Había alicientes de sobra ya en la previa para considerar que el Gran Premio de Aragón de MotoGP 2022 iba a ser especial. Vaya si lo fue. Desgraciadamente, en la retina de muchas personas quedará esa serie de catastróficas desdichas que se produjeron en la primera vuelta de MotoGP, con dos choques fortuitos que dejaron fuera de carrera a tres pilotos.
Uno de ellos fue Fabio Quartararo, líder de MotoGP, que se iba de vacío de una carrera en la que sí parecía estar en disposición de luchar por la victoria. Sin el actual campeón y líder del Mundial en escena, el podio estuvo ocupado por sus tres perseguidores en la general, con Aleix Espargaró volviendo al cajón para aferrarse a sus opciones de título.
La buena noticia es que recortó 16 puntos al líder. La mala es que volvió a estar muy lejos de la victoria, que una vez más fue coto privado de las Desmosedici. No de todas, claro. Tanto el de Granollers como Brad Binder lograron batir al 75% de la armada de Ducati, pero una vez más hubo dos que demostraron estar en un nivel superior.
Pecco Bagnaia y Enea Bastianini se están convirtiendo en los máximos exponentes del dominio de la marca italiana. Durante la primera mitad de curso, salvo en Le Mans, parecían turnarse a la hora de postularse como la opción de victoria de Ducati. Ahora están empezando a confluir, con Motorland haciendo de prolongación de lo sucedido en Misano quince días atrás.

Los dos jóvenes pilotos han alcanzado un nivel tan extraordinario sobre sus respectivas motos que las victorias se deciden en cuestión de detalles. En el estrecho Misano, Bagnaia fue capaz de tapar todos los huecos para hacerse con la victoria por apenas 34 milésimas, el triunfo más ajustado del año (hasta entonces eran las 285 milésimas de Bagnaia sobre Quartararo en Jerez).
En Motorland, mucho más amplio y con más alternativas para meter la moto, Bastianini consiguió resarcirse y llevarse el triunfo por 42 milésimas. Como si de una moneda lanzada al aire se tratase, unas veces sale cara y, otras, cruz. Lo importante es que la moneda al final siempre acaba en el bolsillo de Ducati mientras la hucha de puntos de Quartararo se vacía.
La juventud de los tres es uno de los mejores activos con los que cuenta MotoGP, que en Motorland también asistió a dos exhibiciones de algunas de sus mayores inversiones: Pedro Acosta, que se escapó de Arón Canet y Augusto Fernández; e Izan Guevara, que contuvo a Ayumu Sasaki después de soltar a Dani Holgado, que vivió su estreno en el cajón.
Ambos tienen solo 18 años. Uno ya es campeón mundial y el otro va en camino. En Aragón se erigieron como los monarcas absolutos de sus categorías, ejecutando dos impresionantes demostraciones de poder para seguir adornando sus ya notables palmareses; evidenciando que son dos de esos talentos que prácticamente garantizan un billete al futuro: ¿alguien duda de que ambos acabarán en MotoGP?
