Maverick Viñales, entre una pared y tres espadas

Después de 50 carreras con Yamaha, la situación del español es realmente incierta.

Maverick Viñales durante el pasado GP de Aragón (Fotos: Gold & Goose).
Maverick Viñales durante el pasado GP de Aragón (Fotos: Gold & Goose).

El español Maverick Viñales está a punto de completar su tercera temporada como piloto oficial de Yamaha. Antes del inicio del Gran Premio de Tailandia suma ya 50 carreras con la firma de Iwata, con la que ha logrado cinco victorias y ha subido 16 veces al podio.

Unos números cuyo análisis va en función de las expectativas, y tras empezar con tres victorias y cuatro podios en las seis primeras, se puede decir que éstas no han sido cumplidas: ni las de Yamaha con Viñales ni las de Viñales con Yamaha. La moto no ha ido como el español esperaba, y su rendimiento no siempre ha sido el que la marca nipona buscaba.

Estaba llamado a ser la némesis de Marc Márquez, y tras ser tercero en la general final de 2017, solo pudo ser cuarto en 2018. En 2019 marcha quinto, todavía con opciones reales de alcanzar el tercer puesto. Sin embargo, la preocupación de Viñales va más allá del resultado final y, después de haberse postulado como candidato al título hace apenas dos años y medio, ahora mismo se encuentra entre la pared del box del Monster Energy Yamaha MotoGP y tres espadas diferentes:

VALENTINO ROSSI – TIZONA

Cuando Viñales aterrizó en el box de Yamaha, lo hizo con el firme propósito de convertirse en el número indiscutible. El plan era superar claramente a Valentino Rossi y tomar las riendas del futuro de los de Iwata cuando el italiano decidiese colgar el casco. Sin embargo, está terminado 2019 y no ha pasado ninguna de las dos cosas.

De ahí que la primera espada que está arrinconando a Viñales sea la Tizona de Valentino Rossi. Igual que cuenta la leyenda que el Cid Campeador ganaba batallas después de muerto, ‘Il Dottore’ no se cansa de pelear en pista pese a que son ya innumerables las ocasiones en las que han intentado retirarle.

Maverick Viñales, entre una pared y tres espadas

Maverick Viñales y Valentino Rossi.

La esperanza para Viñales es que el vigente contrato del italiano, que al igual que el suyo expira a finales de 2020, sea el último. Sin embargo, la noticia de que Rossi ha decidido cambiar de jefe técnico para el próximo curso, con David Muñoz (actual técnico del Sky Racing Team VR46 en Moto2) sustituyendo a Silvano Galbusera, hace pensar que en su cabeza podría estar expandir su contrato a 2021 y quizás más allá. Y si los dos quieren renovar, Viñales seguiría estando entre la Tizona de Rossi y el box de Yamaha.

FABIO QUARTARARO – EXCÁLIBUR

Hasta ahora Viñales ha podido convivir con Rossi blandiendo la Tizona en el otro lado del box, pero ahora se le dibuja un problema: el francés Fabio Quartararo. Con tan solo 20 años, el prometedor piloto francés parece ser el único piloto capaz de extraer a Excálibur se esa piedra en la que se ha convertido la Yamaha YZR-M1.

Llegado casi de rebote al Petronas Yamaha SRT, y con una versión ‘capada’ de la M1, el galo está siendo el mejor piloto de la marca en más de una ocasión, deslumbrando en su año de rookie y erigiéndose en la apuesta de futuro de la firma de los diapasones

Maverick Viñales, entre una pared y tres espadas

Maverick Viñales y Fabio Quartararo.

De esta forma, Viñales podría verse al otro lado de su plan: Quartararo es cuatro años más joven que él y, de cara a la firma de futuros contratos, parece haberse convertido en una prioridad para Yamaha. Por su edad y proyección está visto como el futuro de MotoGP, y no parece que la firma nipona vaya a prescindir al piloto que parece ser el elegido para blandir la Excálibur ante la tiranía de Marc Márquez. Entre la Tizona y la Excálibur, la renovación de Viñales se complica.

SUZUKI / ÁLEX RINS – DAMOCLES

Mientras Tizona y Excálibur representan las espadas reales, hay otra mucho más abstracta pero no por ello menos importante: la espada de Damocles que pesa sobre su espalda desde el pasado 2018 y, sobre todo, en este 2019: el rendimiento de Suzuki en general y de Álex Rins en particular.

Estar bajo la espada de Damocles es un dicho que hace referencia a la presencia de un peligro inminente. En el caso de Viñales no se trata de un peligro físico, sino la persistente sensación de haberse equivocado al dejar Suzuki. El de Rosas se hizo grande con la marca de Hamamatsu y salió de allí en dirección Yamaha con el claro objetivo de conquistar el título de MotoGP.

Maverick Viñales, entre una pared y tres espadas

Maverick Viñale y Álex Rins.

No solamente no lo ha conseguido, sino que ahora mismo marcha por detrás de Álex Rins en la general. Rins, en su día elegido para reemplazar a Viñales, se ha ido haciendo grande en Suzuki y ha ganado ya este año dos carreras por una de Viñales (que también logró solo una con la GSX-RR), lo que hace inevitable que la cabeza del gerundense se haga la inevitable pregunta de si le hubiera ido mejor de haberse quedado en Suzuki.

Habrá que ver si se termina batiendo en duelo con la Tizona o la Excálibur, o si le puede la espada de Damocles y acaba volviendo a Suzuki.