El 5 de diciembre de 2011 se publicó el disco Kase.o Jazz Magnetism, el primer disco en el que participó Kase.o -nombre artístico de Javier Ibarra Ramos- tras su periplo en Violadores del Verso, donde se había convertido en el mejor rapero de habla hispana.
Cinco años después, cerraría ‘El Círculo’ después de una época depresiva por la ansiedad que le provocaban las desmesuradas expectativas por su primer disco, en el que sabía que tenía que hacerse "único en la muchedumbre".
EL TREN DE LA LIBERTAD
Por eso, cuando VdV bifurcaron sus caminos, se vio seducido por una banda de jazz a la que conoció por casualidad y con la que terminó de gira, versionando algunos de sus temas más míticos, en una serendipia que cristalizó en disco inolvidable. Mientras todos esperaban algo nuevo, él decidió dirigir su propia peli y reservarse el mejor papel. Dicho de otra forma: decidió ser libre:
“Súbete al tren de la libertad,
sé la nieve que va al río y luego al mar.
Sé objetivo porque todo es relativo
Exceptuando que estas vivo”
El pasado 2 de marzo de este mismo 2025, Marc Márquez rubricaba su perfecto primer fin de semana como piloto oficial Ducati: pole, sprint, victoria, vuelta rápida y, por supuesto, liderato de la clasificación general de MotoGP, algo que no sucedía desde finales de 2019, cuando ganó el último de sus títulos con Honda.
“Coge este tren que se te ofrece,
vete libre, vive, crece, sé tu jefe”
Desde entonces, un calvario de lesiones e inferioridades mecánicos habían maniatado el talento del octacampeón mundial, que después de años dándose contra un muro decidió coger las riendas de su futuro y dejar atrás al grupo de personas que se lo habían dado todo.
“Mirando al cielo nacen miles de preguntas,
y yo en el suelo siento que las hago todas juntas”
Miles de preguntas pasaron por la cabeza de Márquez durante sus últimos años en Honda, especialmente en aquel Gran Premio de Alemania de 2023. Allí, en Sachsenring, el circuito en el que su aura de imbatibilidad se elevaba al máximo exponente, había tocado fondo.
Y, entre esas miles de preguntas, una se había instalado en su cabeza: ¿sería él el problema?
“Ocúpate de tu persona, sé tu propio maestro:
¡Cree en ti, hermano, duda del resto!”
Para responderla, solo podía hacer una cosa: cambiar el entorno. Ser un poco egoísta y anteponerse a sí mismo para recuperar la confianza. Rodearse de un grupo que funcionase de forma armónica, al mismo tiempo que le dejaba espacio para la improvisación. Algo así como una banda de jazz que le permitiese empezar de cero y dejar fluir su talento:
“Enséñame a desaprender,
a cómo se deshacen las cosas”

UN FLOW EXTRAPLANETARIO
“Me siento el progenitor de una gran prole,
el profesor loco, el preferido del cole.
Me siento como aquel profeta multitudinario,
el propulsor de este flow extraplanetario”
En Tailandia, supo que había vuelto definitivamente. Primero había entendido por qué el Ducati Lenovo Team funcionaba con una total armonía y cómo eso le había permitido volver a sobresalir como antaño, volver a ser aquel profeta que congregaba multitudes en las gradas de los circuitos de todo el mundo con un flow extraplanetario en su pilotaje.
Mi estilo es como caminar por un vergel,
se acumula, converge la belleza en este eje.
La Ducati Desmosedici GP25 ha permitido a Marc Márquez recuperar la belleza de su estilo y volver a convertir el asfalto en su propio vergel, por el que pasea como si fuese descalzo por un manto de hierba fresca.
Se acabaron por fin aquellos años en los que tuvo que vivir en la grieta del corazón roto por una Honda RC213V, lo que le trajo un sinfín de quebraderos de cabeza cuando amanecían en Tokio, él y su soliloquio, enfrentándose a un duelo interno entre el corazón, que le pedía seguir tratando de remontar el vuelo con las alas doradas, y la cabeza, que le instaba a cambiar de aires.
“Las promesas son mentiras implícitas,
pues del mañana no hay certeza científica”
Al final, por mucho que quisiera creer en las promesas de la poderosa marca nipona sobre una temprana mejoría en las prestaciones de su máquina, algo dentro de él le decía que tenía que claudicar y enfundarse ese seductor atuendo italiano que podía sentarle como un guante.
¿Dónde está ese folio desnudo, que le hago un traje?
Me llaman el Armani del lenguaje.
Así lo hizo y, tras un año de recuperación, encontró por fin un traje a medida con el que volver ya no solo a ganar, sino a sumir a todos sus rivales en la frustración de sentirle invencible.
“A muchos mi figura les trunca,
al saber que no van a saber lo que es sentirse el mejor nunca”

LO QUE QUEDA POR VENIR
De alguna forma, Marc Márquez está volviendo a recuperar ese mantra que simplifica la vida diciendo que “recibes de lo que has dado” (mantra del que llegó a dudar tanto tiempo) y, sobre todo, que “para ser feliz tan solo hay que olvidar el pasado” y mirar hacia el futuro.
“Lo mejor es lo que queda por venir”
Ese es el mensaje que transmite el de Cervera con su triunfo en Tailandia, que ya dejó atrás las lágrimas del camino mientras buscaba su destino y no solo ha devuelto la ilusión a sus antiguos seguidores, sino que está seduciendo a nuevos fans:
“Concédeme un instante, quizás me encuentres interesante”
Jóvenes y adolescentes que se acercan al motociclismo, o que se han aproximado en los últimos años y están descubriendo ahora de qué es capaz del 93 cuando lo tiene todo en el sitio.
“¿Quieres parar la saeta del reloj que te sujeta?
Pues quédate a vivir en mi planeta”
Uno de los grandes méritos del hexacampeón de MotoGP es, sin duda, el de haber vuelto a lo más alto después del calvario de lesiones, cuando la gran mayoría en su lugar hubiesen colgado el casco para disfrutar de un retiro dorado con los millones ganados la pasada década. Sin embargo, su joven corazón ardiente aún quiere ver mundo y todo el mundo sabe que su felicidad está encima de una moto primero y encima del podio dominical después.
“Si sigues aquí en mi círculo de fuego azul,
‘living is beautiful’ o me lo parece a mí,
trae aquí el licor que es domingo de resurrección”
Una resurrección merecida y buscada después de cuatro años en los que ha tenido que leer de todo, desde sus partidarios sufriendo con su dolor hasta detractores regodeándose detrás de sus teclados. Opiniones que ha sabido dejar de lado, consciente de que encima de la moto solamente está él.
“Todo el mundo opina; pero sé que, al final,
sólo quedo yo de pie tras la batalla cruel”
Lo más positivo para este nuevo Marc Márquez es que ya se conoce el sendero con el que llegó del barrio al mundo entero y sabe perfectamente cómo funciona un mundillo en el que pasas del cielo al infierno en cuestión de segundos.
“Este avispero es feroz
En este loco zoo veloz, men, te comen entero
Si no estas alerta, tendrás reyerta mental
entre el: "¡Despierta, despierta!" y el "todo me da igual"
De alguna forma, en 2024 cumplió su penitencia, reencontrándose a sí mismo mientras sobrellevaba el duelo de la ruptura con una Honda a la que tuvo que abandonar para poner por delante su propia salud:
“No es un rumor: es verdad que me he ido
y conmigo se fue tu sentido del humor.
Es por amor a mi espíritu,
tú eres tan peligrosa, tan peligrosa mi amor”
Un dolor con el que cargó en silencio, haciendo que nadie fuera testigo de su infierno -porque estaba dentro de él, no con él-, mientras su ego cabalgaba tras la victoria en el páramo de Aragón, donde por fin volvió a sentirse absolutamente dominador como antaño.

RENACIMIENTO
“Cuando empiezo a volar en esta alfombra
que es mi propio verso,
concibo el universo como mera sombra”
Para mucha gente, aquel Gran Premio de Aragón 2024 -en el que viajó tan rápido que inventó el término galaxear un plácido domingo- fue la demostración, para sí mismo y para el resto, de que su endiablada velocidad seguía intacta. Su renacimiento.
“Entró el sol por la ventana y me dio en la cara,
haciendo que me despertara.
Soñaba que flotaba en tu vientre, mamá,
que volvía a nacer, que me creaba.
Que recobraba las ganas de vivir,
que la vida aún tenía mil regalos para mí,
soñaba que volvía a respirar bien,
y he saltado de la cama con las pilas al cien.
Con las ideas oxigenadas
de lo que quiero ser, una visión clara.
Ya no hago un drama por nada,
la vida era distinta a como yo me la tomaba”
Y es que el nuevo Marc Márquez es el mismo de siempre, y a la vez es distinto. En eso consiste renacer.
“No es hacer, no es tener, es ser,
es amar, es crear, no es huir ni temer”
Ya da igual si se olvidó de sí mismo por demasiado tiempo, porque su renacimiento ha llegado y lo ha hecho con la experiencia acumulada de todos estos años en la sombra, en los que ha tenido que cargar con la culpabilidad de haber tratado de forzar un regreso demasiado prematuro hasta poder perdonarse.
“Voy a mirarme al espejo
y me voy a perdonar, por fin,
por el daño que me he hecho.
Voy a mirar ahí dentro
y voy a bañarme en mi propia luz
de salud y conocimiento”

INTELIGENCIA Y CORAZÓN
“Es totalmente un caos, hay mucha confusión.
Chico, la realidad es solo una ilusión.
Chico, la realidad es solo una visión procesada:
No sabemos nada es la cuestión, en cuestión.
En mi dedicación a la meditación y a la oración
no busco explicación, solo mi salvación.
El que tenga ojos que vea, el que tenga oído escuche
y el que no pueda encontrar la paz, que luche.
Todos somos útiles, tú tienes que encontrar tu razón,
empieza en ti la revolución,
usa tu inteligencia y tu corazón,
Pues al final será juzgada, premiada o castigada cada acción”
Inteligencia y corazón ha sido la fórmula empleada por Márquez en la pretemporada de este 2025, donde recordó aquellos tiempos en Honda en los que priorizaba la fuerza del propulsor a la hora de elegir el camino a seguir, convencido de que el resto lo pondría él. Decisiones movidas por el ego del que se sabe el mejor y que fueron saliendo bien hasta que un día salieron mal.
“Yo ya he cometido la barbarie de ser un necio,
imprudente por la adrenalina del trapecio.
A medida que mi fama creció, creció mi ego
y mi ego mi alma al diablo ofreció, le pegó fuego.
En este fuego ardí, me perdí, te perdí a ti y a ti,
por momentos siento mucho haberme comportado así,
si hasta dejé de rezar, mas no quiero recordar,
tengo el propósito de volver a volver a empezar”
Aquel ego fue también el que le llevó a bailar por encima de los límites en la fatídica carrera de Jerez 2019, donde se vio tan superior que cayó en su propia trampa. Por eso, en Tailandia 2025, pese a tener la capacidad de ir más rápido -sobre todo en el sprint-, hizo suya esa consigna tan manida en el motorsport que dice que lo ideal es ganar yendo lo más lento posible.
“Lo ha logrado, va sobrado, valorarlo, cabronazos,
a lo largo y ancho, dando calor y amor a los míos,
es otro triunfo inteligente y limpio,
no pueden decir ni pío”
Un triunfo que pudo parecer sencillo, pero que no fue para nada simple. De hecho, provocó más de un loco síncope entre las sístoles y las diástoles de su público antes de la exhibición de las últimas vueltas.
“Experto en esto, ofrezco un texto fresco,
Ves, co, dejo al resto descompuesto”
Sin embargo, antes de dejar al resto descompuesto en los giros finales, se le tuvieron que pasar por la cabeza miles de fantasmas cuando vio que la presión subía por encima del límite permitido, un grave contratiempo en una carrera que parecía tener absolutamente dominada desde el inicio.
“Ese momento no lo puedo describir,
preferirías no estar nunca en una así”
Un percance que solventó situándose a rueda de su hermano Álex Márquez durante gran parte de la carrera, lo que permitió a su compañero y rival Pecco Bagnaia llegar a pegarse prácticamente a su rueda en lo que fue poco menos que un espejismo.
“Lo último que supe fue que en la declaración
Dijo ser la víctima de una aparición
De una extraña alucinación de su imaginación”

PRECISA UNA SONRISA
“Quién de esos pavos está a mi favor,
pavor cuando las clavo, es agotador
ser domador y esclavo del público,
Pero soy único en esta labor, el amo.
Abrid los ojos y soñad, todo va muy deprisa,
es preciosa y precisa una sonrisa”
En el podio del Chang International Circuit, Marc Márquez era el hombre más feliz del mundo. Con su hermano al lado, y vestido por primera vez de rojo, había vuelto a sentirse el amo de MotoGP y no podía dejar de sonreír.
“¿Cuántos mc’s ahí fuera están esperando un fallo mío?
Con esta presión, cada rima es un palacio:
hay que escribir despacio, quiero causar sensación.
También quiero inyectarle ilusión al proyecto
Y demostrar que el sonido perfecto es una anécdota”
Había comenzado el fin de semana con una presión que no había sentido en el último lustro, asumiendo tantos comentarios sobre él que ya no veía nada nítido, y lo terminaba de forma inmejorable, transformando años de tormento en un éxtasis colectivo:
“Yo no siempre supe lo que hacer,
estuve herido de muerte,
hoy mi dolor es fuente de placer”
Después, ante los micrófonos, se mantuvo sereno y volvió a insistir que ya no le obsesiona volver a ser campeón. Habrá quien no se lo crea, pero si algo ha aprendido Marc en estos años es que hay muchas variables que no puede controlar:
“Las cosas vendrán como nunca las habías pensado,
ahora duerme, y escribe en un papel lo que has soñado”
El sueño es el décimo título mundial, a nadie se le escapa. Porque, pese a todo, muchos de sus pensamientos siguen intactos tras los impactos. Pero una cosa no quita la otra y, si este Marc Márquez -cuyo ritmo fluye armónico sobre la base de un grupo de jazz perfectamente sincronizado- solamente pudiera pedir una cosa para la parte final de su trayectoria deportiva como piloto de motociclismo, seguramente exclamaría tan solo tres palabras:
“¡No quiero sufrir!”
