Imagínate que un fabricante se atreve a poner en manos de 120 aficionados, expertos motoristas pero aficionados al fin y al cabo, cuatro unidades de un modelo de motocicleta de estricta serie para que, durante 18 meses, den la vuelta al mundo. La única obligación era recoger y entregar las motos en ciudades de países separadas al menos 3.000 km, y viajar juntos organizados en equipos que se relevaban cada dos semanas. Sin duda sería mucho más fácil que fuera un único equipo de probadores el que asumiera el reto, entre otras cosas porque, a todos nos pasa, a partir de ciertos días de viaje o unos miles de kilómetros, por lógica y comodidad buscamos las rutas más sencillas para llegar cuanto antes al destino. Pero estas Adventure no tuvieron esa suerte. Cuando los pilotos ya estaban cansados tras 15 días de dar botes por el campo y hartos de recorrer los lugares más difíciles, eran relevados por otros cuatro que tenían las mismas ganas de disfrutar complicándose la vida por caminos y retorcidas carreteras. De esta forma, las GS de la vuelta al mundo estuvieron permanentemente sometidas a las pasiones e ímpetus de pilotos siempre frescos.
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EL MANTENIMIENTO
La puesta a punto de las motocicletas se llevó a cabo en la red oficial de concesionarios BMW de todo el mundo, aprovechando los cambios de pilotos. En esta vuelta al mundo se realizaron las revisiones obligatorias en las siguientes ciudades. Madrid (al regreso de África y antes del envío a EE.UU). En el continente americano se hicieron revisiones en Chicago, Los Ángeles, Seattle, Anchorage (Alaska), Salt Lake City, México, San José de Costa Rica, Bogotá, Quito, Lima, La Paz, Santiago de Chile, Buenos Aires y Ushuaia. En Australia fueron toqueteadas en Sydney, Cairns, Darwin, Adelaide, Perth y de nuevo Sydney. En Asia, Dunhuang, Pekín, Ekaterimburgo (Siberia) y por último, en Europa soltaron el aceite viejo en Moscú, Helsinki, Berlín y París.
Las motos que participaron en la Vuelta al Mundo BMW Riders completaron esta aventura sin problemas mecánicos reseñables, pero su aspecto nos hizo pensar que su interior estaría tan desmejorado como su exterior. Procedimos a un análisis mecánico exhaustivo y el resultado no pudo ser mejor.
Durante 18 meses, cada vez que a cualquier hora del día o de la noche sonaba el teléfono de la organización, a Gerardo y a Gustavo se les ponían los pelos como escarpias. ¿Habrán atropellado a un niño o chocado con un camión? ¿Les habrán robado la moto, atracado o secuestrado la guerrilla? ¿Se habrán perdido los papeles o las llaves? ¿Les tendrán retenidos en alguna frontera? ¿Se habrá quemado una moto? ¿Habrá algún enfermo o accidentado y necesitaremos los servicios del RACE, nuestro ángel de la guarda? Afortunadamente no hay que citar ningún problema grave de esta índole, pero sí otros muchos que también ponían en riesgo la continuación de la vuelta. El envío de piezas a lugares remotos y los «saltos» entre continentes obligaron a laboriosos esfuerzos. Para los tres vuelos transoceánicos (Madrid-Nueva York, Santiago de Chile-Sidney, y Sydney-Islamabad) hubo que embalar las motos en cajas especiales y dotarlas de la documentación correspondiente. La coordinación de relevos, la administración, los libros de ruta, los pagos internacionales a concesionarios y transportistas, las documentaciones, los permisos especiales, las reuniones con embajadores, los comunicados de prensa y hasta el cambio de asientos altos y bajos para adaptarlos a las estaturas de cada piloto fueron parte del enorme «trabajo sucio» realizado por la organización. Miles de correos electrónicos y cientos de horas de llamadas a todo el planeta con la colaboración de Movistar. Un día a día muy complejo compensado por como avanzaban los expedicionarios gracias a un sistema de seguimiento en directo vía satélite proporcionado por Touratech y disponible para todo los seguidores en la web www.vueltamundoaventura.com. Un esfuerzo que fue reconocido con el banderazo de salida a cargo del Sr. alcalde de Sevilla en el Muelle de la Sal (mismo lugar del que partió la expedición Magallanes-El Cano, ilustre antecesora de esta vuelta al mundo), la declaración pública del día de la Vuelta al Mundo BMW Riders en la ciudades de Nueva York (EE.UU), Anchorage (Alaska) y Ushuaia (Argentina), la recepción oficial en Pekín, la consideración del viaje como actividad gubernamental del año de España en China y por último la efusiva felicitación del alcalde en el Ayuntamiento de Madrid con motivo del fin de la vuelta al mundo.
