Hoy han hablado Márquez, Rossi, Pedrosa, Lorenzo... Miller ha conetado su paso a MotoGP directamente de Moto3, pero para mí hoy la noticia es que Héctor Barberá vuelve a sentirse piloto. Después de casi dos años muy difíciles ha conseguido que Ducati le adelante la moto del año que viene para terminar la temporada. Su sonrisa lo dice todo y Héctor Barberá es hoy la persona más feliz del paddock en MotorLand. Después de probar la electrónica «open» con la Ducati GP14 en Mugello el martes y rodar bastante rápido, el de Dos Aguas contará con una Desmosedici en su box desde esta carrera hasta terminar la temporada. Se puede decir que los Reyes Magos se le han adelantado unos meses al bueno de Barberá, o estando aquí en Aragón, podríamos decir que son «Los Reyes Maños». Ahora sin bromas, aquí podéis leer lo que nos ha dicho Barberá al presentar su nueva moto.
¿Cómo estás?
«Estoy súper ilusionado, se nos han adelantado los reyes magos este año. Era muy complicado terminar el año así y encontrar la motivación para afrontar las siguientes cinco carreras. El año pasado ya hicimos 20 carreras sin poder ir en moto, porque ni puedes frenar, ni puedes acelerar, no puedes conseguir nada… Y este año estábamos en la misma tónica. Cuando probé la Ducati el martes en Mugello, “joder”, veías que frenabas y hacías todo bien, volvía a disfrutar, a bajarme de la moto riéndome, con tiempos fueron rápidos… Sobre todo volví a pilotar, no a llevar una moto, sino pilotar».
Hablas de tiempos. ¿A cuánto te quedaste de Dovizioso?
«Bueno, ellos rodaron en 47.6, nosotros en 48.4. Pero di apenas 27 vueltas, no rodamos mucho. El objetivo era hacer funcionar esta moto con la electrónica “open” y ellos también estaban probando la moto nueva… Más que el tiempo es el feeling que te da, las sensaciones y que en solo un día he rodado 1.7 segundos más rápido que con la moto con la que corrí allí hace unos meses. Con el tiempo que hice habría estado octavo o noveno en la parrilla de salida… Pero como he dicho es más el feeling, es la manera de pilotar, de frenar, de llevar una moto de carreras y no una de calle. Es un manillar estrecho, una moto ágil, una moto que gira, que frenas y puedes seguir frenando hasta dentro de la curva. Con nuestra moto eso era imposible, el freno motor va mal, el cambio va mal, es una moto de calle haciendo carreras y esto son prototipos, esto es MotoGP, la máxima sensación en motos. Con una moto de calle se podía hacer lo que estábamos haciendo».
¿Cuánto de preocupantes es tener una sola moto en el box?
«Bueno, como no teníamos nada, tener una es como tener el 100%. El año que corrí en 250 y fui subcampeón del mundo, todos tenían dos motos y yo solo tenía una y no se me dio nada mal. No tiene nada que ver porque son otros tiempos, pero trabajar con una moto a veces puede ser bueno. Hay que sacar todo lo positivo y así no nos podremos marear y ajustaremos lo mejor posible la moto. ¿Si llueve? Esperemos que siga como todo el año que ha llovido poquito y si puede ser que no llueva más». (risas)
¿Ahora tu trabajo será poner la electrónica a punto?
«Sí, porque es el hándicap que tenemos. Ducati hizo un día de test a principio de año con un software muy diferente a este y el día que hicimos nosotros el otro día en Mugello. Pero tenemos unos ingenieros que son muy capaces y muy buenos a la hora de trabajar y mejoraremos. Pero de todos modos la moto va muy bien y usando poca electrónica se puede rodar rápido».
Y la moto no viene sola, porque además habrá varios técnicos de la fábrica trabajando contigo en cada carrera. ¿No?
«Sí, además con algunos ya había trabajado en Aprilia, tenemos gente muy competitiva y que ya me conocen. Pero lo mejor es la moto, en la primera vuelta que di el otro día hice 1’51, que fue el ritmo de carrera con la moto que antes tenía o incluso más lento. Y eso en la primera vuelta sin apenas hacer ningún esfuerzo. Así que el feeling desde el primer momento fue increíble. Si la comparamos con la Ducati que tuve hasta 2012, el motor algo tiene que ver, pero el chasis es mejor, es más ágil, la moto gira más, el carenado y la posición ha mejorado. La última moto de carreras que había llevado era esa y es con la que podía compararla y la verdad es que ha mejorado en todo».
¿Poder comparar con la anterior Ducati es bueno?
«Sin duda porque es con lo que puedo comparar. A final de recta llegaba de verdad rápido, a 345 km/h, no a 317 km/h como con la mía, frenando fuerte con más presión… He vuelto a tener esas sensaciones de ir tirado por el suelo con el freno cogido y que sabes que la moto responde, de dar más temperatura al neumático y notas que se agarra más. Con nuestra moto el neumático entraba más frío que cuando le quitaban los calentadores… No estaba preparada para este tipo de neumáticos. La comparativa es imposible hacerla con las motos de los dos últimos años, automáticamente mi cerebro la compara con la última Ducati que llevé. Y ha mejorado mucho, así que todo positivo».
¿Objetivos, resultados?
«No lo sé. Solo he hecho un test y es complicado. La verdad es que yo soy bastante competitivo y me exijo mucho, aunque quizás ahora no es el momento de exigirse porque nos queda mucho por hacer con la electrónica, pero si hago una comparativa con una moto “open” tendría que hacerla con Aleix, sería lo más realista. Él está rodando muy rápido, su tiempo en la parrilla de Mugello era de 58.3 y yo he hecho 58.4 en poquitas vueltas, pero cambia la condición y cambia todo… Pero eso te ilusiona y te hace pensar que ese pueda ser el objetivo. Por otro lado Aleix está rodando rapidísimo, a veces está hasta por delante de las oficiales y hasta que no nos pongamos en situación es imposible saber lo que podremos hacer. Pero yo me considero un piloto rápido, la moto es buena y, ¿por qué no pensar en estar donde deberíamos haber estado desde hace tiempo?».
¿Y los sábados con el neumático “extrablando” puedes salir más adelante que hasta ahora?
«Sin duda. Una de las ventajas que vamos a tener es que todos los “open” tenemos el neumático blando y para una vuelta lanzada creo que la electrónica no será un hándicap, porque cuando el neumático está nuevo el control de tracción casi no actúa. Por eso hemos visto a Aleix muy rápido a una vuelta, pero luego en la distancia de carrera es donde más se ven las deficiencias de esta electrónica que no absorbe los problemas de la moto cuando el neumático se gasta. Por eso a la hora de hacer una vuelta rápida estoy convencido de que tengo una moto competitiva y rápida. Últimamente salía el 19º o el 20º y afrontar una carrera así es complicado. Ahora podemos pensar en estar el ocho, el doce y eso es ya hablar de otras posiciones».
Se te ve con la ilusión de un niño…
«Sí, porque es un momento que llevaba mucho tiempo esperando. Ir en moto no se olvida y la sensación de estos dos años es que me he hecho fuerte. De lo malo también se sacan cosas positivas y se puede decir que he aprendido a sufrir. Y ahora que lo tengo delante lo tengo que coger y disfrutar».