Estas extrañas fiebres habían ya dejado prácticamente fuera de combate a las marcas españolas, que aunque pocos años antes gozaban de muy buena salud, las «malas costumbres» - entre otras cosas – las habían dejado muy tocadas y sin capacidad de respuesta ante la invasión de motos foráneas, propiciada por la revolución del mercado que había supuesto el fin de la dictadura y con ella una progresiva apertura de los mercados inconcebible poco tiempo atrás en nuestro país, que aunque seguía vetado a las «intocables« japonesas sí que empezaba a nutrirse de motos europeas cada vez más asequibles.
El segmento del offroad no iba a ser ajeno a esta situación y la crisis de nuestra marcas allanó el terreno para una industria italiana que en aquellos momentos vivía una situación contraria, con multitud de pequeñas firmas, muchas de ellas nacidas al abrigo de una potentísima industria auxiliar, que entraron en nuestro país cual rodillo apisonador.
Atractiva
Una de ellas era Ancillotti. No era ni mucho menos una marca joven, puesto que sus orígenes datan de 1907, pero si que vivió un gran impulso en la década de los setenta, propiciado por una atractiva gama de modelos de cross y enduro, especialmente de pequeña cilindrada, con los que se ganó un merecido prestigio. Su llegada a nuestro mercado vino de la mano de los hermanos Marsinyac, Ton y Pere, antiguos pilotos de enduro que se habían hecho fuertes comercialmente en este segmento importando diferentes marcas a España. Las Ancillotti llegaron así a nuestro país uniéndose a otra italianas como SWM, Fantic, Aprilia, Cagiva, etc., todas ellas dispuestas a devorar una parte de la tarta que nuestras añoradas marcas habían dejado sin cuidar y antes de que llegara una segunda invasión, la japonesa, que supondría una nueva revolución del mercado.
Esta primera avanzadilla llegaba en 1980 y compuesta por cinco modelos de entre cross y enduro, con cilindradas que iban desde los 50 hasta los 250 cc, pasando por la de 74 cc, como la AM 74 RC que nos ocupa este mes y que debía competir con nuestras Rieju, Derbi y Montesa. Aunque originalmente derivaba de un modelo de 50 cc que en Italia se vendía también en versión de 80 cc, a España llegaba en nuestra «particular» cilindrada de 74 cc impuesta por una aún caduca legislación y ofrecida en dos versiones, ambas motorizadas por Minarelli: una básica y otra dotada de un kit Polini que elevaba la potencia desde los ya buenos 13 CV hasta unos 16 CV que obviamente, la convertían en una moto distinta, que aún podía potenciarse más con un kit de la misma marca que incluía la refrigeración líquida y claramente dirigido a la competición, como es el caso de la unidad que ilustra este artículo.
Componentes de calidad
Aun conservando la disposición clásica de frenos de tambor y doble amortiguador trasero, elementos que no se impondrían hasta unos años más tarde, esta Ancillotti estaba dotada de los mejores componentes del mercado, como la horquilla Marzocchi de magnesio o los amortiguadores Sachs. Esta unidad en concreto equipa un kit Polini desarrollado específicamente para los pilotos oficiales de la marca y que incluye la refrigeración líquida en culata y cilindro, aunque este último conserve las aletas, y que obligaba a una sustitución de la tapa derecha del cárter para alojar la bomba de agua.
El dato
Con esta unidad, Félix Rodríguez se proclamó subcampeón de España Junior de Enduro en 1981, ganando todas las pruebas en que participó.
