Las dos últimas temporadas de Marco Melandri no han sido nada fáciles. En 2008 llegó a Ducati dispuesto a comerse en mundo, pero la especial Desmosedici casi termina con su carrera como piloto. El año pasado iba a ser el número uno de Kawasaki, pero tras el abandono de la firma japonesa casi se queda a pie.
A pesar de todo realizó grandes resultados, como el podio de Le Mans, y Gresini le hizo una oferta para volver a «casa». Marco no se lo pensó y aunque su nuevo compañero cuenta con preferencias en Honda, a él no le importa y cree que con una moto satélite se pueden hacer buenas cosas.
¿Qué tal el retorno a la actividad?
«El primer día en Sepang fue realmente difícil. Después de tres meses sin montar en moto y con tan poco tiempo de pista disponible, debes ser rápido para rodar deprisa y conocer la moto, por lo que no ha sido nada fácil. La moto es muy diferente de la que probé en Valencia y, la verdad es que no me esperaba que hubiera cambiado tanto. Además, esto hizo que comenzáramos a trabajar con sensaciones equivocadas, porque hemos intentado empezar con lo que aprendimos en Valencia. Cada prueba iba a peor y creo que al final comprendimos que debíamos olvidarnos de todo lo que aprendimos en Valencia y comenzar desde cero. El segundo día comenzamos a rodar con el suelo mojado, pero sin embargo desde el principio el “feeling” era mucho mejor. Con esa base continuamos en seco y la verdad es que al final encontramos un camino que pienso que es el correcto».
Después de dos años en los que las cosas no han ido como deseabas, ¿qué esperas de esta nueva temporada?
«Volver al equipo Gresini ha sido como regresar a casa. Creo que este equipo es mi equipo y donde mejor me he encontrado nunca. Las dos últimas temporadas he tenido experiencias difíciles, pero al final creo que me han servido para ser más fuerte y maduro. Ahora he vuelto a casa y espero que con los entrenamientos que tenemos por delante sean suficientes para llegar a tope a Qatar, porque todavía nos hace falta mucho trabajo con esta nueva moto».
Dices que ha cambiado mucho con respecto a Valencia, pero si la comparamos con la última RCV que llevaste un tu anterior etapa en el equipo Gresini, el cambio debe ser abismal, ¿verdad?
«No tiene nada que ver. El motor es mucho más potente, quizás un poco agresivo y la verdad es que abajo se queda un poco hueco, le falta más patada. En cambio el chasis lo he notado mucho más equilibrado, porque antes la moto de 2007 era muy ligera, pero tenía muchas transferencias de peso y además era el primer año con Bridgestone y sufrimos muchísimo “chattering”. Ahora la moto me ha gustado mucho de chasis y estoy seguro que tiene potencial. Me ha recordado a cómo iba la “mil”, siempre hablando del chasis».
¿Qué me dices del cambio de Showa a Öhlins?
«La verdad es que después de dos años fuera de Honda es difícil para mi decir si es un paso adelante o atrás. Tengo que encontrar las geometrías con las que me encuentre más cómodo y luego podré empezar a trabajar más con las suspensiones. Pero tengo claro que si Honda ha cambiado lo ha hecho teniendo total seguridad de que sería para mejor. Además, Ducati, Yamaha, Suzuki, y todas las demás motos llevan Öhlins y eso es muy significativo».
¿De qué crees que te sirve la experiencia con Ducati y Kawasaki?
«Han sido años complicados y lo que me han dado es más motivación para mejorar y volver a tratar de subir al podio. Una vez que tenga el “feeling” justo con esta moto, las carreras serán otra historia. Desde el año pasado hay menos tiempo para rodar de viernes a sábado y además, con la nueva regulación de los motores se girará menos y eso creo que para los equipos satélite será una ventaja. Estoy casi seguro que la Honda no tendrá problemas de fiabilidad y además como deberán dar al menos dos motores cada seis carreras no habrá tanto tiempo para desarrollar como hasta ahora».
¿Personalmente cómo te han afectado todos los problemas de las dos últimas temporadas?
«Ha sido muy difícil, sobre todo el invierno pasado porque no sabía si iba a tener moto para correr, y encima al mismo tiempo estaba mudándome de nuevo a vivir a Italia. Fue un invierno muy estresante y difícil. De hecho este año me lo he tomado de manera muy diferente, estaba tranquilo porque sabía que mi futuro estaba claro y he pasado un mes y medio en casa sin hacer nada».
¿Volver a trabajar con Antonio también es importante de cara a no tener que empezar de cero, en el sentido de que ya sabes que la comunicación va a funcionar?
«Sí, por supuesto. Como he dicho antes significa volver a casa, porque cuando te falta algo es cuando más aprecias lo que tenías. En Kawasaki tenía un equipo verdaderamente óptimo, pero aquí me encuentro realmente cómodo».
¿Crees que seis días de entrenamientos son suficientes?
«No, son muy pocos. Lo han hecho para ahorrar, pero creo que se podría recortar de otras muchas cosas menos importantes. Pero como nosotros no somos los que decidimos y es igual para todos, tengo que aceptarlo».
¿Esperas tener evoluciones de Honda durante el año?
«En principio dicen que todas la motos empiezan igual, pero luego no me espero regalos. Creo que la moto es buena de base y no me interesa cuánto evolucionen las motos oficiales, porque si algo he aprendido en estos años es que debo trabajar con lo que tengo y no hacerme ilusiones».
¿Qué tal con tu nuevo compañero?
«Bien, no nos conocíamos mucho, sólo de “hola y adiós”. Pero creo que tener un compañero competitivo será bueno para mí y también para él. Creo que podemos tener una buena colaboración, no pienso que podamos espiarnos los datos, porque yo soy la mitad de alto que él y las motos tendrán reglajes muy diferentes».
¿Qué objetivos te marcas?
«Primero hay que conocer el potencial de la moto, pero mi objetivo es dar lo máximo en cada carrera y divertirme. Creo que si lo consigo podemos hacer buenas cosas».
¿Crees que se pueden ganar carreras con una moto satélite?
«Nunca digas nunca jamás. En condiciones especiales puede darse el caso, sobre seco no creo, pero trataré de demostrar que es posible».