¡22 por ciento más! El calor aumenta el riesgo de accidentes

Las altas temperaturas del verano pueden generar agotamiento, náuseas y deshidratación, incrementar el riesgo de sufrir calambres... Más riesgo de incidentes en nuestra salud que afectan a la conducción y el riesgo de accidentes.

¡22 por ciento más! El calor aumenta el riesgo de accidentes
¡22 por ciento más! El calor aumenta el riesgo de accidentes

Verano y España es una combinación que significa temperaturas altas, especialmente este año 2020 que se nota un notable incremento de las máximas, por encima de los 40º en muchas zonas y en muchos momentos del estío. Un calor que puede acabar afectando a nuestra conducción en moto, al inferir en nuestra salud y a nuestra ruta en carretera si no tomamos las medidas necesarias.

Más calor: mayor fatiga y menores reflejos

Tales son sus consecuencias que el calor también afecta a nuestra conducción, principalmente a nuestros reflejos y a la sensación de fatiga. Y es que las altas temperaturas pueden generar cansancio y somnolencia, y alargar nuestro tiempo de reacción ante determinados estímulos. Algo todavía más peligroso en la carretera y en especial sobre nuestra moto.

Así, conducir con exceso de calor puede incrementar más de un 20% el riesgo de accidente. Eso sí, este está directamente relacionado con la temperatura: cuanto más alta, mayor es el peligro. Para que nos hagamos una idea, conducir a 35 grados puede provocar que el conductor deje de percibir el 20% de las señales de tráfico e incremente sus errores más de un 30%. Nuestra visión también empeora e incluso pueden aparecer ciertos efectos o reflejos fruto del aire caliente.

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Evitar incidentes

Reducir el riesgo de accidente resulta factible. Un punto en el que la revisión del vehículo y la antigüedad del parque de vehículos español cobran especial importancia. Hay que pasar las revisiones estipuladas por el fabricante y poner a punto la moto antes de emprender un viaje largo (o cuando ha estado una larga temporada parado, como en el caso del confinamiento).

Todavía son muchos los conductores que obvian las revisiones obligatorias de su vehículo y que incluso ignoran cuándo deben pasarlas. En concreto, casi el 20% de los conductores no sabe cuándo le toca la revisión y hasta 1 de cada 3 admite no pasar las estipuladas por el fabricante. Algo todavía más preocupante si tenemos en cuenta que las imprudencias se encuentran detrás del 80% de los accidentes de tráfico, así como la edad media de los vehículos españoles, que roza los 13 años.

Evitar las comidas copiosas y el alcohol antes de coger la moto será otro imprescindible para alejarnos de los percances. Vestir prendas ligeras, usar gafas de sol antireflejantes, hidratarse correctamente y mantener la temperatura del interior entre 19 y 24 grados es lo ideal.

También resulta conveniente no salir durante las horas centrales del día, de mayor calor. Lo mismo que hacer paradas frecuentes si el trayecto es largo, refrigerarnos, beber, llevar ropa de colores cálidos -el negro atrae más el calor-, enfriar los puños del manillar antes de emprender la marcha...

Todas estas medidas puede reducirán el riesgo de sufrir una incidencia en la carretera, sino también las posibilidades de requerir la asistencia en viaje de nuestro seguro. Algo muy beneficioso pues es precisamente el número de partes uno de los factores que las aseguradoras tienen en cuenta para calcular la prima del año siguiente, como indica el comparador de seguros Acierto.com

Conducir a 35 grados puede provocar dejar de percibir el 20% de las señales de tráfico e incrementar errores más de un 30%

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Averías con el calor

El calor también tiene consecuencias sobre la moto. Tal es así que, según los datos que maneja acierto.com, la ola de calor provocó un incremento del 16% del número de averías en carreteras españolas. Y es que las altas temperaturas pueden incrementar el deterioro de determinadas piezas. Entre otros, generan una serie de reacciones químicas en las baterías, sobre todo en aquellas que tienen más de 4 años de edad.

También pueden afectar a nuestro motor, que puede perder hasta un 15% de su potencia. ¿El motivo? Que necesita una cantidad más grande de aire para funcionar y que, cuando hace más calor, el aire no se enfría correctamente. Lo ideal para evitar el sobrecalentamiento es tener una botella de agua a mano para refrescar el motor. Asimismo, el líquido de frenos se consume más rápido y los neumáticos pueden cambiar de presión y volumen.

A todo esto hay que añadir otra consecuencia más del calor: su incidencia sobre determinadas carreteras –afecta a las más viejas– puede generar roturas y que se desprenda el hormigón, con el consiguiente riesgo de accidente.

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