Si hay dos marcas de MotoGP que han evolucionado a unos niveles que parecían inesperados hace menos de un año son Ducati y KTM. Su rendimiento ha sorprendido a propios y extraños, tanto que lo sucedido en este 2017 sitúa a las firmas italiana y austriaca como los ejemplos a seguir en la coyuntura actual de MotoGP.
La marca de Borgo Panigale se ha situado a la altura de Honda y Yamaha, mientras que la austriaca se codea sin ruborizarse con Suzuki y Aprilia con cada vez más frecuencia, acabando la temporada por delante de la firma italiana en la clasificación de constructores, donde Ducati ha acabado tercera tras fallar en Valencia, donde llegó segunda por delante de Yamaha.
Pese a que durante la temporada influyen muchos factores que suman o restan puntos, a lo largo de 18 grandes premios las clasificaciones acaban por contar casi toda la verdad. En ese sentido, la general final de constructores en MotoGP 2017 no engaña:
GENERAL CONSTRUCTORES MOTOGP 2017 | ||||
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P | Marca | Puntos | Victorias | Podios |
1 | HONDA | 357 | 8 | 22 |
2 | YAMAHA | 321 | 4 | 17 |
3 | DUCATI | 310 | 6 | 15 |
4 | SUZUKI | 100 | ||
5 | KTM | 69 | ||
6 | APRILIA | 64 |
UN ASCENSO EVIDENTE
Ducati ha logrado seis victorias de la mano de Andrea Dovizioso –sólo por detrás de las ocho de Honda-; y quince podios repartidos entre los tres pilotos que han llevado la Desmosedici GP17: ocho de Dovi, cuatro de Danilo Petrucci y tres de Jorge Lorenzo.
KTM ha acabado el año con once carreras seguidas puntuando, superando en la clasificación de constructores a Aprilia y quedándose mucho más cerca de Suzuki de lo que podían soñar al inicio de año.
Y si la clasificación de constructores de este mismo año no engaña, mucho menos lo hace la comparativa con años anteriores, sobre todo con la temporada 2016. En el gráfico no sólo se aprecia la gran mejora de Ducati –que sube 49 puntos y logra su mejor puntuación desde 2008- y la más que reseñable irrupción de KTM –mucho mejor que Aprilia en su estreno en 2015-; sino que el gran rendimiento de las casas de Borgo Panigale y Mattighofen ha supuesto el descenso de las otras cuatro marcas.
Evidentemente, para que unas marcas suban otras tienen que bajar. Pero, habiendo seis marcas, si sólo suben dos y bajan cuatro, significa de forma inequívoca que el ascenso de esas dos ha sido significativo.
DUCATI MINIMIZA A YAMAHA
Además, y dada la coyuntura que se ha establecido en la temporada 2017, se puede considerar que el ascenso de cada una de ellas ha tenido impacto directo en dos marcas rivales. Es decir: la mejoría de Ducati ha afectado a Honda y, sobre todo, a Yamaha; mientras que el ascenso de KTM contrasta con el retroceso de Suzuki y, en menor medida, de Aprilia.
Que el efecto Ducati se ha notado de forma negativa en Yamaha se ve en la evolución de la temporada: el inicio arrollador de Yamaha sólo encontraba réplica en Honda; mientras que cuando Ducati empezó a ganar, de nuevo se turnó con Honda –con la excepción de Valentino Rossi en Assen-; secando a la marca de Iwata.
En este gráfico, que señala las victorias logradas por cada marca desde la creación de MotoGP, se aprecia claramente cómo el aumento de los triunfos de Ducati –igualando las seis de 2008 como su segundo mejor registro histórico- ha repercutido en Yamaha, que con cuatro victorias iguala lo cosechado en 2007, 2011 y 2014 como peores resultados desde 2003, único año en el que no ganaron.
EL FACTOR DEL PROBADOR
Entrando a valorar las causas de los ascensos de Ducati y KTM, aparece un factor común en esas dos marcas y del cual carecen los otros cuatro: un probador de talla mundial.
Michele Pirro en los italianos y Mika Kallio en los austriacos aportan un valor añadido que no tienen las marcas niponas, cuyos probadores suelen ser pilotos japoneses cuya velocidad no está a la altura de los pilotos titulares de MotoGP.
En un panorama con la electrónica única y con las jornadas de test limitadas para los pilotos titulares de las grandes marcas, la información que Pirro le aporta a Ducati no encuentra réplica en Honda ni Yamaha.
Como muestra, valgan sus resultados en los tres ‘wild card’ realizados este año: noveno en Mugello, quinto en Misano y noveno en Valencia; un rendimiento que demuestra un nivel muy cercano al de los pilotos oficiales, y por lo tanto una información más útil. Más de lo mismo con Mika Kallio, cuyo décimo puesto en Austria y el undécimo de Aragón hicieron incluso tambalear el puesto de Bradley Smith.
Contrasta con Yamaha (Katsuyuki Nakasuga y Kohta Nozane), Honda (Hiroshi Aoyama y Takumi Takahashi) y Suzuki (Takuya Tsuda); donde los probadores realizan un valioso trabajo pero cuyos tiempos por vuelta están lejos de los titulares, por lo que no pueden ofrecer una información igual de valiosa a las fábricas que las que Pirro y Kallio suministran a los ingenieros de Ducati y KTM, respectivamente.
Sencillamente, si en los test no puedes llevar la moto a unos límites cercanos a los que las estrellas las van a someter en carrera, no puedes enfrentarte –y por lo tanto prevenir- los problemas que vayan a surgir cuando la Honda RC213V, la Yamaha YZR-M1 y la Suzuki GSX-RR se vean exprimidas a tope por los pilotos de MotoGP.
En este sentido, parece que Honda, Yamaha y Suzuki –Aprilia quizás no cuente con los medios para hacerlo a día de hoy- tienen que pensar en ponerse las pilas para no quedarse atrás. De hecho, han salido rumores sobre una posible oferta de la marca de los diapasones al propio Pirro, lo cual no ha pasado de ahí.
De igual forma, también hay informaciones que apuntan a la posibilidad de que Sylvain Guintoli se convierta en probador oficial de Suzuki en MotoGP; sobre todo a raíz de su negativa a retornar al Mundial de Superbike pese a tener encima de la mesa la oferta del Puccetti Kawasaki.