Más de dos semanas después de que Andrea Dovizioso cruzase la bandera a cuadros del Losail International Circuit en primera posición, los resultados del Gran Premio de Qatar por fin son oficiales. Ha sido una agria polémica que parece haber llegado a su fin y que, si bien deja las cosas como estaban en lo que se refiere a los resultados de la carrera, multiplican la victoria de Ducati. Se puede considerar que la firma italiana ha salido victoriosa en cuatro aspectos:
- 1 Victoria en pista
La fundamental y, si no la que dio origen a todas las reclamaciones, al menos sí la que convertía a éstas en decisivas. Si todo este tema ha estado en la primera plana durante más de dos semanas es, sencillamente, porque Andrea Dovizioso consiguió batir a Marc Márquez en el frenético mano a mano que ambos libraron por segunda temporada consecutiva en el Losail International Circuit.
Si el resultado en meta llega a ser el inverso –y asumiendo que las reclamaciones se hubiesen cursado de idéntica forma-, se hubiese hablado de la posibilidad de que Dovi y Ducati perdieran la segunda posición, lo cual hubiese tenido un impacto considerablemente menor. Una victoria es otra cosa, y es lo que logró el italiano en pista y lo que ha hecho correr ríos de tinta que, de haber estado en juego un segundo puesto, como mucho hubiesen sido arroyos.
- 2 Victoria en los despachos
Esta ha sido doble: primero en territorio catarí y, tras las posteriores reclamaciones y la elevación de las mismas a la Corte de Apelación de la Federación Internacional de Motociclismo, la resolución definitiva de la legalidad del deflector de marras, que consolida así el triunfo en pista y que da la razón a Ducati en general y a Gigi Dall’Igna en particular.
Esto no significa que Andrea Dovizioso y Ducati hayan ganado el GP de Qatar en los despachos; sino que los despachos han refrendado que Andrea Dovizioso y Ducati ganaron el GP de Qatar en la pista de manera limpia y justa; lo cual es un matiz importante. Las carreras se ganan en pista, los despachos solamente sirven para dirimir a posteriori la limpieza y justicia de las mismas.
- 3 Victoria en innovación
Pero no solamente se ha refrendado la limpieza del triunfo de Dovizioso, sino que la Corte de Apelación de la FIM ha concluido que el deflector es perfectamente legal y puede seguir siendo utilizado en el futuro. Hasta la resolución se había especulado fuertemente con la posibilidad de que la FIM ratificase el triunfo de Dovi pero introdujese una prohibición del elemento a posteriori, lo cual no ha sucedido.
Esto significa que Ducati ha vuelto a ganar al resto en innovación. Desde que comenzó la escalada aerodinámica de MotoGP, Dall’Igna ha ido delante y el resto a rebufo. La resolución ha dejado al resto tan fríos como los neumáticos de la GP19. No es la primera vez que el resto intenta cortar las alas de la Desmosedici, y la legalidad del deflector es un nuevo jarro de agua fría sobre el resto, que ahora tendrán que averiguar por dónde les da el aire y empezar a copiar el sistema de los italianos.
- 4 Victoria moral
La menos tangible pero quizás la más importante. La cuádruple reclamación vivida en Losail no solamente dejaba en el aire una victoria y 25 puntos, sino que ponía en tela de juicio la honestidad de la marca de Borgo Panigale, haciendo proliferar términos como el de ‘trampa’ en el imaginario colectivo del aficionado de MotoGP.
Si bien es cierto que Honda se mostró comedida –con Marc Márquez diciendo nada más terminar la carrera que la victoria era para Dovi con toda justicia-, que Suzuki dijo abiertamente que más que una sanción esperaban una clarificación y que Aprilia abogó por conservar la victoria de Dovizioso y prohibir el dispositivo desde Argentina; también hemos visto acusaciones frontales: KTM ha asegurado por boca de Mike Leitner que Dall’Igna se cree más listo que nadie y que no quieren entrar en la locura aerodinámica.
Tras la resolución, ha sido Claudio Domenicali el que ha sacado pecho por la resolución, apuntando que es una vergüenza que hayan tenido que gastar tiempo y dinero en abogados para defenderse de las acusaciones y, henchido de moral, subraya: “Ahora guardarán silencio e intentarán batirnos en pista". Pues eso: todos a correr.