En italiano pazzia significa demencia. Justamente lo que genera esta TM, moto que enamora con su seductora estampa, gran puesta en escena, y detalles exclusivos, y que hasta hace enloquecer por el rendimiento de su motor. Incluso hay que padecer cierto delirio para pagar lo que cuesta.
Santi Ayala / Fotos: Juan Sanz
TM EN 125. Prueba
Probar una TM no se hace todos los días. Las unidades disponibles para ello son muy limitadas y van en relación a las que se venden debiendo, por eso, recurrir a gentiles propietarios que nos las dejan para nuestro análisis. En esta ocasión ha sido el veinteañero piloto madrileño Santi Estrada, quien nos ha dejado su flamante EN 125, la primera TM que posee. Y esto tiene algo interesante como es el oír los comentarios de un usuario de TM que nos acercan a lo entender lo que motiva comprar una de las joyas azules. Y lo primero que nos dice, como hemos oído con otros propietarios, es que se «enamoró a primera vista».
Electrónica
Si sois de corazón caliente, con la TM enloqueceréis a causa de lo que ven vuestro ojos. Exagerando genera locura, ceguera y confusión de la mente con ese «halo» de exclusividad que rodea a las «Teme». Santi buscaba una moto diferente que le aportase un rendimiento crossero para hacer enduro, mezclando sus dos pasiones. Quería un bastidor de aluminio, con su consabida rigidez, junto un motor que fuese poderoso, de medio régimen hacia arriba, pero con bajos. Una 125 era su objetivo porque le gusta el dos tiempos y porque quiere una potencia divertida, pero sin exceso de caballaje. Propietario antes de una KTM la búsqueda de más aplomo en el tren delantero fue otro de los motivos que le hicieron pensar en la TM, aun sabiendo que, a lo mejor, el motor no era tan resolutivo. Casi todas sus peticiones las ha encontrado en la TM, que incluso le ha aportado alguna sorpresa. En concreto con el propulsor pues nos decía Santi «empuja de forma brillante de medios hacia arriba. Pero, pensaba que abajo empujaría menos y me ha sorprendido que tiene bajos. No me lo esperaba. Cierto que hay otros motores que salen mejor al primer toque, pero éste empuja bien desde cero». La válvula de escape electrónica es la responsable de este cambio de actitud de la «Teme». Hace dos años la italiana estrenaba el mecanismo con servomotor, siendo la primera enduro de serie dotada de este sistema. Un dispositivo de diseño propio –se atreven a producir casi todo los de TM- que ha permitido llenar más la zona baja de revoluciones y, a su vez, lograr más progresividad en la entrada de la potencia, sin renunciar a cierta agresividad. Además, las dos curvas de potencia que tiene este motor, con la ayuda de esta válvula, se perciben diferentes, tanto en marcha como en el banco de potencia.
Rodando con la TM, los que tengan oído fino, hasta escucharán el momento de apertura de la válvula con el servomotor, pues cambia el ruido, suena como un silbidito y el propulsor entra en delirio por desorbitar. Una vez que el piloto se empieza a soltar, lo difícil resulta saber el momento de control, intentando entender por qué es como es, algo que no todos consiguen. No es éste un motor suave, sin duda, pero su arrojo se puede controlar aprovechando además su inagotable estirada hasta las ¡13.000 revoluciones! Traca final para un propulsor deportivo que le agrada ir alto de vueltas, metido en su franja de empuje efectivo. Y eso que, como ocurre con muchas enduro, la potencia máxima ha pasado a un segundo plano y ahora se busca mayor efectividad general. En el banco de potencia la TM no pierde los papeles y destaca por un comportamiento con mayor mesura. Lo fundamental está inventado ya por lo que se va dejando paso a una fluidez general más dinámica, tratando de tener la rosa sin espinas. En espacios de gas, muestra la 125 empuje efectivo, es lo que más le gusta, con tremenda rabia. En zonas lentas y trialeras se defiende bien pero no es la mejor mecánica. Un detalle que no cambia en esta TM es su pequeña palanca de arranque, la cual se nos sigue escapando de la bota y, al plegarla, choca con el escape. Tampoco la palanca de cambio nos convence, ni por su forma, ni por su colocación, algo elevada, que obliga a subir bastante el pie para cambiar. Del cambio seguimos pensando lo mismo que en otras pruebas: nos gusta su tacto duro del selector, con un preciso engranaje y un recorrido corto. El embrague trabaja bien, reacciona rápido y directo, preciso a la par que duro en su tacto, consiguiendo así que no se fatigue con el uso extremo.
Bastidor
Charlando con Santi Estrada percibimos como el bastidor de aluminio le llenaba plenamente. Tanto porque es una bella estructura como porque tiene una óptima rigidez para las zonas rápidas con una buena manejabilidad en las curvas. «Monto mucho por arenales, en la provincia de Valladolid, y allí se forman peraltes muy altos. La TM aporta normalidad, naturalidad y me transmite sensación de solidez. Quizás para curvas cerradas no es tan natural pero en apoyos bruscos responde como pocas lo hacen». Plena razón la de Estrada en sus comentarios sobre un bastidor que sin ser del todo natural e intuitivo sí que responde sólido y decidido cuando se le ordena. Digamos que no es de los chasis que piensan lo que siente y deber ser el piloto el que haga que eso cuadre. La posición de conducción sigue fiel al gen TM con estribos altos y estrecha carrocería, sentándonos sobre una siento de mullido duro con una buena funda –sujeta bien-. A los pilotos que les gusta la solidez el tacto y reglaje de la suspensión de la EN 125 les gustará, quizás algo dura para enduro de aventura pero efectiva para competición. Y también ciertamente válida para entrenar haciendo algo de motocross. En pruebas anteriores ya hemos dicho que la horquilla Marzocchi de 50 mm puede resultar algo sobredimensionada para una ligera 125 –pesa 96 kg., en vacío-, pero resulta efectiva para pilotaje agresivo. Con ella el tren delantero se muestra aplomado y al piloto le transmite sensación de confianza extrema para ir a fondo. En el tren trasero igualmente hay buenas reacciones del amortiguador TM –recordad que es otra de las piezas con marca propia que se ha aventurado a fabricar- llamativo a la vista y con buen balance global en cuanto a progresividad, tacto, tracción… A Estrada otro de los apartados que le encanta de su TM es la frenada: «es alucinante cómo y dónde la paras. Sobre todo en recta, cuando vienes muy deprisa, estos frenos permiten apurar mucho Y no se fatigan nada. Para mí lo tienen todo, son perfectos». Y para nosotros también con el añadido de que, a veces, sentimos exceso de mordiente que, sabiendo administrar, viene muy bien.
Un apartado en el que la TM puede mejorar es el equipamiento. Estrada no entiende cómo «una moto tan cara, que pagas por una 2T casi como una 4T de otras marcas, no lleva de serie elementos como un protector de manillar ni cubremanetas. Además, obliga al que la vende a hacer el favor de regalarlos». También es mejorable la accesibilidad mecánica. Trabajar en la TM exige tener herramienta variada pues monta tornillos diferentes –Allen, hexagonal…- y, tareas como cambiar el filtro no son del todo sencillas –hay que quitar el asiento y los tornillos que lo sujetan luego no encajan a la primera-.
Acabamos de montar con la EN 125 y entendemos tu locura, Santi. Ciertamente esta moto esconde mucho encanto, que va más allá de las meras sensaciones de conducción y que requiere más corazón que cabeza para entenderlo. Justo corazonada hay que tener para pagar los más de siete mil euros que cuesta la italiana. «Pazzo di te» -loco por ti-, TM.