Era imposible no querer a Raül Torras. Su carácter abierto y su buen temple le permitieron disfrutar del cariño y el calor de cualquiera que lo conociese, incluso en la distancia de las frías relaciones de las redes sociales. Había algo en su forma de ser que transmitía confianza y seguridad, quizás fuera la vocación de servicio que acompaña a todo servidor público, como él. Porque, supongo que la mayoría del mundo lo sabe, su profesión fue Mosso d’Esquadra, y estaba asignado a la Unidad de Tráfico, como no podía ser de otra manera.
La proximidad y la complicidad de Raül le permitió rodearse de buena gente, de personas auténticas, de personas de verdad, de esas que te dicen, contigo al fin del mundo. Primero con Martimotos y después con Toll Racing, una modesta y laboriosa escudería, se ganó el respeto de todo el paddock de las road races tras varios años recorriendo el periplo de la sagrada trinidad de las road races, Tourist Trophy, Ulster Grand Prix y North West, además de Macao y el Manx Grand Prix.
Raül nació hace 46 años en Sant Hilari Sacalm (Girona), y comenzó compitiendo en motocross. Con el primer dinero que ahorró de su trabajo se compró una moto que tuvo que esconder en casa de un amigo porque no contaba con la aprobación de su padre. Era el primer motorista de la familia y no le resultó fácil abrirse camino y dejarse entender. ¡Qué parecidos fueron esos inicios a su lucha para poder seguir adelante en las road races! Puede que para alguien que nace en Reino Unido o en Irlanda el acceso a las road races sea algo natural, pero hacerlo desde España no es una tarea sencilla.
En las carreras de motos tocó casi todos los palos: motocross, dirt track, supermoto… Pero desde 2005 estaba entregado a la velocidad y la resistencia, con numerosas participaciones en las 24 Horas del Circuit de Catalunya, en donde obtuvo dos victorias en la clase SBK. Palabras mayores.
En 2016 descubrió las road races, debutando en el Manx Grand Prix, y al año siguiente participó por primera vez en el Tourist Trophy, disputando 21 carreras y logrando 18 réplicas. Y ayer se unió al selecto club de las 125 mph.
Pero todo esto no deja de ser meras cifras. En momentos tan dolorosos como este tenemos que estar al lado de los suyos, de su familia y amigos, y acompañarlos en un momento tan difícil. Las carreras nos han vuelto a herir, pero por encima de todo debemos mantener con nosotros la presencia de Raül por encima de los recuerdos. Se ha ido, pero seguro que cada uno de los que tuvieron el privilegio de conocerlo lo tiene presente por un gesto, por una palabra, por una imagen, y así, Raül sigue estando aquí.
