisores, soportes de lo silenciadores y guardabarros, y el rojo de su chasis. Es sin duda una moto muy especial, producida en edición numerada, repleta de detalles como el asiento monoplaza de cuero, estriberas regulables, entre otros elementos.
Tuve el placer de realizar la última parte de la ruta con ella y quedé prendado. No aprecié diferencias con la Stone en cuanto al motor, pero sí respecto a la suspensión trasera y es que la Racer monta dos amortiguadores Bitubo dotados de regulación de la precarga del muelle tanto en extensión como en compresión, y con botella separada, con los que los excesos rebotes de los usados en las otras dos versiones desaparecen. Todo un acierto, sin duda, aunque tengo que decir que si bien mi espalda agradeció el cambio, mis muñecas sufrieron un poco más con la postura más radical a la que obligan conducir los semimanillares de la versión rácing.
Precios Moto Guzzi V7
- Stone: 8.249 (6.999, oferta actual).
- Special: 8.999.
- Racer: 10.499.