Yamaha YZ 450 F 2014. Prueba

La reconquista de protagonismo de Yamaha se extiende también a su gama de cross, en la que la YZF 450 2014 repite la estrategia conocida, con la innovación técnica como gran ariete, aunque afilada en muchos componentes.

Marcos Abelenda. Fotos: Yamaha

Yamaha YZ 450 F 2014. Prueba
Yamaha YZ 450 F 2014. Prueba


En la localidad de Ponte a Égola, en plena toscana italiana, nos reunía Yamaha Europa para la puesta de largo de su renovada 450 de motocross -a la que pronto se unirá su hermana pequeña de 250, también gran novedad-. La marca de los diapasones mantiene firme su apuesta por su MX1 con motor «girado», que tras ver la luz hace ya cuatro años, afronta de cara a 2014 su primera actualización de importancia.

Aquella YZ 450 F de 2010 fue precisamente pionera en una idea que ahora parece tan de moda en las motos de cross de última generación: la centralización de masas. Yamaha comulga con dicho dogma y por ello estrena un nuevo bastidor en su gran YZ, similar en formas a la anterior pieza pero con dimensiones reducidas hasta copiar el tamaño del chasis de la YZ 250 F. Se ha revisado también la rigidez de la estructura en aluminio, con vigas principales de espesor variable para una mayor integración del depósito de gasolina, que ahora va más bajo y atrasado. Tanto que incluso queda tapado por el nuevo asiento, cuya parte delantera se desmonta sin herramientas para acceder así al tapón de gasolina -solución insólita en una moto de cross-. El nuevo subchasis, de diseño asimétrico, deja mayor espacio en el lado derecho para el silenciador, que de esta manera se puede acercar más al centro de la moto, favorecido también por la nueva disposición del colector que rodea completamente al cilindro.

Una mecánica que mantiene su conocida disposición con el cilindro inclinado hacia atrás y la culata «girada» -admisión delante y escape detrás-, ahora con mejoras en el grupo térmico, la distribución, el «airbox», la transmisión, la inyección y el sistema de engrase -por bomba húmeda, en lugar de cárter seco, lo que permitido aligerar y reducir el tamaño de los cárteres-. No incorporan novedades los frenos, mientras que las suspensiones adoptan pequeños cambios internos.


El circuito de motocross de Santa Bárbara, cerca de Pisa, suponía un escenario perfecto para subirnos por primera vez a la nueva MX1 azul. Nos basta la primera de las cuatro tandas de prueba para comprender que la nueva YZ 450 F sigue haciendo gala de su característico talante deportivo, con un motor tremendamente potente a medio y alto régimen, pero que ahora muestra en la gama baja de revoluciones una cara más amable, fina y precisa. Ha mejorado sobre todo la respuesta del gas, pues la primera parte de recorrido del acelerador ya no se corresponde con una reacción excesivamente agresiva de la rueda trasera, sino que ahora la entrega de potencia es más progresiva y fácil de aprovechar.

También los cambios en el chasis sientan más que bien a la «cuatro y medio» de Yamaha, con mejora latente de su paso por curva gracias a un tren delantero más aplomado y natural en sus reacciones, que convence más que antes sobre todo en el momento de iniciar el giro, también porque la nueva carrocería ofrece una ergonomía más efectiva. En recta, la montura azul sigue deleitándonos con una estabilidad intachable, favorecida por unas suspensiones cuya puesta a punto nos vuelve a parecer exquisita, por su gran sensibilidad inicial y su elevado confort general -quizá algo blandas de serie-. Los frenos rayan también a buen nivel, en una montura muy bien rematada y lista para competir tal cual sale de las tiendas. Algo que, por cierto, podemos conseguir más fácil que antes, pues Yamaha ha rebajado hasta los 8.399 euros el precio de su YZ 450 F, que estará disponible en los concesionarios a finales de julio.