Estoy seguro de que no es la primera vez que lo piensas, ¿y si se recuperara alguna de las leyendas del motociclismo de otra época para construirla en 2017? Imagina las motos de tus sueños saliendo de la fábrica que toque como nuevas, habiendo solucionado cualquiera de los problemas que tuvieran las originales y empleando materiales y técnicas más avanzadas, pero sin cargarlas de tecnología y electrónica. Interesante, ¿verdad? Estoy de acuerdo en que “no es lo mismo” pero apuesto a que tendrían un nutrido grupo de entusiastas deseando probarlas.
Ahora deja de imaginar y mira con atención la moto que corona este artículo. Se trata en efecto de una Suzuki Katana como seguro has podido adivinar por sus formas, pero a diferencia de otras, ésta ha sido fabricada prácticamente desde cero con la tecnología de hoy en día. Es otra de las joyas que los chicos de Suzuki en Reino Unido que con la excusa de promocionar el programa de piezas vintage hacen realidad los sueños de muchos.
Antes de entrar en detalles sobre el proceso de creación, deja que subraye cuál es el objetivo final de este modelo en concreto porque muy pronto podremos ver un documental sobre el tema. Esta Suzuki Katana es mucho más que un objeto de museo y tenía como metal final participar en el campeonato de resistencia clásicas con distintos pilotos. Para la última prueba celebrada en Spa el pasado 1 de julio, el Team Classic Suzuki contó con la ayuda de dos pilotos, Guy Martin (tomándose un respiro de Honda) y Pete Boast, campeón europeo y británico de flat track. Otros afortunados han sido James Witham, Michael Neeves (probador de MCN) y Steve Parrish.
Pero volvamos a la Suzuki Katana. Recordamos de nuevo que no es una moto original restaurada, sino que ha sido construida casi desde cero como veréis a continuación. Comenzaron haciéndose con un chasis original de Katana y tomándole todas las medidas se pusieron manos a la obra para hacer uno nuevo, con pequeños ajustes para ganar algo de distancia al suelo. K-Tech se encargó del sistema de suspensiones, tanto de la horquilla convencional delantera como del dúo de amortiguadores traseros. Las llantas, como el caso de la Suzuki XR69 con la que Michael Dunlop compitió en la Isla de Man, son de magnesio y obra de Dymag. En la parte trasera, veréis también un basculante fabricado para la ocasión por Sweet Fabrications, una empresa cercana a Silverstone.
En cuanto al propulsor, se hicieron con el original de la famosa Katana pero ampliando su cilindrada hasta los 1170cc, cambiando los carburadores por unos Keihin CR y sustituyendo todo el interior con los componentes nuevos del programa Suzuki de piezas vitage. Estéticamente recibe algunos cambios para adaptarla al encanto del endurance con los colores de guerra más tradicionales de Suzuki. Un toque de color que pone la guinda a un pastel que hará soñar a más de uno esta calurosa noche de verano.
Y ahora de vuelta a la pregunta del principio, ¿qué moto te gustaría recuperar del baúl de los recuerdos para construirla tal cuál en 2017?