Toda aquella persona que tenga un automóvil o una moto y alguna vez se haya visto en la situación de cambiar las ruedas de sus vehículos, sabrá lo que es el mousse. Una especie de espuma o material plástico que va insertada dentro mismo de los neumáticos con el fin de reducir el riesgo de pinchazos sobre estos, además de minimizar el impacto diario que sufren estas llantas y ese deterioro continuo. Este material suele tener la misma forma y tamaño que una cámara de aire inflada a su presión normal de uso.
El mousse es un sistema que resulta casi imprescindible en el caso de los pilotos profesionales de élite sobre todo cuando compiten en carreras importantes, ya que así se evitan tener que abandonar la competición por culpa de un inoportuno pinchazo. De esta manera, nunca se producirá esta situación al ser una espuma maciza y donde no hay aire a presión que se pueda perder. Además, esta fibra especial ayuda a la amortiguación durante la conducción de manera que los brazos sufren mucho menos impacto cuando se compite de manera profesional.
Aspectos técnicos
Un elemento que era muy común y nació como una parte más de las motocicletas más de campo (como son las de enduro o motocross), pero que con el tiempo se han popularizado al resto de modelos e incluso para las bicicletas. Unas espumas que, además, suelen estar pensadas para utilizar con neumáticos sin cámaras (los conocidos tubeless), salvo en algunos casos excepcionales en las que están diseñadas para llevar una cámara dentro.
Ventajas y alguna desventaja
Cuando se habla de los aspectos más positivos de un mousse, es importante citar entre sus ventajas (además de las anteriormente comentadas) que minimiza el riesgo de desllantar (esto es, cuando el talón del neumático se separa debido a una pérdida de la presión interna de la pestaña de la llanta), además de que permite rodar a menos presión. Si, por el contrario, no se ha podido evitar el sufrir un pinchazo, se puede continuar la marcha gracias a esta espuma interna.
Más buenas noticias de este sistema de protección: ni se rompe ni se corta (algo que en las motos de enduro resulta esencial y muy importante), se trata de un material que es muy elástico por lo que apenas presenta deformaciones plásticas en el caso de que haya un cambio de temperaturas y se adapta a todo tipo de cubiertas de motocicletas una vez se ha rodado unos kilómetros con esta espuma.
Eso sí, tampoco se puede uno olvidar de los inconvenientes ya que se trata de un producto que no resulta del todo económico (además de contar con una duración corta en relación al precio) y su montaje no es muy sencillo por lo que mejor recurrir a los profesionales. Lo que sí puede hacer el particular es que siempre que se cambie la cubierta off road se use el gel o lubricante que recomienda el fabricante de la misma para mantener en todo momento el mousse en buen estado y evitar que se deteriore lo antes posible.