Existe una máxima que dice que si algo no funciona, no lo toques. La Street Bob es un modelo que ha tenido un gran éxito entre el público y es que probablemente sea una de las Harley más equilibradas en cuanto a precio, estética y prestaciones. Pero en el departamento de personalización de Harley-Davidson, llamado Factory Customization, han pasado de esta máxima y han cambiado unas cuantas cosas para sacar al mercado una moto única de la que solo fabricarán 500 unidades. Una Bobber, más que una transformación, es una personalización en la que se elimina y/o recorta todo lo superfluo, manteniendo el chasis de serie y haciendo como principal protagonista al motor. Por ello en esta edición especial se ha montado el motor de 1.690 cc para que se oiga su rugido desde lejos y se haga notar su presencia. Además, el anclaje al chasis del motor se hace mediante unos tacos de goma que permiten vibrar al propulsor sin complejos, confiriéndole a esta moto personalidad propia. Es curioso que, siendo exactamente el mismo motor de la Breakout que publicamos la semana pasada, se sienta tan distinto.
La primera impresión a los mandos de la Street Bob con las manos en alto y el motor arrancado, es de que se te van a caer los empastes. Pero cuando te sientas y te pones en marcha, la posición es cómoda y el manillar, un pequeño «cuelgamonos», más ergonómico de lo que pudiera parecer. Una vez en marcha, según subimos de vueltas el motor, las vibraciones se van reduciendo progresivamente para desaparecer casi por completo entre 3.000 y 4.000 rpm. Además, esta es la zona buena de utilización, donde el motor entrega la potencia y el par máximo. Podrás ir jugando entre curva y curva con el suave y preciso cambio, una caja Cruise Drive de 6 velocidades, aunque sin apurar mucho la frenada. El único disco delantero es algo escaso para detener los 300 kg de la moto más tu peso en una conducción, digamos, alegre. De todas maneras no creo que el usuario de esta moto busque eso precisamente, más bien practicará una conducción relajada, sin estirar el motor y dejando al bicilíndrico respirar entre explosión y explosión. Es entonces cuando se pasa a disfrutar de la carretera sin complejos, con la sexta velocidad engranada y sintiendo las pistonadas una a una.
Siendo una moto de línea básica, como buena Bobber que se preste, destaca la pintura del depósito de gasolina en dos tonos ondulados: big blue Pearl/vivid black y las llantas con los cercos en rojo. El motor Twin Cam 103 en negro con detalles resaltados, la caja de la batería oscurecida en negro y las luces de freno, posición e intermitencias combinadas, además de una aleta trasera más limpia. Estas son las características principales que distinguen a esta versión de su hermana melliza. También hay que sumar el sistema de frenos con ABS que, en esta ocasión, viene de serie. Teniendo en cuenta que se trata de una edición limitada de la que solo se fabricarán 500 unidades para todo el mundo, serán pocas, muy pocas, las que se verán circulando por nuestro país. Podrías optar por comprarte una Street Bob normal y modificarla tú mismo, pero te gastarías más de los 1.000 € de diferencia que hay entre la normal y esta Special Edition.