Valentino Rossi ha vuelto a expresar las dudas sobre su futuro. No es la primera vez: ya a finales de 2013 se puso como margen su rendimiento en las seis primeras carreras de 2014 para decidir si continuaba o no después de un año difícil en su retorno a Yamaha. Se encomendó a Silvano Galbusera, despejó sus propios interrogantes y siguió adelante.
Aquellas dudas llegaron en una temporada con Yamaha en la que solamente había podido lograr una victoria (Assen), finalizando cuarto en el campeonato. Casualidad o no, lo cierto es que ha vuelto a hacer unas declaraciones similares tras un año en el que sólo ha ganado una carrera (Assen) y en la que todo hace pensar que acabará cuarto.
Aproximadamente cuatro años después de expresar sus titubeos sobre su continuidad, Rossi vuelve a replantarse su futuro de forma pública y cristalina. Esta vez no se ha dado un plazo concreto para tomar la decisión, pero ha dejado caer que, si bien su deseo es estar en MotoGP en la temporada 2019, a comienzos de la próxima temporada decidirá si renovar o no.
UNAS DUDAS LEGÍTIMAS
A sus 38 años –serán 39 al empezar MotoGP 2018-, resulta tan encomiable su determinación como legítimas sus dudas. Sobre todo tras una temporada en la que reconoce haber vivido malos momentos, apuntando a la fractura de tibia y peroné que le hizo perderse el Gran Premio de San Marino que se celebra en el Misano World Circuit Marco Simoncelli, a unos kilómetros de su casa.
Una lesión que a cualquier piloto de 38 años le hubiese hecho tambalear todos los planes de seguir compitiendo en la máxima categoría del motociclismo. No así con Rossi, que acortó los plazos y regresó antes de lo esperado para competir en Aragón y poder terminar el año como cuarto clasificado de MotoGP.
Con la vista puesta en 2018, Rossi no se plantea buscar el décimo. En su mente, por ahora, solamente hay un objetivo: recuperar el camino con Yamaha, que lleva media temporada sin ganar. Es consciente de que, en el actual paradigma de igualdad entre las tres principales marcas en que vive MotoGP, la prioridad es hacer una buena moto para poder pelar por todo. Lo demás es, sencillamente, la consecuencia.
De ahí que solamente él puede saber cuáles son los factores que intervendrán en la decisión de renovar o no para 2019. De momento, parece claro que Rossi está más interesado en los test de Valencia que en el último Gran Premio de la temporada. Sus deseos de terminar 2017 sólo son superados por los de comenzar 2018. Pasar página y tener ante sí un nuevo lienzo en blanco.
UN EJEMPLO REALISTA
A estas alturas, Rossi sabe que cada carrera que consume le hace elevarse un poco más en la historia. Es consciente de que, en la historia moderna de la clase reina, ningún piloto ha logrado su pervivencia a semejante nivel. Por ejemplo, Colin Edwards se retiró con 40 años, pero por la puerta de atrás: a media temporada y perdido en la general.
Rossi tiene muy claro que eso no le va a suceder a él. Que cuando llegue el día de pasarse al otro lado del muro –que no de decir adiós a MotoGP-, lo decidirá él y no sus resultados. Y hasta la fecha, estos indican que hay Rossi para rato.
Sin embargo, y aunque no tenga modelos a seguir en la era reciente de MotoGP en lo que a pervivencia en lo alto se refiere, sí que tiene un ejemplo actual y realista. Un piloto, mayor incluso que él, que lejos de bajar el nivel, lo eleva cada temporada y no se cansa de ganar en un campeonato de postín.
Se trata del británico Shane Byrne. A los 40 años, ha conquistado su sexto título del British Superbike, lográndolo con una remontada en la última cita cuando parecía haber perdido el título. Es más, es la primera vez en su vida que ‘Shakey’ encadena dos títulos consecutivos en dicho campeonato, para muchos el tercero en nivel tras MotoGP y el Mundial de Superbike.
Byrne cumplirá 41 en diciembre, y en 2018 estará en parrilla buscando el séptimo título. Como Rossi, mientras siga en lo alto no tiene pensado irse. El ejemplo es realista porque es extrapolable: bien es cierto que la exigencia de MotoGP es mayor, pero Byrne ha demostrado ser mejor cada año ante los mismos rivales, todos más jóvenes que él. Y eso es lo que busca Rossi.
De hecho, su primer título fue en 2003, cuando contaba con 26 años. Pero los cinco siguientes han sido ya cumplida la treintena; y los últimos cuatro a partir de los 35 años: 35, 37, 39 y 40. Justo la edad que tendrá Rossi en 2019.