Yamaha, una puerta con código y otra sellada

La marca ha decidido buscar soluciones, pero para ello necesita saber dónde está el problema.

Nacho González

Valentino Rossi y Maverick Viñales (Foto: Yamaha)
Valentino Rossi y Maverick Viñales (Foto: Yamaha)

Qué lejos queda ya la época en la que un mail de Michelin llevaba de cabeza a los pilotos de Yamaha. Corría el Gran Premio de España del pasado 2017 y era el primer fiasco real en una temporada que habían empezado arrasando con Maverick Viñales en Qatar y Argentina, y con un fallo en Austin al que no se le dio mayor importancia en su momento.

La exhibición de las tres Yamaha en Le Mans –donde Valentino Rossi se fue al suelo en la última vuelta luchando por Maverick Viñales con Johann Zarco tras ellos- demostraba que las cosas iban bien. De repente, dejaron de ir bien. Ducati dio un paso al frente y se situó a la par de Honda. Por aquel entonces, era imposible adivinar que Yamaha pasaría más de un año en blanco. Un año que no es más porque en Assen le dio por llover y Valentino Rossi batió a Danilo Petrucci en la que es, hasta la fecha, el último triunfo de Yamaha.

Más de un año sin victorias. Más de un año buscando explicaciones (algunas veces), poniendo excusas (otras) y señalando culpables (demasiadas). Además, como los podios seguían llegando –muchas veces por el buen hacer de sus pilotos y los errores de la competencia-, la propia inercia de la competición hacía que pasasen los grandes premios con viernes de optimismo, sábados de dudas y domingos de caras largas.

Yamaha, una puerta con código y otra sellada

Maverick Viñales y Valentino Rossi (Foto: Yamaha)

Los podios seguían llegando porque la realidad es que no están tan lejos como se ha visto en Austria, seguramente el circuito que más saca a relucir las carencias de la M1.

Pero, si vemos la temporada 2018 desde una perspectiva global, vemos la línea de Yamaha oscilar menos que ninguna otra y cerca del ganador en todas las carreras salvo Austria.

Yamaha, una puerta con código y otra sellada

Distancia al ganador por marca en MotoGP 2018 (Infografía: @Swinxy)

El problema en Yamaha viene cuando ampliamos la parte superior y nos centramos en las marcas que están -o deben estar- siempre en la lucha por las victorias, se ve claramente cuál es la distancia respecto a Honda y a Ducati.

Yamaha, una puerta con código y otra sellada

Distancia al ganador por marca en MotoGP 2018 (Infografía: @Swinxy)

En un clima de igualdad como el que vive MotoGP en la actualidad, esa pequeña diferencia es el abismo que separa la victoria y la derrota. Y van 21 derrotas consecutivas, a sólo una de la peor racha de la marca en la categoría reina: las 22 carreras sin ganar entre Shah Alam 1997 y Assen 1998, donde sólo ganó Honda.

Para colmo, ahora son dos marcas las que están condenando a Yamaha al ostracismo: Honda y Ducati. Entre excusas y culpables, durante un tiempo se olvidaron de lo importante: buscar soluciones. Tras pedir perdón, toca arremangarse.

Sin embargo, para encontrar soluciones hay una condición imprescindible: saber dónde está el problema. Ya ha quedado claro que no son los Michelin, que ya es un paso. Descartar lo que no es siempre acerca a lo que sí es. El siguiente punto de mira se colocó en la electrónica, y son muchas las voces –incluso internas- que señalan que el principal problema que está lastrando a la M1 es la menor adaptación a la centralita única de Magneti Marelli, un aspecto en el que tanto la Honda RC213V como la Ducati Desmosedici GP18 parecen ir varios pasos por delante.

A la vez, cada vez son más los dedos que apuntan en dirección al motor. Ya en pretemporada hubo dimes y diretes sobre el nuevo propulsor de la marca de los diapasones, y sobre si sería conveniente dar algún paso atrás en ese sentido.

Yamaha, una puerta con código y otra sellada

Valentino Rossi (Foto: Yamaha)

La realidad es que Yamaha tiene dos puertas en el horizonte, y sólo tras una de ellas se encuentra la solución ante el problema.

La primera puerta es electrónica y requiere de un código. Desde Italia se apunta a que Yamaha ya ha empezado a moverse y, a petición de Rossi, llegará Michele Gadda procedente del Mundial de Superbike para ayudar en el tema electrónica y encontrar el código que desbloquee la puerta de la victoria.

La segunda puerta funciona a motor, y está totalmente sellada hasta Valencia. Ante eso sólo pueden ir mejorando el resto del paquete y, al menos –y no es poco- tratar de entender en qué falla el propulsor de 2018 y remitir esa información al cuartel general para subsanar el problema de cara a la próxima temporada.

Dos puertas, una solución.

Si es la electrónica, quizás puedan dar algún paso adelante que les permita tutear a Honda y Ducati, e incluso parar la sangrante sequía que tiene de cabeza a los de Iwata. Si es el motor, o se alinean mucho los planetas o será el tercer año de la historia de la marca –desde 1972- sin victorias en la categoría reina, algo que sólo ha pasado en 1997 y 2003.

Yamaha, una puerta con código y otra sellada

Victorias de Yamaha en clase reina por temporada (Infografía: @Swinxy)