Con dos cadenas diferentes y en dos etapas, Izaskun Ruiz cumple su quinto año en el Mundial, siendo un referente y una de las voces más respetadas. Por su micrófono han pasado casi todos los pilotos y con un estilo riguroso y cercano se ha ganado a la parrilla del Mundial. Ha cubierto Juegos Olímpicos y Campeonatos del Mundo de distintas disciplinas, pero ahora el paddock es como su segunda familia y aunque le da las mayores satisfacciones, pasar la mitad de año fuera de casa también supone hacer sacrificios.
¿Qué tiene de particular el Mundial de MotoGP con respecto a otros deportes?
Para mí lo más peculiar es la cercanía con los deportistas. Se suele decir que el paddock es como una pequeña familia y es verdad. Por eso este trabajo es más una forma de vida ya que implica estar muchas horas en circuitos, en hoteles, en aviones, en aeropuertos… Al final estás tanto tiempo fuera de casa que con quien más convives son tus compañeros de trabajo y de profesión, aunque sean de otros medios, con pilotos o mecánicos.
En realidad, cualquier persona que forma parte de este mundo se convierte sin querer en una de las personas con las que más tiempo compartes y es tu familia cuando estás fuera de casa.
¿Has calculado los días que estás fuera de casa?
Nunca lo he hecho, pero lo he pensado. Este año, el primer viaje fue el 31 de enero y estuve en los test de pretemporada en Malasia, Australia y Qatar. Y eso hasta principios de marzo. Después empezó el Mundial otra vez en Qatar, Argentina, Estados Unidos… y luego por fin Europa. Este inicio del Mundial ha sido intenso.
Como decía antes, es una forma de vida y renuncias a muchas cosas por estar aquí. Dejas de estar en tu casa, de ver a tu familia, de estar en los cumpleaños, dejas de tener tiempo para tus aficiones. Todo lo dejas a un lado por esto. Por eso, o de verdad te gusta y lo disfrutas o es muy difícil de llevar.
¿Cuándo comenzáis a trabajar en un GP?
En Movistar Plus empezamos a emitir los jueves, pero el trabajo arranca mucho antes, en la redacción de Barcelona. Empezamos con una reunión del equipo, donde hay tormenta de ideas, para generar el contenido del GP y coordinarnos para ver quién hace qué. Se preparan reportajes, se cierran entrevistas con los responsables de prensa de los equipos... Aquí es cuando el trabajo en equipo toma una gran dimensión, porque cada pieza es súper importante y, si falla una, falla todo el engranaje.
¿Y cuánto hay de improvisación en un GP?
Aquí llegas con un esqueleto, pero la prioridad la tiene el directo. Hay una serie de contenidos que tienes que cubrir, rueda de prensa del jueves, entrenamientos de viernes y sábado y carreras del domingo. El resto del contenido va a depender de la actualidad que te vaya generando el propio Gran Premio.
Hay reportajes y entrevistas que traes ya cerrados, pero hay contenidos que se cierran en el mismo circuito, porque se ha convertido en un tema destacado del fin de semana. Todo ese esqueleto inicial se va moldeando en función de la actualidad. El objetivo final de Movistar Plus es que el espectador no se pierda nada de lo que ha pasado en el GP, dentro y fuera de la pista.
Te hemos visto entrevistar, presentar, moderar tertulias… ¿Sólo te falta narrar las carreras?
Narrar se lo dejo a mis compañeros que lo hacen fenomenal. Teniendo en cuenta que de jueves a domingo hacemos 28 horas de directo, cada uno en su parcela nos toca hacer de todo. A mí me toca compaginar las entrevistas en directo en el pit lane que ya hacía en TVE, con la parte del plató. Esto es lo más diferente que hago en Movistar Plus y me gusta mucho. Aunque tengo que decir que la parte que más disfruto son las entrevistas.
Precisamente, eres la primera persona con la que hablan los pilotos los domingos.
Esas son las mejores, la verdad. Porque yo creo que la adrenalina de las carreras todavía está presente y todos llegan con las defensas bajas. Las respuestas están mucho menos filtradas que en ruedas de prensa, la forma de expresarse sale más natural, las ideas están menos ordenadas o preestablecidas. Son más directos, más expresivos e incluso más personales.
¿Y tú también te adaptas a las circunstancias?
Por supuesto y para mí esa es una de las claves de estas entrevistas en caliente. Lo primero que tienes que tener claro es lo que vas a preguntar, pero lo que marca la diferencia es saber leer a la persona que tienes en frente e intuir en qué momento de ánimo está.
En este deporte, donde tenemos tanto contacto con los pilotos, esas cosas se ven. Cuando te adaptas a estas circunstancias consigues que los pilotos se relajen y tengan confianza contigo, porque saben que vas a respetarle como ellos te respetan a ti.
¿La tensión entre Rossi y Márquez también afectaba al ambiente de trabajo?
La verdad es que sí, y a mí personalmente no era una situación que me agradase. Cada vez que coincidían en el podio o en una rueda de prensa había mucha tensión. Y todo ese mal rollo lo sentíamos los que trabajábamos en el Mundial. Por eso, con ese apretón de manos que se dieron en Montmeló y esa simbólica paz que firmaron, todos respiramos un poquito porque teníamos la sensación de que eso hacía falta. Pero sobre todo les hacía falta a ellos, especialmente a Marc, porque es un piloto al que no le gusta el conflicto.
¿Os tocó encajar muchas críticas cuando empezaron las emisiones en Movistar?
La gente estaba acostumbrada al Mundial en abierto y al principio, en redes sociales, había muchas críticas. Pero tengo que decir que yo nunca recibí un mal gesto o una mala frase, todo lo contrario. Siempre he recibido afecto y reconocimiento al trabajo que realizamos. La gente disfruta mucho del producto que hacemos. Sinceramente si te gustan las motos, aquí lo ves todo. Somos los primeros críticos, pero creo que hacemos un buen trabajo y hemos dado la vuelta a aquellas primeras voces críticas… pero las tenemos presentes porque esto te ayuda a que no bajes la guardia.
¿Y también hay mucha interacción con el espectador a través de las redes sociales?
En esto la referencia absoluta es mi jefe, Ernest Riveras, al que le encanta explorar todas estas posibilidades. Él me tira de las orejas porque me dice que tendría que ser más activa en redes sociales y tiene razón. Es mi asignatura pendiente pero como Ernest siempre ha sido mi referente profesional desde que empecé a trabajar con él en 2010, en esto también le haré caso.