A principios de siglo, la música electrónica empezaba a hacerse fuerte. Desde fuera, la palabra ‘techno’ englobaba todo sonido capaz de traducirse mentalmente como ‘chunda chunda’ y, a quienes lo escuchaban -reconocibles a kilómetros por una estética de tonalidades hasta entonces solo vistas en rotuladores subrayadores-, se les denominaba ‘bakalas’. Después mutarían en ‘canis’, vocablo que sí ha sobrevivido hasta hoy.
Vale Music sacó entonces un disco recopilatorio: ‘Chasis 2001: Una odisea musical’. De la noche a la mañana se coló por todas partes y era imposible escapar de él, con la aflautada voz de Annia cantando ‘Fly on the wings of love’ haciendo olvidar que, de repente, los sintetizadores se habían apoderado de las guitarras. ‘Welcome to the future’, era el siguiente track. El nuevo milenio había llegado.

En MotoGP, el GP que supone el cambio de milenio también tuvo como protagonista a un chasis. Los japoneses, que venían a Graná para aprender a hacer guitarras, habían claudicado. Sumidos en la desesperación, en Honda encargaron un chasis a Kalex para su RC213V. En el GP número 1000 de la historia, lo pusieron en pista y, de repente, todo cambió.
Finalmente recuperado de su lesión, Marc Márquez lo probó y esbozó una tímida sonrisa, suficiente para revolucionar por completo al resto del gallinero. Tal y como sucedió con la música electrónica hace dos décadas, un chasis cambió el panorama de MotoGP hasta el punto de que todo el mundo pasó a hablar de ello de la noche a la mañana.

Se quedó al borde de la pole, que le arrebató un Pecco Bagnaia con el que peleó en el Sprint, y que parece mucho más nervioso desde que el 93 está de vuelta con chasis nuevo. Aun así, el italiano logró escaparse y terminar tercero, lejos de los otros dos especialistas de la carrera corta: un imperial Jorge Martín y un firme Brad Binder.
Fue el colofón de un sábado donde Jordi Torres y Matteo Ferrari lograron las primeras victorias con Ducati en MotoE, prologando un domingo en el que Dani Holgado se vistió de capo de Moto3 para imponerse a Ayumu Sasaki y Jaume Masià; con Tony Arbolino marcando territorio al vencer ante Filip Salac y Alonso López tras las caídas de Sam Lowes y Pedro Acosta.

Y llegó el plato fuerte, plagado de caídas y donde Marco Bezzecchi aprovechó la pista libre para firmar una victoria magistral, dejando al resto luchando por una segunda posición. Ahí, Marc Márquez confirmó sus buenas sensaciones con el nuevo chasis al ser capaz de defenderse durante casi toda la carrera de Jorge Martín, que lo intentó hasta la extenuación.
Un duelo que terminó en la penúltima vuelta, cuando en el enésimo intento de adelantamiento Márquez no solo no pudo replicar de inmediato, sino que perdió el control de su Honda, abriendo el podio para Johann Zarco con Augusto Fernández cuarto. Pese a caerse, Márquez sonreía: “Soy rápido. Puedo adelantar, y puedo pelear”, afirmó. La música de MotoGP ha cambiado: bienvenidos al futuro.