Todo apuntaba a que la 70 edición del Motocross de las Naciones sería una de las más memorables de los últimos tiempos, y lo cierto es que lo ocurrido este fin de semana en Italia no ha defraudado las expectativas, sino todo lo contrario. No faltaban, desde luego, ingredientes especiales para confeccionar un menú de cinco estrellas, empezando por el lugar de la contienda, la mítica pista Maggiora, situada 80 kilómetros al noroeste de Milán. Un trazado emblemático, por su diseño de corte natural, de la «vieja escuela», emplazado en una colina que la pista recorre arriba y abajo superando fuertes pendientes. También destaca por su localización, enclavado en medio de un pueblo, pero de forma de literal. Tanto, que algunas casas colindan directamente con el circuito, tal y como nosotros mismos pudimos comprobar en primera persona en recientes presentaciones organizas allí por KTM: en pleno vuelo de algunos saltos es posible ¡ver a la gente dentro de sus casas! en sus quehaceres.
La cita en Maggiora ha sido especial no solo por el dónde, sino también por el cuándo. Justo en 2016, se han cumplido treinta años del último «MXdN» disputado allí, el de 1986, que fue una edición importante por varios motivos. En primer lugar, porque aquella carrera fue la primera organizada por el actual responsable de MXGP, el empresario italiano Giuseppe Luongo, quien además estrenó entonces el formato de carrera del Naciones que se ha mantenido vigente hasta ahora, con equipos nacionales de tres piloto, uno de cada categoría. 125, 250 y 500 2T, en aquella época, y que con la llegada de las 4T se ha convertido en MX2 -250 4T-, MXGP -450 4T- y Open –a elegir 250 ó 450, aunque casi todos compiten con la moto grande, obviamente-. Antes de aquella temporada, las «Olimpiadas del Motocross» se dividían en tres carreras independientes, en distintas fechas y circuitos, y cada equipo presentaba cuatro pilotos.
Maggiora ’86 pasó a la historia no solo por el nuevo formato, sino por el espectáculo deportivo que allí se vivió, gracias a la actuación del equipo de Estados Unidos. Un auténtico «dream team» formado por Ricky Johnson, Johnny O´Mara y David Bailey, todos sobre monturas Honda oficiales, y autores de una de las mayores «palizas» que se han visto nunca en esta competición, al entrar primeros y segundos en las tres mangas -dicho resultado solo se ha repetido otra vez, en Budds Creek 2007, también a cargo de Estados Unidos-. Estos son solo algunos de los motivos que hacían tan especial el Motocross de las Naciones 2016 en Maggiora, y que ha sido más que suficientes para atraer a una generosa cantidad de espectadores de todos los países -en cantidad de 85.000 personas, durante todo el fin de semana, según datos de la organización-.
Todos, dispuestos a disfrutar de un gran espectáculo y animar a sus selecciones nacionales, de entre las que destacaban los combinados formados por los tres primeros del año pasado, como Francia, con Romain Febvre (MXGP), Gautier Paulin (Open) y Benoit Paturel (MX2); el de Estados Unidos, con Cooper Webb (MXGP), Jason Anderson (Open) y Alex Martin (MX2); y el de Bélgica, con Kevin Strijbos (MXGP), Brent Van Doninck (Open) y Jeremy Van Horebeek (MX2). También se preveía mucho potencial en otras selecciones, por la calidad de sus combinados, como las de Holanda, con Jeffrey Herlings (Open), Glenn Coldenhoff (MXGP) y Brian Bogers (MX2); y la de Suiza, con Valentin Guillod (MXGP), Arnaud Tonus (Open) y Jeremy Seewer (MX2).
MXdN 2016: DESENLACE ÉPICO
Los aficionados han disfrutado de un «MXdN» que desde luego ha igualado e incluso superado la emoción de la edición precedente. La de 2016 ha sido una carrera llena de emoción, incertidumbre y también bastante drama. La acción comenzaba con los entrenamientos y las mangas clasificatorias del sábado, en las que se confirmaba el poderío de selecciones como las de Francia (1º), Bélgica (2º), Holanda (3º), Suiza (4º), Italia (5º), Inglaterra (7º) y Australia (8º), así como las posibles sorpresas de Suecia (9º) y también de España, cuyo trío formado por José Butrón -6º en MXGP-, Jorge Prado -4º en MX2- y Jorge Zaragoza -13º en Open- auparon a los nuestros hasta la séptima plaza –uno de los mejores «sábados» para España en el «MXdN»-. Por su parte, Estados Unidos empezaba el sábado su viacrucis particular en esta carrera, sufriendo caídas sus tres pilotos, lo cual les dejaba con una mala decimoquinta posición en la parrilla del domingo y, lo que era peor, la lesión de Jason Anderso -fractura en un dedo del pie-.
Ya el domingo, los norteamericanos sacaron fuerza de flaqueza y, quizá inspirados por el ejemplo de los «héroes» 1986, presentes estos días en Maggiora, firmaron una meritoria actuación que por poco les lleva a conseguir una merecida victoria. La primera manga de la jornada, que enfrentaba a los pilotos de MXGP con los de MX2, arrancaba con una incontestable victoria del galo Romain Febvre (1º), tras deshacerse en los primeros compases del ídolo local, Tony Cairoli (2º). No obstante, Bélgica era la que se ponía en cabeza tras el primer asalto, gracias al gran papel de un Kevin Strijbos (3º) que, como cada año, mostró en el Naciones un nivel mucho mejor que en la temporada regular, y también a Jeremy Van Horebeek (5º), que estuvo soberbio en su readaptación a la 250 y acabó el día como el mejor en MX2. El equipo estadounidense se situaba segundo provisional, tras una sólida actuación de Cooper Webb (4º) y una gran remontada de Alex Martin, desde 24º hasta 9º, que sería clave al final del día.
El nivel de drama empezaba a exceder lo habitual en la segunda manga, en las que se enfrentaban los pilotos de Open y MX2. En ella, Jason Anderson y Jeffrey Herlings protagonizaron un emocionante duelo por la victoria, hasta que el holandés sufrió un traspié, en forma de pequeña caída, cuando trataba de superar al americano. Jason Anderson disfrutó así de una cómoda victoria, justo en su manga de debut en el Motocross de las Naciones, algo que muy pocos pilotos han logrado antes. Consciente de su logro, Jason Anderson ralentizó su ritmo al cruzar el salto de meta, festejando su victoria, pero la alegría se tornó en drama cuando, ya al final del salto, el piloto japonés Chihiro Notsuka no pudo evitar ¡aterrizar con su moto encima del piloto de Husqvarna! Un desgraciado accidente en el que ambos protagonistas tienen cierta parte de culpa: Anderson, por ralentizarse tanto en medio de un salto, y Notsuka, porque el que va por detrás debe controlar lo que pasa delante.
La buena noticia era que Jason Anderson no sufría más consecuencias que una conmoción cerebral -nada bueno, pero podría haber sido muchísimo peor…-, y la mala, para el equipo estadounidense, que se quedaba sin uno de los dos pilotos que había de representarles en la manga final. La opciones de «USA» no estaban sentenciadas, ya que en el formato del «MXdN» permite descartar el peor de los seis resultados cosechado en las tres mangas, por lo que el equipo yanqui tendría que descartar el «cero» de Jason Anderson, y sus opciones dependían exclusivamente del resultado de Cooper Webb. Bueno, de eso, y de la actuación de los equipos de Francia y Holanda, que también llegaban a la manga final con opciones al título.
La tercera manga arrancó con el dominio de Jeffrey Herlings, y terminó de la misma manera, exhibiendo así su buena adaptación a la 450 -aunque no es ni mucho menos la primera vez que rueda y compite con una 450-. Con ello, Jeffrey Herlings se hacía con el triunfo individual en el «MXdN» 2016 y, no solo eso, sino que colocaba a su selección como ganadora provisional.
Y es que el baile de ganadores provisionales en Maggiora fue realmente épico a lo largo de toda la tercera manga. «USA» partía primera antes de caer la valla, pero durante las primeras vueltas era Holanda la que se situaba como ganadora, gracias al primer puesto de Jeffrey Herlings y el 4º de Coldenhoff. Pero éste empezó a perder posiciones, al tiempo que las ganaban Cooper Webb y Romain Febvre, uno pegado al otro, con lo que la victoria provisional pasaba entonces a mano de los yanquis. ¿Todo sentenciado? Ni mucho menos, porque lo mejor llegó en los últimos compases...
Esto es todo lo que ocurrió a dos vueltas del final: Cooper Webb se iba al suelo, lo que daba al traste con las opciones de Estados Unidos, y devolvía a Holanda a la primera posición. Jeffrey Herlings cruzaba la línea de meta en primera posición, con el equipo holandés festejando ya el triunfo, pero sin darse cuenta que, media vuelta por detrás, Romain Febvre acababa de adelantar al británico Tommy Searle, por lo que, ahora sí, hacía definitiva la victoria de Francia.
Con ello, los galos han logrado prolongar su racha triunfal a tres títulos consecutivos en el «MXdN», y el cuarto absoluto en su casillero. Holanda se hacía finalmente con la segunda posición, a un solo punto de los franceses, mientras que Estados Unidos debía conformarse con la tercera posición -aunque mostrando potencial suficiente para haber ganado con holgura, de no ser por la mala suerte-. Bélgica ha sido cuarta, con lo que se ha roto su racha de numerosos pódiums consecutivos, quedando por delante de una Italia apoyada en los grandes resultados de Tony Cairoli (2º/2º) y el mejor en MXGP, de una Suiza lastrada por la lesión de Valentin Guillod -fractura de dedo- y una Inglaterra frenada por las malas salidas, la avería de la moto de Shaun Simpson y el pobre rendimiento de Max Anstie (18º/22º).
Por su parte, la selección de España se hacía con la decimosegunda posición final, que ha sabido a poco después de lo visto en la clasificatoria, pero que es realmente un resultado positivo. José Antonio Butrón (12º/9º) ha sido claramente el mejor de los nuestros, valiéndose de sus buenas salidas y batallando con solidez entre los diez mejores. Jorge Zaragoza (20º/24º) también solventaba la dura prueba de competir por primera vez con una 450 en una competición internacional, complicada por el hecho de estar recién salido de una lesión. Por su parte, el pequeño Jorge Prado (31º/31º) se veía incapaz de salir bien con su 250, frente a las 450, y tampoco lo tenía fácil para remontar en un circuito que no ofrecía muchas opciones de adelantamiento y en que, además, sus fuerte colinas penalizaban más que otros años las diferencias entre las 250 y las 450. Aun así, el joven gallego era obsequiado con el Trofeo Ricky Carmichael, al ser el piloto más joven.