La extrema igualdad y las dificultades para adelantar han convertido las sesiones de clasificación de la temporada 2022 de MotoGP en cruciales. Cuando todos los pilotos están en un puñado de décimas y la aerodinámica corta las alas a la hora de superar rivales con relativa facilidad, una buena posición en parrilla es primordial.
En este 2022, lo ha sido todavía más por una razón añadida: la superioridad de Ducati, tanto en número como en rendimiento. Una superioridad que ha sido especialmente manifiesta a una vuelta, como se puede ver en la general final del trofeo BMW M, cuya clasificación otorga puntos a los pilotos por su posición en parrilla con el mismo sistema que se utiliza para la carrera: es decir, el poleman recibe 25 puntos, el segundo 20, el tercero 16…
Una clasificación en la que las Desmosedici han arrasado con cuatro pilotos en el top 5 y hasta siete pilotos en el top 10, donde solamente se han colado Fabio Quartararo con la Yamaha en tercera posición, Aleix Espargaró sexto con la Aprilia y Marc Márquez octavo con la Honda. Las marcas peor situadas ahí han sido Suzuki y, sobre todo, KTM.
Así ha sido la general final del trofeo BMW M:
(Nota: los wild card no puntúan en esta clasificación. Por eso Michele Pirro no aparece pese a clasificar 14º en Italia, lo que da un punto extra a Miguel Oliveira y Brad Binder, que fueron 15º y 16º respectivamente).
LAS KTM Y RINS
El rendimiento a una vuelta ha sido, precisamente, el gran agujero en la KTM RC16. Era habitual ver progresar en las carreras tanto al sudafricano Brad Binder como al portugués Miguel Oliveira, que a menudo se quedaban en la Q1 para después escalar hasta el top 10 en carrera e incluso asomarse al podio.
El caso de Brad Binder es el más flagrante. En el BMW M Award ha ocupado la 14ª posición, mientras que en la general ha finalizado sexto a un solo punto del top 5. De 85 puntos a 188, lo que supone obtener el domingo un 221,18% de los puntos obtenidos el sábado. En el caso de Miguel Oliveira, pasa de la 17ª posición con 57 puntos a la 10ª con 149, mejorando todavía más el porcentaje de su compañero hasta el 261,4%.

El otro gran escalador es Álex Rins, también lastrado por la dificultad a una vuelta de la GSX-RR (algo proverbial ya desde el triunfal 2020 de la marca) y que supo ir ganando posiciones -destapándose al final con dos victorias en las tres últimas carreras- para trepar hasta la séptima posición de la general con 173 puntos, un 153,1% más que los 113 obtenidos en clasificación para ser 12º en el trofeo BMW M.
UNA BESTIA EXCEPCIONAL
En el caso contrario están, básicamente, las Ducati. Su gran nivel lo sábados hace realmente difícil igualar las prestaciones en carrera. Es de cajón: cuanto más delante sales, más posibilidades tienes de dejarte puntos el domingo. De hecho, el propio Pecco Bagnaia se ha dejado 28 puntos entre los 293 con los que ha ganado el coche de la marca bávara y los 265 que le han llevado a poner su nombre en el trofeo de MotoGP; transformando un notable 90,44% de los puntos, un porcentaje sobresaliente para un piloto que parte tan arriba.
Los que más puntos se han dejado por el camino son los pilotos del Prima Pramac Racing, que han sufrido de lo lindo con la versión 2022 del motor de la Desmosedici que Bagnaia desechó para el oficial: Jorge Martín -que ha rozado el coche al quedarse a solo 11 puntos de Pecco- apenas ha logrado en carrera el 53,9% de los puntos en parrilla, mientras que Johann Zarco se ha quedado en un 69,46%.

Jack Miller también se ha quedado realmente corto al convertir solo el 78,75% de los puntos, un porcentaje similar al de Marco Bezzecchi (77,08%) y al de Marc Márquez, que con un 78,57% y 31 puntos perdidos es el único piloto que se cuela entre las Ducati, donde el caso más flagrante ha sido el de Fabio Di Giannantonio. El rookie del Gresini totalizó 64 puntos en clasificación, de los que solo cristalizó 24 los domingos. Es decir: hizo más puntos para el BMW logrando la pole en Mugello que en todas las carreras juntos.
Solamente dos de los ocho pilotos de Ducati se libran de la sangría: Luca Marini, que prácticamente calcó su rendimiento para trasladar un 96% de los puntos (solo perdió cinco por el camino) y, sobre todo, Enea Bastianini. La gran revelación de la temporada, con cuatro victorias y el top 3 en la general final, fue el verso libre de las Desmosedici y maximizó su rendimiento en carrera.
De hecho, en el BMW M Award solamente pudo terminar séptimo y como cuarto piloto en Ducati tras Bagnaia, Martín, Miller y Zarco. Sin embargo, en las carreras se creció como nadie y logró 50 puntos más para firmar un porcentaje de 129,59% para superar a un Aleix Espargaró que transformó un 93,81% y terminar en el podio final de temporada por detrás de Fabio Quartararo, que calcó como nadie su rendimiento cediendo dos puntos con un 99,2%.