Prueba de la Ossa TR 300 Factory de Sandra Gómez

En su segunda temporada con OSSA, la piloto madrileña Sandra Gómez ha optado por reemplazar la TR 280 por la 300, en busca de mayor pujanza, vigor y un empuje decidido.

Santi Ayala / Fotos: Jaime De Diego

La marca del trébol no cesa en su actividad deportiva y continúa confiando en Sandra Gómez como piloto para el Campeonato del Mundo y de España de Féminas. Si en su primera temporada con OSSA, la madrileña optaba por competir con el motor de 280 c.c., para 2014 se ha decantado por la nueva 300 que se ha comenzado a comercializar este año –también OSSA ha ampliado su gama TR con una 250 c.c.-. Su decisión tiene una doble justificación: unificar el tipo de moto que usan los otros pilotos de la marca, y disponer de un mayor rendimiento dinámico, sobre todo en el primer golpe de gas.

Intensidad

Antes de quedar bajo el paraguas productivo y de diseño de Gas Gas, como se encuentra ahora OSSA, los técnicos de la marca catalana han introducido novedades en el modelo estándar 2014, muchas de ellas probadas en competición durante la pasada temporada, y que ya pudo disfrutar Sandra en su moto. Como, por ejemplo, el cambio que ha sido reforzado en los ejes y piñones, además de haber mejorar su fiabilidad modificando el cárter para alojar más aceite (450 c.c. en total, cien más que antes). El embrague recibe otro muelle y una maza rediseñada -respuesta homogénea, mayor vida de los discos, mejor tacto y accionamiento más suave-. Además, el cilindro y la culata son distintos –ganancia de par en toda la gama de revoluciones- cambio que viene acompañado de una reprogramación de los mapas de inyección –mejor sensibilidad ante las variaciones en las condiciones climatológicas, de altura…-. Por otro lado, la instalación eléctrica ha sido simplificada y se anuncia como más fiable y, el cigüeñal recibe rodamientos de bolas -menores vibraciones- y el arranque, punto débil de la TR, mejora con la monta de un nuevo condensador de control electrónico.

A su vez, las OSSA monta nuevas bombas de freno y embrague Braktec, otro muelle del tensor de cadena más duro, un paquete renovado de bieletas, retenes de dirección más estancos y «settings» de la suspensión revisados, con nuevo tampón del amortiguador Öhlins.

Básicamente la moto de Sandra es como la de serie pero afinada, con retoques en el cilindro y la culata –buscando pulir las pequeñas imperfecciones de la fundición- así como con una configuración a su gusto del mapa del encendido y de la inyección –una ventaja de esta moto, la de poderla programar fácilmente- ajustada a su filosofía de tener mucho control con el gas, repuesta dócil y mucha tracción. «La cilindra de 300 –apunta Sandra- tiene una respuesta más rápida a bajo régimen, un poco más directa, y por ello, algo más brusca que la 280. He pedido aunar la ganancia de empuje a pocas vueltas que aporta el mayor cubicaje con el control del 280».

También se ha dedicado especial atención a los «settings» personalizados de la suspensión, trabajo realizado en Madrid por Extreme Bike. La horquilla ha sido repasada para disponer de más firmeza combinada con tacto, mientras que el amortiguador es más blando al inicio del recorrido y más duro al final, «sin mucho rebote para que cuando pegue contra las piedras o me mueva en parado no me escupa en exceso –nos aclara Gómez-».

Repasando la moto de Sandra nos llama la atención de nuevo, como ya nos pasó en la anterior prueba de su OSSA, la larga y ancha puntera del pedal de freno, realizada con acero, de forma artesanal, por su padre Mariano –tiene el estriado más puntiagudo para fijar mejor el pie, sobre todo con lluvia, barro...-.

 

Pleno control

Nuestra prueba la iniciamos intentando poner en marcha a la TR, proceso que exige no tocar absolutamente nada el gas y dar una patada continuada. Aunque ha mejorado mucho, el arranque sigue sin funcionar siempre perfecto, y digamos que de cada tres patadas, una falla y el motor no arranca.

Desde el primer golpe de gas se nota el mayor cubicaje de la 300, pero sin perder las señas de identidad de OSSA en cuanto a facilidad de manejo y seguridad que transmite. Este motor 300 2T, con inyección, digamos que se parece a algún 280 con carburador de la competencia. Si ya la 280 nos transmitía la sensación de una entrega de potencia algo pareja a la de una mecánica 4T, en cuanto a su respuesta lineal y progresiva, con la 300 esta sensación aumenta. La OSSA nunca empuja de más ni lo hace por iniciativa propia, permitiendo un pleno control por parte del piloto. «Te hace sentir bien –sonriendo, comenta Sandra- y cansa menos que otras monturas. Te adaptas de forma fácil a ella. Y además, su motor tiene energía en todo momento. Yo siempre piloto sin excesos de gas, incluso a veces me quedo corta. No soy de estrujar a fondo el motor, y por eso, la OSSA me va muy bien. Y pienso que también le va muy bien al usuario aficionado, porque no es una mala bestia».

La OSSA siempre agrada y nos hace sentir cómodos, respondiendo con vigor y dinamismo, sin exceso de ardor en el arranque inicial. Esta 300 se deja notar poderosa pero no es bruta, ideal para ganar confianza y no temerla. Seguimos pensando que a un cierto tipo de pilotos, los que tienen más nivel y decisión en sus acciones, les parecerá que falta un extra de punch en el arranque desde parado y en el empuje para subir escalones. Puede ser así, pero no resulta menos cierto que la confianza que aporta este motor al piloto la puede aprovechar en atreverse más, para lanzarse e intentar pasos más complicados, sabiendo que la OSSA le escolta, y que siempre la tiene bajo la mano y no al revés, con reacciones demasiado rápidas. Sandra nos destaca que «al resultar tan fácil de llevar, mantengo bien las trazadas. Y en subidas, dando gas, se muestra controlable, con reacciones muy uniformes, aun siendo una 300».

La buena dinámica de la TR permite incluso prescindir de un uso abusivo del embrague, sólido, preciso y progresivo en su respuesta, aunque de tacto duro en la maneta. Mucho ha mejorado el cambio, no solo en su funcionamiento -asegura el selector el engranaje de las marchas y teniendo un menor recorrido para meterlas, junto a un tacto más duro- sino también en su fiabilidad –talón de Aquiles en las primeras ediciones-. Sandra nos decía «hago casi todo en las zonas en segunda. Meto tercera para rampas largas, en las que se pueda correr, o escalones a los que se llegue con velocidad. La primera únicamente la uso para giros y cambios de dirección, aunque no siempre porque es muy corta, sin olvidar que en primera, este motor 300 retiene mucho».

Un detalle al que seguimos sin acostumbrarnos es el de sentir el calor del motor que sale hacia la entrepierna por el ranurado que tiene la carrocería en la zona central -en invierno puede que se agradezca pero en verano, seguro que no-. Sandra es defensora de la colocación del depósito en la parte frontal del chasis «porque en carreras con barro el radiador queda muy bien protegido. En los Scottish, por ejemplo, otros pilotos tenían que pararse a limpiar el radiador de hojas y suciedad, mientras que yo no tenía que hacer nada. Además, así el radiador está muy protegido y nunca recibe golpes». Eso sí, el electroventilador trabaja casi de forma constante en la OSSA y dinámicamente se aprecia una ligera diferencia en el comportamiento de la moto entre llevarla con depósito lleno o vacío. Por cierto, que seguimos sin poder saber la gasolina que tenemos en el tanque, pues no hay ni testigo de reserva ni llave de paso.

Decisión

El mismo sentir que ofrece el motor de seguridad lo transmite la parte ciclo. Los mejores pilotos lo apreciarán pero cuanto más bajo sea el nivel del usuario más agradecerán esa facilidad y confianza de manejo que aporta la OSSA. Su bastidor traza fino, y al no descolocarnos el motor en sus arranques, podemos definir con la TR mejor la dirección donde queremos ir. No es la moto más ligera del mercado pero tampoco la más pesada, y por ello, la manejabilidad resulta relevante tanto en giros en parado como en movimiento. Gómez destaca que «la siento estable, fácil de llevar, y  va por donde quiero o pretendo. Otra cosa es que consiga mi objetivo porque, evidentemente, no hace milagros. Pero ayuda a conseguirlos. Al no ser nerviosa me atrevo más, superando bien las empuntadas y los escalones. Las cabras me salen intuitivas y controladas, sin levantarse más de lo que quiero delante o sin perder la dirección».

En este noble comportamiento influye el exquisito trabajo de la suspensión, con gran tacto, muy absorbente y nada alocada. Cayendo de las alturas, o subiendo a ellas, esta OSSA no se descoloca, tendiendo a quedarse en posición neutral. Perfecta para los que tiene indecisión o se sienten débiles e impotentes ante las zonas. Las nuevas bieletas han añadido un extra de seguridad con el que la TR aporta decisión para intentar las zonas. Aunque puede que alguno añore más extensión en el tren trasero para disponer de mayor efecto catapulta, so pena de perder control de la moto. En los frenos encontramos la buena respuesta del material Braktec, en esta unidad con mucho tacto duro delante que se traduce en reacción directa al toque de la maneta.

Una vez más la OSSA TR nos ha dejado un buen sabor en cuanto a moto dócil, como hemos dicho en otras ocasiones, siendo capaz de mezclar la serenidad con la fogosidad sin que se rompa el equilibrio. Una moto pujante llena de empuje decidido.

¿Por qué?

Sandra Gómez

«Tras un año con la TR, ya plenamente adaptada a ella, he aprovechado para coger el nuevo motor 300. Más prestaciones, sobre todo en par, que me benefician para intentar asegurar los pasos sin necesidad de excesos de gas. La puesta a punto de la suspensión ha sido dirigida a tener solidez y dinamismo controlado».

Valoración

Lo más

  • Propulsor potente pero dócil
  • Bastidor aplomado
  • Amortiguador efectivo

 

Lo menos

  • Calor entre las piernas
  • Arranque caprichoso
  • Imposible saber nivel gasolina

 

Preparación

Motor

  • Culata y cilindro pulidos.
  • Mapa de inyección y encendido modificados.
  • Doble curva de motor distintas.
  • Instalación eléctrica simplificada. Conector con el ordenador, para cambiar los parámetros del motor, colocado a mano, a la vista, por delante del cilindro, en un soporte específico.

Parte ciclo

  • Horquilla Marzocchi y amortiguador Öhlins con puesta punto específica de Extreme Bike. Muelles, hidráulicos y aceites renovados.
  • Puntera del pedal de freno más grande y ancha, con el dentado afilado, realizada por Mariano Gómez.