El español Carmelo Morales ha anunciado su retirada como piloto de competición a los 43 años, poniendo fin a una de las trayectorias más longevas y exitosas del motociclismo español en la que se ha ganado el cariño de la afición y el paddock hasta convertirse en una leyenda absoluta a nivel nacional y continental, amasando la friolera de seis títulos de campeón de España y otros seis de campeón de Europa.
“Ha sido una larguísima aventura, en la que he disfrutado muchísimo, con unos inicios alucinantes que hubieran sido imposibles sin la fuerza de la familia y de los Larry's. Me siento muy afortunado de haber encontrado grandes amistades por el camino”, ha comentado en sus redes sociales, dejando así caer el telón a una historia impresionante de casi un cuarto de siglo.
PRIMEROS TÍTULOS
Su primer gran éxito llegó en 1997 con el título de la Copa Cagiva Motociclismo 125cc, donde jóvenes talentos corrían con Mito de serie y en la que se impuso en una parrilla en la que estaba, por ejemplo, Héctor Faubel. Sin embargo, la copa no continuó al ser sustituida por la Copa Nacional Aprilia, que Morales conquistaría en 1999, ya en la categoría de 250cc.
Al año siguiente siguió en el cuarto de litro pero ya en el Campeonato de España de Velocidad, donde rápidamente iría subiendo de cilindrada: tras un año en Supersport dio el salto a Fórmula Extreme en 2002, categoría en la que poco a poco se fue haciendo un hueco.
Allí fue progresando -mientras terminaba tercero en la Suzuki GSX-R European Cup 2005- hasta concluir como subcampeón en 2006 por detrás del gran dominador del momento, José David De Gea, que también le batió en 2007, en el que el catalán hizo wild card en el Mundial de Superbike, consiguiendo dos puntos.
Sin el murciano, Morales y su Yamaha YZF-R1 del Team Laglisse se impusieron de forma contundente en 2008 -donde repitió wild card en SBK- por delante de otros clásicos como su compañero de equipo Javi Del Amor y José Luis Cardoso. Además, se llevaron el Campeonato de Europa de Superstock 1000, disputado a carrera única en Albacete.
Estrenaba así de un plumazo su palmarés tanto nacional como continental. Lo que nadie podía predecir es cuánto lo iba a engordar en los cursos venideros, empezando por un 2009 en el que revalidó ambos títulos, arrasando en el CEV delante de otros dos grandes como el añorado Bernat Martínez e Iván Silva.
EL RETO DE MOTO2
Para 2010, el Team Laglisse le propuso un reto: ser el primer campeón nacional de Moto2, categoría que reemplazaba a Supersport para adecuarse a la nueva realidad mundialista. Con una LRT Suter, Morales protagonizó una lucha memorable durante todo el año con Jordi Torres que resolvió en su favor para convertirse en tricampeón nacional, extendiendo también dicho reinado al Europeo… de Supersport.
Todo ello pese al gravísimo accidente que protagonizó en su debut en el Campeonato del Mundo. El Pons Racing le llamó para reemplazar a Axel Pons en el Gran Premio de Catalunya y estaba cuajando un estreno espectacular al pelear por la séptima posición con Kenny Noyes cuando, al salir a la recta de meta en la última vuelta, trató de ponerse a rebufo y tocó la rueda trasera del estadounidense con su rueda delantera, yéndose al suelo a gran velocidad.
Unas imágenes que helaron la sangre de los espectadores y que se saldó con aplastamiento y fractura vertebral para Morales, que no solo tuvo tiempo de conquistar el nacional de Moto2 y el Europeo de Supersport; sino también de resarcirse en el Mundial de Moto2 al correr las citas de Estoril y Valencia con la Suter del Racing Team Germany sustituyendo a Arne Tode.
Su experiencia mundialista se completaría con siete carreras más de Moto2 en 2011, esta vez en las filas del Desguaces La Torre y teniendo que intercambiar Moriwaki y Suter. Fue también el año que vio truncada su impresionante racha de títulos, ya que se perdió el Europeo por lesión, mientras que Jordi Torres se cobró la revancha y le batió en el CEV de Moto2.
VUELTA A LAS MOTOS GRANDES
Decidió entonces dar por finalizada su aventura en la categoría y regresar a las motos grandes, ahora con el nombre de Stock Extreme, con el Laglisse pero a lomos de una Kawasaki. Y lo hizo como si nada hubiera pasado, arrasando con más autoridad que nunca ante pilotos como Kyle Smith, Xavi Forés y Santi Barragán… y reconquistando el cetro europeo de STK1000.
Nada pudo hacer en 2013 ante el binomio formado por Xavi Forés y su Ducati, teniendo que conformarse con el subcampeonato tanto en el último año del nacional de Stock Extreme como el del continental, que por última vez se celebró a carrera única. Para 2014 el CEV se tornó en FIM CEV y la categoría en Superbike, donde pese a mostrarse como el más rápido no pudo con la regularidad de Kenny Noyes, que le dejó sin título.
Siguieron las novedades y la categoría de Superbike adquirió rango de Campeonato de Europa, lo que Morales, que dejó Kawasaki para volver a Yamaha, aprovechó para agrandar su palmarés continental al hacerse el título en 2015, sumando 249 de 275 posibles para aventajar en más de 100 al subcampeón Adri Bonastre.
Lo defendió con éxito en un 2016 marcado por el mano a mano que mantuvo con el joven talento chileno Maxi Scheib para hacerse con su sexto título de campeón de Europa, más que nadie en la historia del motociclismo por delante del también español Álvaro Molina, que logró cinco títulos de 250cc (2002, 04, 06, 07 y 08) y, al británico Jimmie Simpson, que conquistó uno de 500cc (1926) y cuatro de 350cc (1924, 27, 33 y 37) cuando todavía no existía el Mundial y el Gran Premio de Europa otorgaba dicho galardón.
CAMBIO DE PADDOCK
Sería el último, y no por su culpa. Una nueva reestructuración del FIM CEV acabó con la categoría de Superbike, y Morales puso rumbo a la categoría reina del nuevo nacional: Superstock 1000 en el RFME CEV. También cambió de moto y de equipo, fichando por el EasyRace para subirse a una BMW.
Fue lo único que cambió, ya que volvió a proclamarse campeón por delante de Scheib, ayudado por las ausencias del chileno al compaginarlo con el Europeo de STK1000 dentro del WorldSBK. No tuvo rival en 2018, con 174 puntos de 200 posibles para imponerse claramente al joven Xavi Pinsach.
Las cosas se torcieron en 2019 y solamente pudo ser cuarto, en un año en el que se quedó sin victorias y apenas pudo rascar algunos podios. Con 41 años hubo quien pensó que sería su final. Él, que sabía que solo había sido un traspié, solo pensaba en recuperar el trono en 2020 y para ello decidió firmar con el Cardoso Racing y reencontrarse con su querida Yamaha YZF-R1.
FINAL AGRIDULCE
Lo sucedido a finales de dicha temporada no estuvo exento de polémica: Morales dependía de sí mismo para conquistar el título, ya que llegaba a dos puntos del líder, Román Ramos. Sin embargo, nada más darse la salida Ramos (al parecer tras tocarse con otro piloto) perdía el control de su moto, derribaba a Torres y a Morales, quedando los tres fuera de carrera y llevándose el título.
Para colmo, Morales fue sancionado con perderse la ronda inaugural de 2021, un castigo que según el catalán se debió a las palabras que dedicó a Ramos en el podio final de 2020, en las que le llamaba sinvergüenza.
Reapareció en Navarra y lo hizo con un impresionante doblete que hacía pensar que podría meterse en la lucha por el título, lo que reafirmó con un nuevo triunfo en la siguiente carrera en Aragón. No pudo ser: apenas rascó dos podios más en Navarra y una caída en la Qualy de la penúltima ronda en Valencia le produjo varias lesiones que le hicieron decir adiós a la temporada.
Su mítico número 31 no volverá a estar presente en este 2022. A las puertas de los 44 años, y pese a que hace poco mostraba que había estado probando la Honda del Laglisse (que será para Tito Rabat), Carmelo Morales ha decidido poner punto final a una carrera deportiva impresionante.
Además de ser el piloto con más títulos continentales en la historia del motociclismo de velocidad, sus seis títulos de campeón de España también le sitúan como el más laureado del presente siglo a nivel nacional, solo superado en el total histórico por siete leyendas del motociclismo nacional como Ángel Nieto, Jorge Martínez ‘Aspar’, Min Grau, Paco González, Ernesto Vidal, Ricardo Tormo y Javier Ortueta.
