Volver al frondoso bosque de Spielberg lleva inevitablemente a recordar aquellos efímeros pasos por el A1 Ring, cuando Honda llegaba a los grandes premios con la única duda de cuál de sus pilotos subiría a lo más alto del podio de 500cc, las victorias españolas llegaban a cuentagotas, el himno italiano sonaba cada GP y los jóvenes japoneses deslumbraban en las categorías ligeras.
Un cuarto de siglo después, durante unas horas se volvió a un escenario similar a aquel. Renombrado como Red Bull Ring y con el trazado modificado en pos de la seguridad, dejó tres preciosas carreras decididas por muy poco, con victorias para Italia y Japón, una marca dominando claramente en la clase reina y un pírrico podio para los españoles.
Lo que no faltó fue espectáculo, empezando por la primera carrera. Sin esos grupos infinitos tan propios de Moto3, poco a poco se fue partiendo en algo más similar a las viejas 125cc y una última fragmentación en dos partes dejó la lucha por la victoria en cosa de cuatro. Allí se impuso Ayumu Sasaki, para culminar una remontada grandiosa tras hacer dos long laps.
Su último escollo fue su compatriota Tatsuki Suzuki, firmando un doblete que no se veía en la categoría desde Suzuka 2001 con Masao Azuma y Youichi Ui. Cerró el cajón el jovencísimo David Muñoz para llevar la bandera española al podio, ya que en Moto2 Jake Dixon lo impidió en el último suspiro al arrebatar el tercer puesto al reaparecido Pedro Acosta.
Delante se libraba una lucha en el seno del Team Asia, donde más de un corazón dio un vuelco al ver a Somkiat Chantra meterle la moto a su compañero Ai Ogura, que se está jugando el título. Las únicas órdenes de equipo las puso el nipón en pista, demostrando que tiene capacidad de ganar carreras también en mano a mano y que es claro candidato al título.
Sasaki y Ogura, seguramente las dos grandes esperanzas del país del sol naciente, renacieron para reverdecer viejos laureles en un bosque que se ha convertido en territorio Ducati, que necesitaba defenderlo tras las acometidas de KTM en los últimos cursos y la siempre perenne amenaza de Fabio Quartararo, ansioso de pasarse el videojuego nivel dios.
Sin Andrea Dovizioso, Ducati necesitaba un guardián claro para su feudo, ya que el francés iba avanzando por el tren de Desmosedici hasta ponerse tercero y, con un adelantamiento de los que hacen historia, dar cuenta de un Jack Miller que una vez más se vio abonado a una tercera posición que vio peligrar cuando Jorge Martín le metía la moto… para acabar en el suelo.
Por suerte quedaba el guardabosques Pecco Bagnaia, que por primera vez acudía al Red Bull Ring como ganador de la categoría reina. Hace un año no se había estrenado, ayer firmó su novena victoria en 19 carreras. Solo recortó cinco puntos, pero vienen circuitos donde ya ha triunfado: como Suzuki y Ogura, se ha ganado el derecho a soñar con todo.
