El pasado 2 de octubre debía haberse realizado la elección del presidente de la RFME, elección a la que concurren dos candidatos, que todavía tienen carácter provisional: Ignacio Verneda y José Luis Berenguer, que presentaron, respectivamente, 85 y 25 avales como candidatos. Realizada las elecciones a la Asamblea General, que en base a la nueva reglamentación de las federaciones deportivas amplía su número hasta los 120 miembros, y constituida esta como tal, el proceso electoral siguió su curso para la constitución de la Asamblea General, que es la encargada de elegir al presidente. Sin embargo, el proceso fue recurrido ante el TAD (Tribunal de Arbitraje del Deporte) dado que la fecha fijada inicialmente, 28 de septiembre, coincidía con la celebración del Gran Premio de Castilla-La Mancha de MXGP, lo que provocaría la ausencia de algunos miembros de la Asamblea, con obligaciones como cargos deportivos en la citada competición. Por tanto se aprobó una nueva fecha para la Asamblea General, fijándose el 2 de octubre.
Sin embargo, el proceso se ha complicado porque en el transcurso del mismo se han presentado recursos por parte de los dos candidatos, del uno contra el otro y viceversa, cuya resolución queda en manos del TAD, que disponía de cinco días naturales para la resolución de los recursos. Sin embargo, la complejidad de este año electoral en las federaciones deportivas españolas -siempre hay elecciones coincidiendo con el año olímpico-, con múltiples recursos de todo tipo en varias federaciones, ha complicado la tarea del TAD y retrasado la resolución, aunque se espera que se dé a conocer en breve.
El resultado de la resolución puede ser de lo más variado, desde aceptar las dos candidaturas y establecer una fecha definitiva para la convocatoria de la Asamblea General y elección del presidente, que podría ser en torno al 9 de noviembre, hasta declarar la no validez de uno de los candidato, lo que proclamaría automáticamente como presidente al otro candidato, incluso aunque este no contara con el apoyo mayoritario de la Asamblea. Eso propiciaría el gobierno en minoría del candidato elegido, y que en el plazo de seis meses se realizara una moción de censura contra él.
Otra opción, no descartable, es que el TAD desestime a los dos candidatos, con lo que la Asamblea General se tendría que disolver y dar comienzo a un nuevo proceso electoral. Todo es posible, porque incluso queda pendiente de resolver ante el TAD un recurso presentado por parte de una de las candidaturas, la de Berenguer, contra el recuento del voto por correo para la Asamblea... Seguiremos informando.
