Es cierto solo se ha disputado una cita y es muy pronto para sacar conclusiones, pero lo que quedó demostrado en Phillip Island es que Carlos Checa y Ducati continúa siendo un tándem ganador. El español consiguió su primera victoria del año (21º de su carrera en SBK), pero se le escapó el doblete por una inoportuna caída en la primera carrera cuando iba primero.
La gran baza de Checa es su regularidad y la fiabilidad de Ducati en casi todos los trazados. El lastre obligado de llevar 6 kg de más parece puro trámite y el único circuito en el que la «twin» pierde manifiestamente frente a las tetracilíndricas es en el vertiginoso Monza.
A priori el gran rival es Max Biaggi, que en Phillip Island estuvo aún más espectacular que el propio Checa. La RSV4 continúa siendo una auténtica bala en las rectas y el romano se siente ágil como en el pasado sobre la «dos y medio».
A pesar de «pasar los dos peores meses de su carrera» tras quedarse sin equipo técnico en plena pretemporada (toda la estructura de Aprilia SBK se pasó al proyecto Ioda de MotoGP), la superioridad de «El Pirata» en Phillip Island quedó manifi esta cuando adelantó uno a uno a todos los pilotos (salvo Checa) después de colarse en la primera curva y pasar el último la primera vuelta.
El tercero en discordia debería ser el subcampeón de 2011 Marco Melandri, no por su falta de talento, si no porque se trata de su primer año en BMW y a pesar de los ingentes recursos de la marca bávara, la S 1000 RR todavía no es una moto ganadora. Eso sí, al italiano le ha bastado una sola carrera para conseguir el mejor resultado de BMW en sus cuatro temporadas en SBK.
Hay mucha vida más allá de esta terna de pilotos. Y es que si no fuera por las lesiones que arrastraban en Phillip Island, contábamos con ver a Laverty y Haslam como los «alter ego» de Biaggi y Melandri.
Ambos tienen talento y mecánica para diputar la victoria a los «tres tenores», pero además, visto lo visto en Phillip Island, también tienen un coraje y una capacidad de sufrimiento al alcance de muy pocos.
Aunque no corren en Ducati, Aprilia o BMW, la igualdad del Mundial de SBK es tal que hay una docena de pilotos que no sorprenderían si ganan alguna carrera, o si compiten todo el año de tú a tú con Checa, Biaggi y Melandri. Jonathan Rea se ha ganado por derecho propio el ser incluido en la lista de aspirantes cada año. El norirlandés es la apuesta de Honda en SBK y si el gigante de las dos ruedas se aplica ya sabemos de lo que es capaz.
Por su parte, John Hopkins no necesita presentación. El de Ramona volvió por sus fueros el año pasado tras varias temporadas grises y quiere ser aquel piloto que en 2007 plantaba cara a los Stoner, Pedrosa y Rossi en MotoGP. Su andadura en 2012 no ha empezado bien y se perdió la cita australiana por lesión. Por último, la gran noticia es que las Kawasaki están de vuelta.
La marca de Akashi es la única junto a Ducati que ha participado en las 592 carreras disputadas desde 1988 y tras años siendo las motos menos competitivas de la categoría, la ZX-10R, que está en su segundo año, ha conseguido dar con la tecla y aspira a ganar alguna carrera en seco.
De momento ya ha situado a Sykes en la tercera plaza de la provisional y con un Lascorz al alza que sufrió una inoportuna caída en Phillip Island cuando rodaba cuarto.
«Salgo de Australia muy satisfecho en líneas generales. Tengo la mejor moto desde que estoy en BMW, los mecánicos trabajaron muy bien en Phillip Island, los cambios funcionaron entre las carreras y así fuimos capaces de luchar por el quinto puesto.
Pero sobre todo, un gran éxito del equipo médico que logró que acabara las carreras después de la caída y lesión. Acabé con los pies negros de los moratones, pero muy contento porque tras la operación el objetivo era puntuar. Ya veremos más adelante…».
«Esperaba mucho de esta temporada, porque me sentía realmente bien con la moto, así que la caída fue devastadora. Iba con gomas usadas, probablemente en su última vuelta útil, y en la salida de la curva uno perdí el tren trasero.
Por desgracia me caí sobre la mano derecha (la misma que le amputaron parcialmente el dedo anular). Vimos que era mejor perderse la carrera y usar el parón hasta Imola para ponerme al 100%. Prometo que pronto lucharemos por el podio».
«Está claro que mi temporada sufrió un revés importante después de la lesión que sufrí en los test de Phillip Island. Por eso, no estoy nada decepcionado con mi actuación del domingo, porque conseguir ser 8º en estas condiciones es muy importante.
El campeonato es muy largo, aunque honestamente veo a Checa y Biaggi lejos de mi alcance hasta que no esté al 100%. Estoy en un equipo muy potente y tengo que intentar sumar podios y, por qué no, conseguir alguna victoria. Eso sí, mi objetivo principal es seguir creciendo y ser cada vez más rápido».
«Regresar a casa con una pole, un tercero y un cuarto puesto es como estar en la luna. Además, subir al podio después de tanta batalla es todavía mejor. El equipo trabajó duro en Phillip Island y yo estaba muy confiado. La Ducati de Checa y la Aprilia de Biaggi parecían intratables en Australia, así que ser el primero entre las motos de 4 cilindros en línea me supo a victoria, y más teniendo en cuenta que nunca fue un circuito en el que las cosas nos salieron bien. En Imola en cambio, el circuito sí que benefi cia a la Kawasaki así que a ver qué tal nos va allí».
«El periodo de prohibición fue muy largo y nuestros test de invierno los hicimos sin rivales, así que no sabíamos el potencial del resto, aunque una vez en Phillip Island vimos que nosotros estábamos donde esperábamos estar. Checa está rodando muy fuerte y consistente, pero nosotros todavía estamos cambiando cosas de la moto y no hemos encontrado la puesta a punto al 100%. Aunque no subimos al podio, nos fuimos de Australia con puntos en la mochila y ahora vamos a circuitos que nos vienen mejor, aunque tenemos mucho trabajo por hacer, entre otras cosas, encontrar más velocidad punta».
«Ojalá hubiera una tercera carrera en Phillip Island. La primera fue horrible y estuve a punto de parar porque tenía muchos problemas con las vibraciones de la moto. Al acabar me senté con Pere Riba (jefe de mecánicos del Team Provec Kawasaki) e hicimos una moto completamente nueva para la segunda manga. La cosa cambió por completo y me vi capaz de luchar por la victoria. Iba 4º a punto de pasar al tercero (Sykes) en la vuelta 11 pero perdí la moto de delante. No conocía sus reacciones y eso me ha traicionado. Espero que en Imola nos quitemos la espina clavada».