Arón Canet ha celebrado en Jerez su primera victoria mundialista, en una jornada que ha calificado como “el día más feliz de mi vida”. Tanto que el piloto valenciano se ha vuelto loco en la celebración y se ha tocado con Fenati tras cruzar la meta. “Un poco más y me voy al suelo. Sé que he ganado una carrera pero no lo analizo. A los tres años este era un sueño, y es uno más que he cumplido. Podio, victoria… Pero en estos momentos todavía no soy consciente. Si cuando tenía cinco años, que fue cuando empecé, me dicen ‘vas a ganar en Jerez el 7 de mayo en el día de la madre’, me habría desmayado. Aún estoy en shock”.
Arón Canet ha ganado la carrera más bonita del fin de semana, que ha rematado con un doble adelantamiento a Fenati y Mir en la última curva. Un movimiento arriesgado que ha definido con mucha gracia. “He temido equivocarme en la última curva. Ha sido un ‘o ahora llegas delante o te vas al suelo’. Hubiese sido un ‘Arón Canet’ en toda regla”.
Después ha analizado detenidamente la carrera: “Mi estrategia era intentar romper el grupo, pero ha sido imposible, porque cuando he adelantado a Marcos Ramírez, Darryn Binder me ha tocado y me he ido a posiciones traseras. Pero igualmente he podido remontar. Después de esto he decidido quedarme tercero o cuarto para en las últimas vueltas jugármela y ver si podía hacer un buen resultado. He visto que Ramírez se ha ido a la cuarta posición y que tenía delante sólo a los otros dos pilotos. Sabía que era un fuerte frenador en esta curva pero en toda la carrera no he arriesgado al límite. Y en la última vuelta en esa última curva he frenado más tarde que nunca y he podido parar la moto perfectamente, he salido de la curva bien, me he levantado bien pero durante toda la recta pensaba que me iban a adelantar, se me ha hecho la recta más larga de la historia, más que la de Malasia”.
Llevaba tiempo persiguiendo una victoria que a veces la mala suerte le había arrebatado. Sin ir más lejos, en la carrera anterior de Austin, la rozó con los dedos. “Yo creo que la mala suerte no existe, simplemente existe hacer novatadas. En Austin me pudieron las ganas, porque yo creo que Fenati hizo un buen trabajo intentando frenarme en la carrera, y lo consiguió al final. Con esto me quito una espinita y lo que necesitamos ahora es poner los pies en el suelo y decir ‘vale, ya soy uno de los pilotos que ha podido ganar en la categoría de Moto3, necesito seguir en esta línea’. Esta carrera se la dedico a Jordi Arquer (NdR: Team manager del equipo de Canet, ausente por enfermedad en Jerez) y a mi madre, que hoy es el día de la madre”.