El viernes después de dominar los entrenamientos libres en Qatar preguntábamos a Aleix Espargaró cómo explicar que con una moto teóricamente inferior podía estar delante de todos los pilotos de fábrica. «Si hay algo en que no nos ganan, es que nadie de este box, nadie, ha luchado nunca por estar delante en MotoGP, así que imaginad la ilusión que tienen. En ambición, y en ilusión, les damos una paliza a todos, y creo que ahí está la diferencia», decían un sonriente Aleix rodeado de periodistas, algo a lo que no estaba muy acostumbrado a pesar de haber dominado entre las CRT las dos últimas temporadas. Esa ilusión le llevó a sobreponerse a dos caídas en los cronometrados del sábado para terminar la primera carrera en cuarta posición. Y lo hizo con el dedo gordo del pie derecho muy tocado, tanto que la semana pasada pasó por el quirófano en la Dexeus para solucionarlo. «Me pasó el jueves justo antes del primer entreno y por suerte estaba allí el Dr. Mir que me lo pudo ver. No me lo podían curar porque estaba muy mal. Con infiltraciones para el dolor pude pasar el fin de semana», nos dijo el piloto del equipo Forward.
Mejor imposible
Pero Aleix está muy contento por cómo ha empezado el año. «El resumen es que estamos cuartos, que tenemos una moto mucho más competitiva que el año pasado y que podemos optar a cosas mucho más grandes», aunque reconoce que ha pensado más de una vez en las caídas durante la Q2. «Muchas, muchas veces. No solo por haber tenido la pole al alcance de la mano, de hecho solo bajaron dos décimas el tiempo que hice el día anterior y con dos gomas blandas parecía asequible, sino porque también la carrera fue mucho peor de lo que podría haber ido. Por el hecho de haber salido tan atrás, me costó mucho adelantar a las Ducati, y si hubiéramos salido más adelante quizás hubiéramos podido luchar de otra manera».
Cuando se subió en la moto de Forward en Valencia el pasado mes de noviembre no imaginaba poder ser tan competitivo. «Nada más probar la moto vi que el motor corría mucho y que si hacíamos un buen trabajo podríamos optar a cosas mejores. Mi objetivo era estar más cerca, pero no me esperaba que pudiéramos luchar por la pole, que estuviéramos todos los entrenos entre los tres primeros y acabar la primera carrera del año, en una pista muy difícil cuartos a 10 segundos del primero», pero luego vio que la moto tenía mucho potencial. «En Valencia fue difícil porque a la moto le faltaban muchas cosas, no teníamos suspensiones buenas y se montó todo deprisa para poder rodar. Pero en el primer test de Malasia ya teníamos todo y vi que la moto era competitiva, que tendríamos que trabajar, pero que había potencial para conseguirlo».
Pero no es oro todo lo que reluce, no hay que olvidar que Forward es un equipo privado. En la primera carrera tuvieron algún problemilla con el recambio… «Esperábamos estar un poco más preparados, pero han surgido una serie de contratiempos. Pero creo que es un poco normal, el equipo ha empezado de cero, por decirlo así, todo es nuevo y como sabéis no somos una fábrica, no hemos recibido todo hecho como con las Honda Open. Hemos tenido que ir haciendo todas las piezas y hemos tenido algún contratiempo, se nos rompieron los carenados nuevos, tuvimos problemas con los radiadores, con los depósitos», comentaba Aleix quien nos confesó que con FTR las cosas no pasan por su mejor momento. «La relación no está 100 por cien rota, pero está difícil. Seguimos trabajando con Mark el ingeniero de FTR que ha construido la mitad de la moto y tendremos que ver cómo acaba esto…».
Difícil decisión
Cuando decidió dejar a Aspar el año pasado muchos dudaron, y yo me incluyo, pero visto lo visto nos equivocamos… «Bueno, todo el mundo dudaba. Si te soy sincero tampoco fue un paso fácil para mí. En Aspar estaba muy, muy feliz, más que un equipo era como una familia. Tenía la duda de irme a un equipo nuevo que no había conseguido los éxitos que Aspar. Pero tuve una reunión con el jefe de Forward y con Nakajima (Yamaha) en Aragón y la moto me convenció al mil por cien. Me dieron carta blanca para construir el equipo que quería y sabía que con esa moto y con un buen equipo podía hacer cosas grandes. Al final el tiempo nos ha dado la razón», dice el de Granollers que se ha llevado a su telemétrico en Aspar, Matthew Casey, que ahora es su jefe de mecánicos, y también cuenta con un mecánico de confianza, Jacques Roca, que ha estado trabajando con él y con su hermano desde 2008. «Algo muy positivo y que no me esperaba son los electrónicos. Tenemos a tres ingenieros que trabajan para mí y creo que me dan ventaja, que somos el mejor equipo privado en este aspecto».
También el año pasado cambió de mánager, ahora trabaja con Albert Valera, «Estoy muy contento, estamos trabajando súper bien y me ha dado ese punto que me faltaba en mi carrera deportiva. Es muy profesional y por eso está trabajando con Jorge», dice. «Terminé bien con Paco (Sánchez) y Pere (Gurt), pero creí que era hora cambiar». Respecto a Lorenzo, con el que además de mánager comparte una buena amistad Aleix cree que sigue tan fuerte como siempre. «Al principio estaba un poco ofuscado con el tema de los neumáticos, pero poco a poco se fue rehaciendo y en carrera estaba crecidísimo, aunque las ganas le pudieron. Pero si en un fin de semana lleno de problemas como el de Qatar, cuando llegó la hora de la verdad estaba primero, el día que las cosas le vayan, no digo bien, digamos normales, va a estar luchando para ganar», aunque cree que el cero le puede pesar. «Más con lo apretado y difícil que está el campeonato. Yo diría que se pueden cometer un par de errores y Jorge ya ha quemado el primero. Eso le supondrá un poco más de presión, pero si hay alguien que puede correr con esa presión es Jorge, que hizo un final de año brutal, todo el mundo daba el Mundial por perdido y al final se quedó a solo cuatro puntos».
Pol también llegará
Vio bien a su hermano Pol en su debut, aunque lamentó que no pudiera terminar la carrera después de llegar a Qatar con una clavícula recién operada. «Una pena porque Pol hizo un esfuerzo enorme. Empezó mal el fin de semana y se cayó otra vez fuerte. Después de todo podría haber acabado fácilmente sexto o quinto... Pero es su primer año, no tiene que tener presión y seguro que va a acabar luchando por estar delante».
El campeonato ha cambiado y Aleix cree que para mejor… «Se puede hablar de las Open, de la goma blanda, de la dura, de que a alguien no le guste, pero al final la carrera fue súper bonita, con un grupo delante que parecía Moto2, nadie se fue, hubo lucha, una Open acabó cuarta y Bautista casi consigue subir al podio con una moto semioficial… Yo creo que al final lo que la gente quiere es espectáculo en MotoGP y parece que lo hay, así que hay que estar contentos». También es cierto que en Qatar todos menos los pilotos de fábrica habían estado tres días entrenado solo una semana y media antes del Gran Premio, pero Aleix cree que en Austin todo puede seguir apretado. «Será un poco diferente aunque creo que no mucho, porque al final, si miras el podio de Qatar todo fueron motos oficiales… En Austin va a ser más difícil. Todos partimos desde cero y ellos tienen las mejores motos y son grandes pilotos».