El francés Johann Zarco ha sido una de las sensaciones de la temporada 2017 en el Campeonato del Mundo de MotoGP –no en vano está nominado a nuestros premios a mejor piloto del año-, logrando subir hasta tres veces al podio y ganando con solvencia tanto el Rookie del año como la clasificación de pilotos independientes.
Y eso es lo que seguirá siendo en 2018: independiente. Muchas personas, él incluido, tenían la esperanza de que su gran temporada animase a Yamaha a darle una tercera YZR-M1 2018 para el próximo año; tal y como hace Honda con Cal Crutchlow y Ducati con Danilo Petrucci.
Sin embargo, tendrá que conformarse con llevar la versión 2017, la que tantos quebraderos de cabeza ha dado este año a Maverick Viñales y Valentino Rossi pero que el propio Zarco alabó en los test de postemporada en Valencia y con la que siguió trabajando en los test privados que la marca de los diapasones realizó posteriormente en Sepang.
Así lo ha confirmado el director del Monster Yamaha Tech 3, Hervé Poncharal, en una entrevista con GPOne, que ha explicado que en los test de Sepang volverán a trabajar con la versión de 2017: “Yamaha ha sido clara y correcta con nosotros”, subraya. “Nos han dicho que podremos elegir entre varias evoluciones del chasis pero no tendremos la moto 2018”, confirma, empleando el ejemplo de que Zarco no tendrá el trato de Crutchlow y Petrucci en Honda y Ducati, respectivamente.
En ese sentido, no olvida agradecer el apoyo de Yamaha a lo largo de 20 años, pero con vistas a 2019 y sabedor del interés de otras marcas (como KTM) en Zarco, señala que primero tendrá que saber si seguirán con Yamaha, algo que dependerá de si el equipo de Rossi salta a MotoGP en 2019. “Entiendo que Rossi sería la prioridad, es un gran imán para los patrocinadores y una gran figura aquí”, concede.
Admite también que le encantaría poder retener a Zarco, pero que eso “es un sueño” ya que el presupuesto del equipo es “menor que el salario de cuatro o cinco pilotos”, y que además el galo querrá apoyo de fábrica; pero insiste en que antes de pensar en todo eso tiene que resolver el tema de la moto para poder empezar a hablar con patrocinadores y pilotos; asegurando que quiere hablar con Yamaha al respecto lo antes posible para iniciar la planificación del futuro.
De hecho, da a Zarco por perdido para dentro de un año: “No creo que Johann esté conmigo en 2019”, asume. “Estoy preparado para verle marchar y es un orgullo que haya debutado con nosotros en MotoGP”, explica, incidiendo en que “los equipos satélites tienen sus limitaciones tanto en término de sueldos como del apoyo técnico que pueden ofrecer”.
También reconoce que hace años hubiesen tenido más opciones de retenerlo, ya que prácticamente sólo estaban Honda y Yamaha; pero que con la llegada de otras fábricas la cosa ha cambiado, dado que hay más oportunidades para los pilotos. Eso sí, también deja claro que no son un Junior Team de Yamaha, que tienen libertad para fichar pilotos que rara vez alguno de sus pilotos se ha ido al equipo oficial; aunque es consciente de que su futuro podría pasar por algo así: “Convertirnos en un Junior Team es algo de lo que podríamos hablar”, afirma.
Respecto a la temporada 2017, reivindica la figura de Zarco contra las voces de los medios e incluso de otros pilotos, que dicen que su rendimiento fue debido a que la M1 de 2016 era mejor que su sucesora: “Si ese fuera el caso, hubieran vuelto de inmediato a ella”, zanja, añadiendo que “hay mucha falta de respeto en lo que se refiere a los resultados de Zarco”.
Volviendo un año atrás, Poncharal ha reconocido que tuvo la suerte de que Suzuki prescindiese de firmar a Zarco pese a tener un precontrato; y que por mucho que confiase en el talento del galo –al que califica como “un piloto agresivo e inteligente”- y que esperaba que hiciese buenos resultados, no podía prever una temporada tan brillante, ni siquiera cuando lideró la primera carrera del año en Qatar.
“Nos dijo que no había hecho ninguna locura, que había cometido un pequeño error, pero realmente no le creí”, reconoce Poncharal entre risas. “Me prometió que habría más opciones de estar delante y que no deberíamos estar enfadados”, recuerda; añadiendo que después de cuatro carreras, tras Jerez, empezó a darse cuenta de lo especial que es el galo, señalando sus peculiares pero acertadas elecciones de neumáticos y apuntando como claves del gran año de Zarco a la buena comunicación y trabajo en equipo: “Me gusta que todos se sientan parte de la familia”.