50.000 km eran, pues entonces cinco juegos y hacemos 10.000 km con cada uno. Ya sabíamos que probablemente no se iban a gastar por completo, pero controlando su desgaste de manera periódica, las curvas que obtuviésemos nos darían una idea bastante clara de la duración de cada uno. Teniendo en cuenta que estábamos probando una moto que destaca precisamente por su economía, era la prueba que más casaba con ella.
Hacer tantos kilómetros seguidos y por parte de la práctica totalidad de la redacción, no era la forma más adecuada de realizar una comparativa tradicional de neumáticos. Hay que tener en cuenta que unos iban a usarse en invierno, otros en verano, unos más en unos terrenos, unos más en otros. Aun así, las anotaciones en el «cuaderno de bitácora» que se refieren a las gomas, son en todos los casos para alabarlas. También es cierto que la Honda es una moto que se adapta bien, no es muy pesada, no tiene problemas con las suspensiones, no aplica grandes cantidades de par al suelo y lo hace constantemente.
El hecho de no haber tenido no ya una caída, ni tan siquiera un problema a lo largo de todos estos kilómetros, además de suerte, indica que hemos usado la moto como la mayoría de sus usuarios lo van a hacer, como lo hace Álvaro Gavín, uno de nuestros compañeros que se ha agenciado una, y en este ámbito, te aseguramos que todas las gomas van a ser perfectas. Eso sí, cada una tiene sus características particulares, pero no en este modelo en concreto, sino en sí mismas. En estos nueve meses hemos sufrido tan solo un incidente, un pinchazo con el Michelin trasero, que ya estaba bastante desgastado.
En el gráfico que puedes ver hemos dibujado las curvas de desgaste a lo largo de los 10.000 km que ha hecho cada uno de los juegos, los delanteros y los traseros en gráficos separados y en ellos puedes observar el momento estimado en el que los avisadores de desgaste llegarían a la superficie. Como ves no son rectas, sino que poco a poco el neumático cada vez se desgasta menos porque tiene más superficie en contacto con el suelo. Hemos medido no solo el centro, sino también los laterales, aunque dependiendo del recorrido que le ha tocado a cada uno, puede haber sufrido más o menos. En cualquier caso, como la distancia era suficientemente amplia, puedes considerar que en una utilización normal, estos valores son bastante fiables.
Nuestra monta original eran los Bridgestone BT-023, y aunque en sus primeros kilómetros compatibilizamos la prueba de larga duración con las habituales de la revista, su uso fue básicamente el mismo que en resto. Son neumáticos que proporcionan mucha estabilidad y una gran sensación de seguridad, y que en una moto como la NC 700 X, que es muy ágil, encajan a la perfección. No llegaron a desgastarse en los 10.000 km de su turno de prueba.
Estos Michelin tienen fama de funcionar muy bien en agua, y al final fueron los que más se mojaron, sobre todo al comienzo de su turno, lo que explica también que la variación de su desgaste con los kilómetros fuese la más variable. Comparados con sus antecesores, los Bridgestone, estos Michelin son claramente más rápidos de reacciones, y como su fama dicta, ofrecen una gran confianza en mojado. Tienen la estructura más flexible.
La última apuesta de dunlop para las motos sport fue nuestra tercera monta. Los Road Smart, ya en su segunda versión, ha mejorado aspectos como el funcionamiento en agua, aunque no tuvieron que hacer grandes demostraciones en su turno. Su comportamiento lo hemos encontrado un poco a medio camino entre sus dos predecesores en cuanto a agilidad, y como con ellos no hemos tenido el menor problema ni de agarre ni de estabilidad.
Los metzeler z8 son otra de las montas originales de la Honda, lo que ya parece a priori indicar que van a conjugar bien. Del grupo de la prueba son también de los más rápidos de reacciones, especialmente el delantero, capaz de dar agilidad a las motos más pesadas del mercado. En el caso de la Honda no era necesario, pero donde han destacado ha sido en el desgaste, uniforme y relativamente contenido, son de los que mejor han acabado su ronda.
El verano se suponía seco, pero nos fuimos con los Pirelli a los Alpes y la vuelta fue un diluvio. Unos neumáticos con un desgate muy uniforme, algo que se puede extender a su comportamiento general. Son de todos, y aunque no con gran diferencia, los neumáticos más neutros, algo que casa bien con el espíritu de la moto en que se han montado. El trasero ha sido junto con el Michelin el que ha acabado más gastado a lo largo de sus 10.000 km de rigor.
El desgaste de los cinco juegos de neumáticos que hemos utilizado, ha sido al final bastante parejo. En principio 10.000 km en un neumático es una distancia considerable, pero pensábamos que todos serían capaces de aguantar, y aunque con algunos agitando ya la bandera, los cinco estaban con el dibujo por encima de los avisadores al acabar. Éstos resaltes están a 0,8 mm en la parte central, y aunque el Michelin y el Pirelli traseros estaban cerca, seguían dentro de los límites. En principio una curva de desgaste tiene que ir perdiendo inclinación conforme van pasando los kilómetros, y en general así lo hacen todas, pero con un uso variable, diferente climatología. Los desgastes más lineales se han dado en el Metzeler y el Dunlop, y hay que tener en cuenta que los primeros son los que cuentan de inicio con dibujos menos profundos en ambos trenes. Quizás la curva más extraña era la de los Michelin porque el delantero no se desgastaba al comienzo de su turno, y ocurría todo lo contrario con el trasero. Como puedes observar, en general todas las curvas son más o menos paralelas, lo que denota un comportamiento similar. Obviamente cuando hablamos de economía, no solo influye el desgaste y los kilómetros que sean capaces de hacer los neumáticos, sino también su precio. Como puedes comprobar no los hemos publicado, porque entre el precio de tarifa oficial y el real en un concesionario hay una diferencia que puede sobrepasar el 40%. En cualquier caso, los cinco modelos están en una franja similar.
