Jorge Lorenzo no está en Austria. Como tampoco estuvo en los dos GG.PP anteriores (Sachsenring y Brno), después de que se lesionase en la primera sesión libre del GP de Holanda. Con ésta serán cuatro carreras consecutivas sin el piloto mallorquín en la parrilla de salida, y su vuelta está prevista para Silverstone dentro de dos semanas. Pero aunque no ha estado presente físicamente en Austria, su nombre ha estado en boca de todos este fin de semana.
El rumor que destapó Carlo Pernat hace unos meses, cuando dijo en su columna de la revista MOTOCICLISMO que Ducati y Jorge Lorenzo estaban hablando para que el balear volviera a la órbita italiana, ya es una realidad. Así lo aseguró el propio Jack Miller en rueda de prensa el jueves, cuando dijo que “parece que hay algo de verdad en esta historia…". Y es que el australiano sería uno de afectados en esta historia, ya que su renovación con el equipo Pramac está parada por Ducati.
Pero no queda ahí la cosa. Ya que según informa el portal Motorsport, Jorge Lorenzo también ha llamado a la puerta de Yamaha Petronas como opción con vistas a 2021. Una información que no desmiente su manager, Albert Valera: “Yo lo que hago es preparar el terreno y eso me lleva a llamar a todas las puertas posibles"; confiesa Valera.
Entre tanto, en Honda no quieren avivar el fuego. Aunque los movimientos del pentacampeón del mundo no han sentado bien en la fábrica nipona, prefieren no echar ma´s leña al fuego. “Hasta donde yo sé Lorenzo tiene contrato con Honda en 2020", decía Alberto Puig el viernes.
Jorge Lorenzo y Honda, una adaptación incompleta
Jorge Lorenzo se subió por primera vez a la Honda de MotoGP en noviembre en Valencia. Después repetiría en Jerez, y aunque no quiso hacer declaraciones (tenía contrato en vigor con Ducati), en aquellas primeras pruebas ya se dio cuenta de la dificultad que entrañaría el proyecto HRC.
Todo se empezó a torcer en el mes de enero, cuando el piloto balear se rompía el escafoides entrenando, a pocos días de arrancar la pretemporada en Malasia. Se perdió aquel test crucial en Sepang y llegó a Qatar tocado. Desde entonces, apenas ha habido mejoras en su rendimiento, entre otras cosas, porque Lorenzo todavía no ha podido subirse a la moto físicamente al 100 por cien.
En estos meses Jorge Lorenzo ha tenido algún destello esporádico en alguna sesión de entrenamientos, pero en carrera no ha pasado del undécimo lugar en Le Mans. No consigue adaptarse a una moto que está en las antípodas de lo que era su Yamaha, con la que ganó tres títulos de MotoGP.
La Honda es una moto muy corta entre ejes, mucho más pequeña que la Yamaha o la Ducati, y es mucho más difícil de encontrar esa ergonomía perfecta con la que Lorenzo también ganó carreras en Ducati. En ese sentido, Honda tiene cubiertas las espaldas ya que hasta el momento han hecho todo lo posible para que el pentacampeón se sienta cómodo, incluido un viaje exprés a Japón después de Mugello.
El otro aspecto decisivo es que la Honda es una moto muy crítica con la que Lorenzo ya ha podido comprobar que cuando va al límite se cae. Y a estas alturas de su carrera, a sus 32 años, si algo no quiere el balear es hacerse daño en moto; o al menos asumir más riesgos de los necesarios. Y con la actual Honda tiene que asumirlos.
La sensación que da esta situación es que desde el entorno de Jorge Lorenzo se está tensando la cuerda con la intención de romperla y que el balear quede liberado de su contrato en 2020. Algo que no es nada fácil, sin que una de las dos partes sea indemnizada de alguna manera.
De momento, Jorge Lorenzo guarda silencio al respecto. Un silencio que sólo ha roto a lo largo de este fin de semana una vez a través de sus redes sociales para escribir un enigmático “Hora de volver". Si no hay otro giro de guion inesperado, no veremos al mallorquín hasta dentro de un par de semanas, en Gran Bretaña, cuando tendrá que dar muchas explicaciones.
Time to come back pic.twitter.com/S34E5PqM7e
— Jorge Lorenzo (@lorenzo99) August 8, 2019