Le Petit Prince de la Moto era el apodo con el que en su día se conocía al piloto francés Patrick Pons. Un deportista que fue, durante su trayectoria profesional sobre las dos ruedas, uno de los más destacados del panorama internacional. Pero, no solo a nivel mundial, sino que Patrick Pons fue toda una leyenda en su país al convertirse en el primer francés en ganar un Campeonato del Mundo de la Federación Internacional de Motociclismo.
Una vida ligada al deporte
La elección de las motos no fue casualidad en la vida de Patrick Pons ya que desde muy pequeño mostró su interés por el mundo del motor y de la velocidad. Pero, lo cierto, es que el francés nacido en París en el año 1952 destacó siendo niño por sus dotes deportivas entre las que se incluye su pasión por el esquí.
La primera victoria del francés (que en su vida diaria era tranquilo y discreto, mientras en la pista se convertía en un competidor duro a la hora de batir) llegaba siendo muy joven en el Linas-Montlhéry en el año 1971. Era el preludio de su primera temporada completa, la de 1972, cuando se puso a lomos de una motocicleta Kawasaki H1R que había sido tuneada y modificada por el equipo de carreras de Pierre Louis Tebec. Precisamente, de esa temporada es su victoria en la Coupe Kawasaki-Moto Revue pilotando una Kawasaki 350 S2.
Era una buena época para este piloto que veía cómo iba despegando su carrera y cómo empezaba a tener contacto con algunos de los nombres más importantes de su trayectoria. Fue el caso de su importante mentor, Jean-Claude Olivier, patrocinador de la firma de importación de Yamaha Sonauto. Precisamente, Pons se unió al equipo Sonauto como segundo piloto junto a su compañero Christian Bourgeois y participando en el Continental Circus en las categorías de 250 y 350 centímetros cúbicos.
Su debut internacional
Tan solo le bastó otro año más para hacer acto de presencia en la escena internacional. Así, en el Gran Premio de Francia de 250 quedó noveno. Una carrera que entonces ganó Jarno Saarinen, quien tristemente fallecía unas semanas después en un trágico accidente ocurrido en Monza. Tras esta prueba llegó el turno del Gran Premio de Bélgica donde fue séptimo y el Gran Premio de República Checa en Brno donde se hizo con la quinta posición. Por su parte, en la categoría de 350 ese mismo año hizo podio en el Gran Premio de España.
El siguiente año, Patrick Pons no hizo sino confirmar que era un piloto que iba a por todas. Así, quedó tercero en el Campeonato del Mundo en ambas categorías. Un lugar entre los primeros puestos que el parisino repitió en la temporada siguiente cuando decidió competir en la recién creada Copa FIM 750 ganando carreras en Bélgica y Alemania; además de seguir su participación en el Campeonato del Mundo en 250 y 350 y probar suerte en la prestigiosa carrera de las 200 Millas de Daytona donde Patrick Pons finalizó quinto en 1976, en la que era su tercera intentona.
Logros todos ellos que no pudo repetir en la temporada 1977 que tuvo que suspender debido a un trauma severo en su pierna que le obligó a estar en dique seco hasta el año siguiente donde fue quinto en la clase 750. De nuevo la mala suerte se cebaba con el francés: resulta gravemente herido en el Gran Premio de Venezuela en San Carlos al ser golpeado en la carrera por Víctor Palomo. Pero, lejos de desanimarse, el francés logró en el año 1979 su mejor temporada en la que destaca su victoria en el Campeonato Mundial de Fórmula 750. Fue el primer francés en conseguir ese título.
Un triste final
Un 10 de agosto del año 1980 y mientras disputaba la carrera de la clase 500 del Gran Premio de Gran Bretaña, Patrick Pons se estrella a una velocidad de 240 km/h, además de ser arrollado por su propia motocicleta y por la de su compatriota Michel Rougerie, quien no pudo esquivarlo. Las heridas fueron de tal magnitud que el parisino moría dos días después en el hospital.