Fred Osborne, no es el TT pero es igualmente increíble

Días atrás me encontré con una publicación en redes sociales que atribuía esta fotografía a una de las famosas road races, pero lo cierto es que la instantánea tiene una historia muy distinta.

Carlos Domínguez

Fred Osborne, no es el TT pero es igualmente increíble
Fred Osborne, no es el TT pero es igualmente increíble

Hace poco me encontré en redes sociales con la impactante imagen que encabeza este artículo. Venía a hablar sobre los peligros de correr en carretera abierta y de las road races en general, como si foto hubiera sido captada durante alguna de las carreras que se celebraban a lo largo y ancho del globo, pero haciendo una clara mención al Tourist Trophy de la Isla de Man. No entraré en juzgar la peligrosidad de la prueba manesa, sabida y conocida por todos, pero sí me parece de justicia explicar que esa imagen precisamente no pertenece a una road race, aunque en ellas se puedan vivir momentos tanto o más terribles.

Cuando uno se pone a indagar sobre el origen de la instantánea se da cuenta de la gran historia que esconde detrás. En realidad, no se trata de una carretera o un accidente propiamente, sino de una prueba que salió mal. El piloto en cuestión es Fred Osborne, un tipo que además de conducir motos era piloto de aviones y que se había coronado como héroe durante una exhibición de aviación en el aeropuerto de Clover Field, Santa Mónica. Allí, una joven paracaidista quedó atrapada con las cuerdas del paracaídas en el ala del avión cuando se disponía a saltar. Bobby Johnson y Fred Osborne, despegaron en su ayuda y, después de unos cuantos pasos por el ala del avión, pudo librar a la paracaidista y volver a tierra.

Pero volvamos a la situación que nos concierte porque, si las fechas de los periódicos locales no mienten, ocurrió exactamente el 17 de noviembre de 1926, 11 días después de su heroico acto en las alturas. Fred Osborne se encuentra en ninguna competición sino que está a punto de poner a prueba un paracaídas. Osborne se lanza a todo gas hacia el acantilado de 150 metros de altura, salta y es cuando se toma la famosa fotografía. 

El paracaídas, por desgracia, no se abrió por completo ni a tiempo e impacto contra el suelo. Por suerte y por muy imposible que parezca, Fred parece que sobrevivió a las heridas gracias a los cables de teléfono que frenaron la caída. En otro número de la revista Popular Science de 1927, se recoge también incidente con foto incluida de la zona de aterrizaje.

¿Son las road races peligrosas? Por supuesto. ¿Ha habido escenas de auténtico terror? También, pero ésta no es una de ellas.