El trágico accidente que le ha costado la vida a Luis Salom en Montmeló nos recuerda el peligro al que están expuestos los pilotos de competición, a pesar de que las medidas de seguridad han ido aumentado en los últimos años. En MotoGP la homologación de circuitos modernos por parte de la FIM y el trabajo de la Comisión de Seguridad han hecho que cada día haya un menor riesgo para los pilotos. Las escapatorias son cada vez más amplias y hay asfalto en el exterior de algunos virajes para que los pilotos tengan un mayor margen de maniobra si cometen un error. Desde 1995 los airfence se instalan en las barreras que delimitan el circuito para evitar el impacto contra superficies rígidas. También las motos tienen ayudas electrónicas en algunas categorías y los equipos médicos están más preparados que nunca. A esto hay que añadir que el equipamiento ha evolucionado con la introducción de sistemas de air bag en los monos de cuero.
Pero el peligro intrínseco a la competición está siempre presente y hay un factor de riesgo que no se puede hacer desaparecer, algo que antes de los 90 estaba mucho más presente.
En los últimos años los accidentes mortales siempre han tenido la interacción de la moto, que es la que ha impactado o atropellado al piloto, como en el caso de Craig Jones en Brands Hatch, Shoya Tomizawa en Misano, Marco Simoncelli en Sepang o Bernat Martínez y Dani Rivas en Laguna Seca. Por lo general la moto tiene más inercia que el piloto y siempre se aleja de él en una caída, pero hay más motos en pista que pueden impactar mientras éste desliza, como en algunos de los casos mencionados arriba. Siempre es el cúmulo de varios factores y el azar los que acaban por definir la tragedia.
En el caso de Salom también ha habido factores que no se pueden controlar que han causado el fatal accidente. Luis Salom, el piloto de Palma de Mallorca se ha caído entrando en la curva 12, un rápido viraje en la parte final del Circuito de Barcelona-Catalunya, en el que las Moto2 entran en tercera con una velocidad de paso por curva de 150 km/h. A partir de ahí ha deslizado a gran velocidad y ha seguido la trayectoria de la moto, que ha ido directa contra el airfence y ha rebotado. La mala fortuna ha sido que Salom ha impactado contra la moto y eso le ha causado las lesiones que no ha podido superar. Ni la inmediata acción del equipo médico, que lo ha tratado en el acto y lo ha trasladado inmediatamente al Hospital General de Catalunya, han podido evitar su fallecimiento. Los más de 100 pilotos que han perdido la vida en el Campeonato del Mundo de Velocidad desde 1949 son una muestra del riesgo que se corre en la competición. La moto ha tenido siempre un riesgo asociado, que no hay que olvidar y que como ha sucedido hoy con Luis Salom nos recuerda que lo que estamos viendo es un deporte de riesgo que debemos respetar y valorar como se merece.