Ducati Sixty2 DA12, porque en la sutileza está el gusto

La última obra de los chicos de Munich apuesta por una moto apta para “todos los bolsillos" que se pueda usar a diario.

Carlos Domínguez

Ducati Sixty2 DA12, porque en la sutileza está el gusto
Ducati Sixty2 DA12, porque en la sutileza está el gusto

No hará falta ser ningún genio para darse cuenta de que el que aquí escribe tiene cierta debilidad por las obras que llegan de Diamond Atelier. Los chicos de Munich, que han pegado muy fuerte ya con algunas de las motos más destacas del panorama custom en este 2017, continúan ampliando horizontes y en esta ocasión han elegido una máquina de baja cilindrada, una moto real y útil. El último de sus trabajos tiene como base la Ducati Scrambler Sixty2, es decir, la hermana pequeña (pensada para el A2, Asia y Latinoamérica) de la popular máquina vintage italiana. Y mucho me temo que el resultado no tiene nada que envidiar a lo visto sobre motores que superan los 100 cv.

Como en el resto de ocasiones, salvo en las Mark II Series, DA trabaja por encargo de algún cliente con unas necesidades claras. En este caso, se buscaba una moto ligera que se pudiera utilizar todos los días en ciudad sin mayor problema. Es por eso que hoy no hablaremos de cifras futuristas, relaciones peso-potencia de miedo y empiezas encargadas a famosos diseñadores. No, lo que la #12 de DA representa es la elegancia de la sutileza.

Innegablemente Scrambler, esta Sixty2 no esconde sus raíces y es perfectamente reconocible desde el primer vistazo. Aunque cambiado por un rojo intenso, el característico depósito de Ducati sigue siendo el punto central en torno al que construir sus líneas. Diamond Atelier reduce al mínimo el resto de los componentes para que sea esas formas orgánicas las que destaquen por encima de todo en el conjunto.

Lo que primero nos choca es la ausencia del mullido asiento de serie. Ahora nos encontramos con una base plana en cuero con un diseño ajedrezado que deja ver el logotipo de su preparador. Pero si miramos con más atención, nos daremos cuenta de que no es sólo el asiento lo que ha cambiado, sino todo el subchasis al completo. Y es que han construido uno completamente nuevo que ha sido soldado al chasis de la Scramblerina.

Unas llantas de radios Kineo sirven de percha para los neumáticos Metzeler Racetec RR K3 que transmitirán sensaciones a través de una nueva horquilla invertida y un amortiguador trasero Wilbers Night, anclado por cierto a un basculante de la 803 en aluminio, descartando el de acero original. De ella hereda también el frontal con un faro en LED mucho más atractivo que el de la Sixty2. El motor no se ha tocado pero se ha incorporado un escape completo SC-Project, la bomba de freno Brembo PSC-1 de una Monster y unos latiguillos metálicos.

En definitiva, una máquina elegante y realista que se podrá ver circulando y no sólo en presente en distintos festivales.